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Lunes, 25 de julio de 2016
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Incidentes en la tribuna durante el empate de Newell's y Central

Lo clásico fue la barra brava

Los juveniles de la Lepra y el Canaya aburrieron con un 0 a 0 en el que el local mereció algo más. Pero la atención estuvo en el paravalanchas donde sigue la disputa por el liderazgo de la hinchada. Los disturbios cortaron el partido.

Por Pablo Fornero
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En un sector de la popular apareció la imagen de Cuatrero Franchetti, asesinado en junio.
0 Newells: Unsain (5); Monzón (5), Pollacchi (4), Martínez (6), Valenzuela (4); Rivero (5), Ribero (5); Franco (5); Treppo (5), Tissera (5), Rotondi (5). DT: Juan Pablo Vojvoda.
0 Central: Ledesma (6), Gómez (5), Giménez (5), Alfani (5), Martinich (3); Banega (4), Mansilla (5), Pereyra (4); Becker (4), Reinoso (4), Lovera (6). DT: Leonardo Fernández.
Cambios: ST: Desde el inicio Zanotti (5) por Pereyra (C), 10m Fertoli (4) por Ribero (N), 16m Pilone por Lovera (C), 26m Torres por Rotondi (N), 37m Rodríguez por Reinoso (C), 45m Elías por Franco (N).
Arbitro: Silvio Trucco.
Expulsado: PT: 44m Martinich (C).
Cancha: Coloso del Parque.

Unos 700 policías no pudieron evitar que un clásico amistoso, entre reservas, con un Coloso ocupado hasta la mitad de su capacidad, concluyera con incidentes. En el entretiempo del aburrido cero a cero que ayer se prodigaron Newell's y Central hubo corridas en la tribuna popular en la que se ubica la barra brava leprosa, luego de que una persona exhibiera un arma de fuego. El incidente generó que una gran cantidad de hinchas se corriera a una de las plateas y el partido demorara su reanudación más de lo previsto. Luego se detuvo nuevamente cuando no más de diez barras se subieron al alambrado. El partido fue muy pobre, el Canaya jugó todo el segundo tiempo con un jugador menos y definirá el cruce de la Copa Santa Fe en el Gigante de Arroyito.

Reuniones entre el gobierno provincial y los dirigentes de ambos clubes, la intendencia y ambos clubes, sesiones de fotos con los dos presidentes de las instituciones, derecho de admisión a unos cuarenta violentos, una salida a la cancha conjunta entre los planteles, hashtag gancheros, dignos del mejor creativo publicitario. Nada alcanzó para evitar que los barrabravas ganasen más atención que los jugadores. La interna de los violentos de Newell's se apoderó de la tarde, precisamente en el descanso cuando sorpresivamente todos los hinchas ubicados en la popular baja comenzaron a correr sin rumbo ante la estampida. Se vivieron minutos de suma tensión, luego de que apareciera una persona armada en el cemento de la tribuna. Justo en ese momento, el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro hablaba con los medios y tuiteaba: "#UnidosporlaPaz El mejor fútbol es una fiesta. Estamos supervisando el operativo de seguridad". El marco tenía poco de celebración. También escribió otro tuit, que luego borró: "Le pusimos límites a los violentos con decisiones concretas".

Asustada, la mayoría de los hinchas que quedaron presos de los barras se corrieron a la fuerza a la platea de la doble visera. Ganaron resguardo, al menos. En el centro de la popular, un grupo minúsculo de cien personas celebraba no se sabe qué sobre los paravalanchas. Descolgaron banderas, incluso una que recordaba a Matías Franchetti, el "Cuatrero" asesinado el 7 de junio en la puerta del estadio Marcelo Bielsa. Minutos después la volvieron a colocar en el alambrado. Otros trapos no tuvieron la misma suerte. La policía desplegó un interminable cordón dentro del campo, de cara a esa tribuna y las dos plateas. El partido se había desnaturalizado. "Váyanse todos, que no quede uno solo", cantaban los hinchas a los barras, en el único acto racional de la fría tarde. Pasado el temblor, volvió el fútbol, como si nada. Pero después, una decena de barras otra vez llamó la atención y subió al alambrado. El árbitro Trucco paró el partido y lo retomó unos minutos después. Sobre la hora lo volvieron a escalar.

Lo deportivo quedó en segundo plano. Newell's mereció llevarse más, fue superior tanto cuando se jugó once contra once como cuando tuvo ventaja. Pero no tuvo eficacia. Tissera y Treppo dilapidaron claras chances en el primer tiempo y Ledesma demostró que tiene condiciones para defender el arco canaya. A Central lo condicionó la expulsión de Martinich. Fernández decidió acomodar la defensa y castigó al habilidoso Pereyra. Así, entregó toda posibilidad de atacar. Cuidó el resultado y se aferró al empate. La revancha, en seis días en Arroyito, dirimirá cuál de las dos reservas avanzará de ronda en el torneo provincial.

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