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Lunes, 20 de agosto de 2007
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TRABAJOSA VICTORIA DEL EQUIPO DE MARINI ANTE ESTUDIANTES

Ñuls sabe a lo que juega

Los rojinegros repitieron ayer el esquema planteado ante San Lorenzo: cortaron el circuito futbolístico del rival y apostaron a las corridas de sus juveniles. Si bien le faltó juego, consiguió su segundo triunfo consecutivo.

Por Alejo Diz
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Matías Donnet, autor del primer tanto leproso, escapa a la marca de Angeleri

2 ÑULS: Villar 6, Ré 5, Schiavi 6, Gaitán 5, Lucero 4, Seri 5, Bernardello 7, Husain 6, Donnet 5, Steinert 6, Da Silva 5. DT: Pablo Marini

1 ESTUDIANTES: Andújar 5, Angeleri 5, Alayes 4, Domínguez 4, Alvarez 5, Enzo Pérez 5, Braña - M. y Fabianesi 4, Benítez 5, Badell 6, Maggiolo 5. DT: Diego Simeone

Goles: PT: 27m Donnet (Ñ). ST: 3m Badell (E) y 35m Steinert (Ñ).

Cambios: PT: Edgar González (4) por Braña (E). ST: 14m Salcedo por Seri (Ñ), 21m Wilchez por Alvarez (E), 28m Vangioni por Lucero y Pablo Pérez por Donnet (Ñ), 38m Pirchio por Moreno y Fabianesi (E).

Arbitro: Pablo Lunati.

Cancha: Coloso del Parque

Expulsado: ST: 41m Husain (Ñ)

Parece que Ñuls encontró su lugar en el fútbol argentino. No se trata de una cuestión posicional en la tabla, sino, por el contrario, de la construcción de su identidad deportiva. Ante Estudiantes se dio un encuentro con características similares al visto ante San Lorenzo. Entonces ya no se puede hablar de casualidad. Los leprosos urdieron su estrategia en negarle cualquier expresión deportiva al rival y luego alzaron pretensiones en la corrida de algunos de sus juveniles. Con el azulgrana fue el azar; ayer, en cambio, la victoria emergió en una precisa combinación de sus delanteros. Fue a poco del final y como todo estuviera meticulosamente pensado.

"Les ganamos a los dos últimos campeones del fútbol argentino". Esta fue la primera lectura que hizo Pablo Marini. El técnico leproso está orgulloso de su equipo, que ya venció a San Lorenzo y Estudiantes.

Estudiantes vino con muchas ausencias -a último momento Piatti fue baja y ante el primer cruce de Schiavi la visita perdió a Braña-, algunas de ellas inesperadas. Ello le quitó convicción. Más aún cuando la pelota empezó a rodar y los leprosos pusieron en funcionamiento una sistema de juego colectivo de tendencia defensiva capaz de irritar hasta el arquero. Con Bernardello batallando y ganando todo, tras él se acomodaron un omnipresente Husain, un seguro Schiavi y un Ré regular. Dudas en Gaitán y zozobras en Lucero le daban protagonismo a Maggiolo y el inquieto Badell.

Su conducta defensiva tiene un costo alto: es poco el vuelo ofensivo que tiene Ñuls. Porque Da Silva tomaba la pelota lejos del área, Steinert no gravitaba y los volantes laterales (Donnet y Seri) eran incapaces de olvidar por algunos segundos sus obligaciones en la contención.

El partido encontró a Bernardello disfrazado de asistente, tirando un centro frontal para Donnet, que pisando el área chica superó a Andújar con cabezazo cruzado. Tras el gol, devuelta al barullo y la fricción, condiciones que impidieron a los platenses gestar algo cerca de Villar.

Con el descanso Estudiantes refrescó ideas. Al inicio del complemento el equipo de Simeone salió con más determinación. Puso a Ñuls en su campo y una infracción cometida por Lucero desembocó en un tiro libre cabeceado por Badell, al segundo palo, que no le dio margen de reacción a Villar.

La reacción de los leprosos fue con un tiro libre de Gaitán que Andújar despejó con los pies. Luego todo volvió a la normalidad: con Ñuls repartiendo rigor en la marca y Estudiantes buscando, infructuosamente, escapar a la trampa táctica. Con el paso de los minutos el pincha se entusiasmó -Simeone puso delantero por defensor-, y luego de que Lunati no cobrara un penal a Moreno y Fabianesi el equipo pisó el señuelo: de contra se lo ganaron.

Salió corriendo Steninert desde el área, descargó en Da Silva, el paraguayo devoró metros con sus rápidos pies, tiró el centro, y la pelota cayó en el pecho de Steinert, quien el bajarle la punteó con pie derecho. Restaban diez minutos. Ñuls ya había hecho su trabajo y dejó en papel de ingenuo a los pincharratas. Es difícil saber para qué está el equipo de Marini. Pero ya nadie puede preguntarse a qué juega.

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