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Lunes, 13 de octubre de 2014
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Central ganaba en la Bombonera, pero Boca se lo dio vuelta

Una expulsión lo desarmó

El Canaya jugó de igual a igual los dos primeros tercios del partido y por eso lo ganaba con autoridad. Pero la roja a Acevedo por un codazo trastocó los planes cuando Russo ya había hecho los cambios. Al final, se volvió con las manos vacías.

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Acevedo le dio un codazo a Gigliotti, a la vista de todos. Fue el principio del fin.

2 Boca: Orion; Marín, Echeverría, Magallán, Insúa; Erbes, Meli; Castellani; Carrizo, Gigliotti, Chávez. DT: Rodolfo Arruabarrena.

1 Central: Caranta; Ferrari, Berra, Acevedo, Gómez; Montoya, Musto, Domínguez, Becker; Niell, Valencia. DT: Miguel Russo.

Goles: PT 44m Valencia (C), ST 29m Echeverría (B), 32m Marín (B).

Cambios: ST Desde el inicio Acosta por Carrizo (B), 17m Calleri por Castellani (B), 19m Gómez Andrade por Becker (C), 23m Encina por Niell (C), 26m Martínez por Erbes (B), 30m Barrientos por Montoya (C).

Expulsado: ST 16m Acevedo (C), 34m Russo (C).

Arbitro: Darío Herrera.

Cancha: Bombonera.

Sesenta minutos de buen juego completó Central en la Bombonera. Le imprimió presión y toque a su plan y se puso en ventaja con un gol del colombiano Valencia. En ningún momento demostró temor. Pero el análisis del partido tiene un antes y un después a partir de la expulsión de Acevedo, a falta de treinta minutos para el final. Luego de esa tarjeta roja, Boca se agrandó, sometió al Canaya y dio vuelta el resultado en 3 minutos. El equipo de Russo quedó desarmado y sin posibilidades de revertir el resultado.

Con otros nombres, claro, pero con una postura absolutamente diferente. Así ingresó Central al césped de la Bombonera en comparación con la goleada que sufrió al ser eliminado de la Copa Sudamericana. Boca no tuvo libertades para imponer su juego porque Central presionó y no arrugó. La ventaja que consiguió en el territorio supo consumarse en aproximaciones que inquietaron a Orion. No fue abrumador, para nada, pero corrió riesgos, se plantó con actitud protagónica y no fue un partenaire del local.

Pasados los 20 minutos, Boca salió de su letargo y apretó bien arriba sobre el sector más deficiente del Canaya, la defensa. Con muy poco, expuso las fallas infantiles de Acevedo y compañía. Meli y Gigliotti pudieron convertir.

En Boca, por acierto de Central, Erbes la tenía más que Castellani. El volante posicional le ganaba al ofensivo. Con astucia para explotar el contragolpe, el Canaya se agrandaba sin temores y sufría cada vez menos al sostener el juego lejos de Caranta. Al borde del tiempo cumplido, coronó el buen primer tiempo con un gol de Valencia, que empezó la jugada por la izquierda, Becker se la devolvió a modo de centro y el colombiano estampó al gol en posición de nueve. No hizo más que Boca, pero jugó un aceptable primer tiempo y no se achicó nunca.

La tónica del partido se profundizó en el cuarto de hora del segundo. Boca ganó con el ingreso del pibe Acosta, que le aportó dosis de claridad para crear y preocupar a Caranta. Se perdió el empate al minuto, pero como sus compañeros no lo ayudaban, Central seguía expectante y Niell casi marca el segundo. El juego se desnaturalizó y se redujo a la impaciencia del local y a la madurez del visitante, que se esforzaba por mantener la ventaja con madurez, lejos de su arco. Lo conseguía gracias a una gran tarea de Montoya y los volantes de contención.

Apretado, Central tenía entre manos un partido favorable. Pero a los 16 minutos se desmoronó todo lo que había construido. Acevedo le propinó un codazo a Gigliotti y recibió la merecida expulsión. Fue otra acción irresponsable del central, que sufrió la roja por segunda vez en la Bombonera. Y Boca se vino como tromba, atacó con cinco delanteros y sometió a los de Russo, que se defendían cómo podían. No alcanzaron los cambios del DT para contener el ataque del xeneize. En apenas tres minutos, Boca lo dio vuelta. Primero a través de Echeverría y luego Marín, dos defensores que ya no regresaban y se habían quedado a vivir en el área defendida por Caranta.

Central se derrumbó. Quedó con el equipo desarmado por los cambios. Aislado Valencia en la delantera y sólo con Encina y Barrientos como laderos. Muy poco para pensar en el empate. Boca trató de ordenarse con lo que tenía en cancha, replegó algunos atacantes y procuró dominar al Canaya desde la tenencia. Los minutos corrieron sin novedades, lejos de los arcos. Los de Russo se trajeron una derrota dolorosa, impensada a media hora del cierre. La roja a Acevedo fue decisiva. A pensar en el clásico, se viene Newell's.

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