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Pálida por donde se la mire. Así fue la imagen que dio Central ayer al perder por 2 a 0 ante Vélez. Al local le bastó con marcar tantos en el inicio de las etapas y luego controló al Canaya, que tuvo errores groseros en defensa y mediocampo. Coudet deberá meter cambios para recuperar imagen.
Vélez no le dio aire. Acaso porque arrancó el torneo con una derrota, el local no titubeó y salió a atacar sin miramientos. Basó su potencial en el trío ofensivo, en un picante Díaz, dueño de una zurda endiablada, el buen pie del habilidoso Romero y la experiencia de Pavone. Así llegó la apertura del marcador, apenas nacía el juego, aunque contó con la invalorable ayuda de los centrales rosarinos, que primero fallaron al despejar un remate y, luego, durmieron tras el rebote que dio Sosa. Dos minutos después, Sosa le tapó de manera brillante un cabezazo a Romero. Central hacía agua, realmente. Burgos y Torsiglieri, como ante Rafaela, miraban la espalda de sus rivales. Pero tampoco ayudaban los volantes, Musto quedó muy solo en la marca y los externos fueron superados con facilidad. Vélez se floreó, al menos hasta los 25 minutos cuando el partido cambió su tónica y los de Coudet lograron hacer pie en el Amalfitani. Ruben hizo la diagonal tras pase de Lo Celso y Aguerre se lució en la tapada. Pasada la primera parte de la etapa, la cosa se había emparejado.
Montoya se amigó con la pelota y Fernández logró acoplarse a la ofensiva. En Vélez se vieron obligados a retroceder y ya no imponían condiciones. Fernández se vio solo en el ingreso al área, pero nuevamente el arquero local ahogó el festejo.
El epílogo empezó como la etapa anterior y todo el terreno que había recuperado Central para arañar el empate se esfumó en apenas un minuto. El solcito de Liniers invitaba a la modorra y los medios dejaron pasar sin marca a Caire. El lateral dejó en ridículo a Torsiglieri, que no supo contrarrestar, pasó a Romero, que asistió a Pavone, bajo el arco, para anotar su segundo gol de la tarde. A los 5 minutos, Salazar se hizo echar al agredir al goleador.
Coudet ensayó una levantada con el ingreso de Bordagaray y Camacho, quienes no pudieron gravitar con profundidad, pero dejaron en claro que merecen estar en la consideración atenta del entrenador. Ausentes sin aviso Ruben y Lo Celso, pasada la media hora se asociaron con precisión y el ex Racing casi anota el descuento. Central inquietó de manera tibia a Vélez, que no fue amplio dominador pero tuvo mucha tranquilidad y suma eficacia para quedarse con el triunfo.
Lo de Central preocupa. Particularmente, en la defensa y el mediocampo. El poderío ofensivo no se discute, es de los mejores del país, pero al fútbol se juega con dos arcos.
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