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Lunes, 13 de abril de 2015
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Estalló la guerra en la barrabrava de Newell's: un sector desaira al Panadero Ochoa

A los tiros se disputan el liderazgo

Mientras "Chivo" Saravia mantiene el liderazgo, y sigue siendo fiel al líder que está encarcelado en la Unidad 3, los nuevos rebeldes son "Leo" y "Al Pacino", que quisieron destronar a Saravia. La pelea incluye intereses del narcotráfico.

Por Alejo Diz
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El paraavalancha quedó en mano de los hombres de mayor confianza de Ochoa tras la detención del líder.

Un sector de la barrabrava de Newell's rompió fidelidad con su líder detenido, Diego "Panadero" Ochoa, y explotó la interna en la popular rojinegra, con ataques de arma de fuego y amenazas cruzadas. El nuevo conflicto en la tribuna del Coloso repite algunas de las situaciones vividas en 2010, cuando Matías Pera y Maximiliano Rodríguez intentaron tomar el mando de la hinchada cargando a golpes de puño contra su jefe. Como en aquella oportunidad, otra vez aparecen cómplices necesarios, y se cruzan intereses de sectores vinculados con el narcotráfico de la ciudad y la policía. Los nuevos rebeldes son el joven "Leo" y el veterano "Al Pacino", quienes el lunes 29 de marzo se presentaron en las instalaciones del Parque Independencia "como nuevos jefes de la barra", aunque la seguridad privada de la entidad les impidió el acceso. La barra sigue en manos de Nelson "Chivo" Saravia, quien mantiene lealtad a Ochoa y por tal ya recibió dos ataques con armas de fuego.

El líder ausente

Con la detención de Diego Ochoa, en agosto de 2013, la barra de Newell's se enfrentó el desafío de mantener el poder con la ausencia de su líder. El paraavalancha quedó en manos de los hombres de mayor confianza de Ochoa, conocidos con los seudónimos de "El Paraguayo", "Leo" y "Chivo" Saravia. El primero de ellos era el referente de la hinchada en Villa Gobernador Galvez, el segundo se ocupaba en los partidos "del control de la puerta y los arreglos con la policía" y el tercero asumía la responsabilidad de todo, siendo a su vez el representante rojinegro de todo barrio Alvear.

La relación entre los referentes empezó a fracturarse a comienzo del año pasado cuando El Paraguayo se lanzó a "revender las entradas que eran para la gente que se moviliza en cada partido, y Leo se acercó a un narcotraficante de la zona oeste conocido como Junior", confió un miembro de la hinchada.

"En la hinchada no se vende droga, es una pelea que Diego (Ochoa) dio con la policía y que nosotros vamos a bancar. Tenemos claro que cuando se meta la falopa en el club para su distribución, acá se pudre todo", apuntó un barra a este diario.

El punto de inflexión en la relación entre Leo y Saravia sucedió el 13 de septiembre de 2014, en ocasión del recital del cantautor Ricardo Arjona en el Coloso del Parque, cuando los barras advierten que "Leo proveyó de droga al staff extranjero que vino a montar el show", lo que derivó en una fuerte "discusión de Leo con Noni, que es otro de los incondicionales del `Pana' (Ochoa)".

Desde entonces, según confían testigos, el Chivo Saravia desplazó a Leo, El Paraguayo y Al Pacino, este último un veterano hombre de la hinchada, que supo estar cerca de Pedro "El Loco Demente" Bismark y los hermanos Camino. "El último partido que Leo y El Paraguayo vinieron a la cancha fue ante Arsenal el año pasado (24 de noviembre pasado). Con Alpa (por Al Pacino) estaba todo bien, más allá de que era amigo de ellos, y siguió viniendo, sin problemas, incluso con su familia. Lo que acá no se perdona es que Leo era muy amigo del Pana (Ochoa), esa falta de códigos se paga".

Los nuevos referentes

En el comienzo del nuevo torneo, la incertidumbre se mantuvo hasta el primer partido, que la Lepra jugó ante Independiente en el Coloso. "Chivo" Saravia matenía el control de la barra, accediendo a su círculo íntimo "Verdurita", cara visible de la hinchada en barrio Tablada, y "Gato", referente también en Villa Gobernador Gálvez. "La apuesta de Leo fue enfrentar los barrios dentro de la hinchada para quedarse con el mando. Se reunió con Verdurita y Gato para organizar un ataque de la gente de Tablada y Gálvez contra la de Alvear, que responde al Chivo. Pero ellos se mantuvieron fieles al Pana (Ochoa)", confió otro barra, testigo de la última discusión de Leo con los líderes de la popular.

