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Domingo, 12 de abril de 2015
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Agónico triunfo de Central 2-1 ante San Martín de San Juan

Un gran grito del puntero

En un partido parejo, San Juan lo empató a diez del final y el canaya se encaminaba al cuarto empate consecutivo. Pero en el último centro de la noche, Donatti marcó de cabeza y con la victoria los dirigidos por Coudet volvieron al primer puesto.

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Cervi, rápido como siempre, se coló en el área y marcó el primero en gran definción.

2 Central: Caranta (6); Salazar (5), Donatti (6), Andrade (5), Villagra (6); Delgado (5), Musto (5), Domínguez (6), Aguirre (5); Cervi (6); Ruben (6). DT: Eduardo Coudet.

1 San Martín (SJ): Ardente (6); Gómez (4), Mattía (5), Vera (5), Iberbia (5); Covea (4), Bogado (5), Gelabert (6), Canuhé (5); Pumpido (5); Figueroa (4). DT: Carlos Mayor.

Goles: PT: 35m Cervi (C). ST: 32m Pumpido (SM) y 45m Donatti (C).

Cambios: ST: 11m Aparicio por Canuhé y Navarro por Covea (SM), 22m Barrientos por Musto y Niell por Delgado (C), 28m Pinedo por Gelabert (SM) y 35m Colman por Aguirre (C).

Arbitro: Silvio Trucco

Cancha: Central

Lo ganó como lo hizo ante Tigre, en tiempo de descuento, con todo un estadio expectante esperando ver si en la última pelota aparecía la diferencia. Pero este Central ahora juega a otra cosa. El canaya se reformuló en su juego y es más expeditivo, resuelve con menos pases los ataques y no se siente incómodo si el rival hace uso del dominio del balón. Aunque la victoria de anoche llegó a fuerza de voluntad, con un cabezazo genial de Alajandro Donatti, devenido no solo en el mejor zaguero central del plantel, sino ahora en goleador del equipo para ver a Central, al menos por unas horas, otra vez puntero del campeonato.

Los tres empates consecutivos que sumaba Central le sirvieron a Coudet para afinar ideas de juego. De aquel equipo que tenía un apego por la pelota, el Chacho llevó a Central a ser un conjunto más expeditivo en sus ataques. Sus avances son más concretos, como estiletazos.

En los primeros minutos, la ofensiva era con corridas de Aguirre que terminaban en centros al área. Hasta allí, San Martín no parecía superado por la apuesta canaya. Por el contrario, el partido tenía a un Central veloz para jugar y a los sanjuaninos dispuestos a tener buen manejo de pelota.

Pero la visita falló en una salida y Central golpeó: recuperó Ruben, giró y tiró un pase cruzado para la diagonal de Cervi, quien definió con un toque por sobre Ardente, haciendo parecer que había pinchado la pelota con su puntazo.

La idea de Central de generar ataques de poca duración quedó mejor expuesta en los primeros intentos, con remates de larga distancia, uno de Cervi desviado y otro de Delgado que rechazó el uno sanjuanino. San Martín no podía tener la pelota el tiempo suficiente para llegar al área canaya, aunque su tenencia de balón generaba inquietud en los hinchas.

El partido nunca cambió de ritmo. Los minutos pasaban y Central no encontraba el segundo gol, incluso no había remates al arco por parte del canaya. El equipo se frustraba en el último pase. Porque si no se anticipaba Ardente, cerraban los centrales visitantes a los intentos de Ruben y Cervi.

De igual forma, Central se sentía confiado. Jugaba despreocupado, hasta que San Martín lo sorprendió con un golazo cruzado de cabeza de Pumpido, tras un centro largo. Y entonces Central se desesperó. Coudet metió a Colman y luego el técnico se fue expulsado por sus repetidos reclamos.

En la urgencia, Central jugó a lo que podía, ansioso en cada jugada por llegar al área rival. San Martín, en cambio, se esforzaba en cada pelota por conservar su posesión. El canaya no tenía juego definido.

La descontrol del canaya por ir a la búsqueda de la victoria ofrecía una oportunidad a San Martín en contragolpes. Pero lo que quería el equipo de Mayor era que el tiempo pase. El árbitro adicionó cinco minutos y a Central el partido se le iba, atado en su frustración. La última jugada era con un tiro libre sobre la derecha a 35 metros del área. La pelota fue pasada y lejos del área menor. Ardente se quedó firme esperando lo que ocurría luego de que tantos fueran a cabecear. Y el que ganó fue Donatti, con cabezazo al segundo palo, que dejó al uno sanjuanino parado en su arco y a los 40 mil canayas saltando de alegría en las tribunas.

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