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Lejos del aplomo y madurez con los que venció a Tigre por la copa y más cerca de la tibieza que mostró ante Boca y River, Central cayó sin atenuantes ante Independiente. El equipo de Russo aún no resuelve su enigma y naufraga en las aguas de la irregularidad. Independiente lo atacó desde el inicio y convirtió a Caranta en figura, el único jugador auriazul que superó un nivel aceptable.
El pase de fase en la Copa Argentina arrojó tranquilidad, pero también seguridad a la hora de confirmar las virtudes del plantel que comanda Russo, que hasta el miércoles estaban en duda por el vicio de irregularidad que caracteriza al equipo. Por ese motivo, la excursión a Avellaneda era una buena chance para confirmar la levantada. Enfrente se encontraba un rival golpeado por la goleada a la que lo sometió River, pero con una idea de juego intacta: atacar sin miramientos. Y en ese escenario, Central tenía que potenciar sus mejores armas para empardar el trámite.
Pero, al menos en el primer tiempo, el canaya solo pudo equilibrar acciones en los diez minutos iniciales. Luego, el partido fue un monólogo del rojo. Aguirre pudo poner en ventaja a los de Russo con un buen zurdazo, pero lejos de ser la primera acción de riesgo, fue la única en toda la etapa. Independiente, con paciencia y sapiencia para descubrir los huecos que le entregaba Central, ganó terreno en el campo y llegó a Caranta con facilidad en varias oportunidades. El elenco de Almirón comenzaba los ataques por la derecha, exponiendo la frágil marca de Delgado.
Al igual que otros juegos, Central fue un equipo abúlico e inexpresivo en los primeros tiempos. Nadie paró ni generó en el mediocampo y la defensa no contrarrestó los embates del rojo. Independiente desbordó al canaya por donde quiso. Y, nuevamente, Caranta fue la única explicación para comprender que el entretiempo haya recibido un empate en cero. Independiente mereció largamente la ventaja, porque sometió a los de Russo, que no encontraron manera de hacer pie en Avellaneda.
Sin embargo, todo lo que Independiente dilapidó en la primera etapa lo resolvió rápidamente en el epílogo. A los cinco minutos, Mancuello logó vencer a Caranta con un golazo desde afuera del área y emparejó merecimiento con resultado. Central se quebró aún más tras la ventaja, a pesar de que Russo introdujo dos cambios en el entretiempo en busca de mayor intensidad. Nuevamente el uno canaya, la gran figura de la cancha, devolvió todos los remates que lo exigieron. Sus compañeras eran apenas sombras en el campo de juego.
El partido se conducía inevitablemente a una victoria roja, hasta que el imponderable de la expulsión de Figal inyectó de equilibrio las acciones. El defensor derribó a Aguirre en la puerta del área, pero Loustau entendió que la infracción fue fuera de ella, por lo que perjudicó al canaya. Almirón decidió cambios defensivos y Central se adelantó en el campo, como nunca en la tarde. Fue su mejor lapso, aunque lejos de lo mejor que ha mostrado en el torneo. Falto de velocidad y de circulación de pelota, el arquero del rojo aún era un espectador de lujo de las aproximaciones del rival.
2 Independiente: Rodríguez; Breitenbruch, Figal, Cuesta, Villalba; Bellocq, Mancuello; Pisano, Montenegro, Pizzini; Riaño. DT: Jorge Almirón.
0 Central: Caranta; Ferrari, Berra, Acevedo, Delgado; Becker, Musto, Domínguez, Aguirre; Niell, Valencia. DT: Miguel Russo.
Goles: ST 5m Mancuello (I), 40m Méndez (I).
Cambios: ST Desde el inicio Acuña por Valencia (C) y Encina por Becker (C), 13m Barrientos por Musto (C), 19m Ojeda por Montenegro (I), 21m Méndez por Pisano (I), 34m Insúa por Riaño (I).
Expulsado: ST 17m Figal (I).
Arbitro: Patricio Loustau.
Cancha: Independiente.
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