Durante el tiempo que Leo no asistía al Coloso del Parque, el barra marginado construyó una "estrecha relación" con una efectivo policial conocida en la noche rosarina como "La Gringa", a quien a su vez se la vincula en la fuerza policial con el comisario Hernán Brest, responsable en octubre de 2011 de una veroz represión a los hinchas de Newell's por parte de la policía montada en el interior del club. Y en Newell's nadie se olvida de la Gringa. Porque uno de sus hijos es un conocido barra de Central, quien se robó en 2010 de las instalaciones del Coloso la bandera de la barra de Ochoa ("La hinchada más popular"), con la colaboración del ex barra rojinegro Matías Pera. Las cámaras del club registraron el ingreso de los barras canayas al parque Independencia con la complicidad de Pera.

El ataque

La paz en la tribuna rojinegra se rompió el jueves 26 de marzo pasado, cuando Chivo Saravia fue víctima de un ataque a balazos con una 9mm al retirarse de las instalaciones del parque Independencia. El Chivo fue sorprendido cuando circulaba en su auto particular por Av. Ovidio Lagos, a la altura del estadio Municipal, cuando dos jóvenes que se movilizaban en moto abrieron fuego sobre el rodado, con disparos que dieron en la parte baja de las puertas, en clara señal de amedrentamiento.

Al día siguiente, La Gringa se comunicó con Marcelo, amigo de Saravia, para "preocuparse por la salud del Chivo". "Le dijo que se enteró por un vecino y que mandó de inmediato los patrulleros. Y era verdad, porque nosotros, que todavía estábamos en el club, vimos que pasó la policía al poco tiempo de que se fue el Chivo. ¿Podemos ser tan giles de pensar que a La gringa le avisó un vecino? La cosa venía rara desde temprano, porque a todos nos llamó la atención que ese jueves no vino a comer el asado Al Pacino, porque el flaco no falta nunca".

El lunes 30 de marzo, a las 10 de la mañana, Leo, el Paraguayo y Alpa, junto a diez personas más, se presentaron en el parque Independencia reclamando hablar con los dirigentes, asumiendo ser "los nuevos jefes de la barrabrava". "Dijeron que ya habían arreglado con la policía, que la gente de barrio Alvear no estaba más con el Chivo y les faltaba avisarle a los dirigentes", precisó un testigo. La seguridad privada del club impidió su acceso, y lo que vino después fue una serie de ataques con armas de fuego en los domicilios de los barras.

La hora de las balas

Tras el fallido ingreso al club en condición de "nuevos barras", La Gringa denunció un ataque a balazos en la florería de su familia y señaló como responsable a Saravia. Ese mismo lunes, por la noche, la casa de Leo (Buenos Aires al 7000) recibió tres impactos de bala. El ex amigo de Ochoa no hizo la denuncia. El jueves 2 de abril, a las 10 de la mañana, el portón del domicilio de Saravia (24 de setiembre y San Nicolás) recibió el impacto de tres balas 9mm. Saravia elevó la denuncia, en respuesta a la presentación que hizo La Gringa.

El mismo jueves por la noche, a pocas cuadras de su casa, Saravia se encontraba con parte de la hinchada que lidera en barrio Alvear "tomando unas cervezas", cuando la policía montó un operativo, llevándose detenidos a los 18 barras presentes, tras confiscar una pistola 9mm, cuyo dueño tenía autorización para portación, aunque no cargada, como se encontraba, y dos pistolas Bersa en manos de dos menores. El viernes por la mañana, uno a uno fue recuperando la libertad.

El domingo 5 por la noche, madrugada del lunes, fue víctima de un ataque con arma de guerra "El Colo", uno de los fieles a Ochoa, en su domicilio de Necochea y Dean Funes. El portón de la casa recibió 13 impactos, que fueron peritados por personal de la Policía de Investigaciones. "El Colo es un peregil, se la agarraron con él porque es muy amigo de Ochoa, en la barra está a cargo de las banderas, no maneja gente. Labura en una fábrica de muebles. Lo que quieren es que los fieles al Pana (Ochoa) dejen de venir a la cancha, y a veces lo logran, porque en el partido con Unión ya no vino".

Más tarde, la cuñada del Colo recibició una amenaza por mensaje de texto con destino a la madre del barra, enviado por la página web de la prestadora del servicio, donde rezaba: "A vos, la madre del `Colito', también te va a tocar", según consta en la denuncia hecha en fiscalía.

El intento de toma del poder de la barra de Newell's por parte de Leo, Al Pacino y el Paraguayo aparece en momentos en que su líder, Diego Ochoa, se encuentra detenido en la Unidad Penitenciaria Nº 3 de Zeballos y Richieri, aislado, sin acceso a comunicación telefónica, ni agua, ni luz y con la negativa del personal policial a recibir incluso visitas masculinas. Sus abogados presentaron un habeas corpus denunciando la violación de derechos en tales condiciones de reclusión. "El Pana (Ochoa) no sabe nada de todo esto, nadie puede hablar con él, aunque desde su lugar tampoco puede hacer nada. Nosotros tenemos claro lo que hay que hacer cuando la gente traiciona. Con la policía el problema es permanente y estamos acostumbrados, en cambio cuando el que te caga es el tipo confianza, la cosa se pudre", concluyó uno de los barras con voz de mando en la tribuna.

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