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En el marco de una larga tradici贸n rosarina de coleccionistas y promotores culturales hoy sobresale Alberto Lorenzetti, quien alrededor de su propia colecci贸n de pintura y del trabajo social que lleva adelante desde el mostrador de su farmacia, viene articulando un programa art铆stico que persigue un acercamiento entre los sectores populares y el arte. Guiado por aqu茅llos ideales humanistas de la d茅cada del 60 cre贸, en el hall de su farmacia-laboratorio en los l铆mites de la Rep煤blica de la Sexta (Necochea 1787), un "Espacio de arte" en donde se desarrollan conferencias, exposiciones, visitas guiadas, presentaciones y salones.
All铆 el mes pasado se destac贸 el "Primer Concurso de Artistas Pl谩sticos: Elitismo para todos", certamen que convoc贸 a 110 artistas de Rosario y la regi贸n con "la intenci贸n de difundir el arte en la sociedad". Desde la expresa premisa de la libertad, este sal贸n --coordinado por Rub茅n Kavaliunas-- se sit煤a al margen de toda escuela o tendencia art铆stica, sobre todo del arte contempor谩neo, concentrado en torno a los museos municipales de Bellas Artes. El 煤nico v铆nculo posible se da en un aut茅ntico ready made publicitario: una propaganda de Gillette con los rostros de tres insignes deportistas (R. Federer, T. Woods y T. Henry) junto a un cartel que invita a vecinos y transe煤ntes a votar en el concurso tal como ya lo han hecho las celebridades. Esta atractiva acci贸n conduce sin m谩s a un sal贸n cargado de gran cantidad de obras curadas por Dolores Boja en donde la pintura se destaca entre unos pocos dibujos y esculturas.
Si bien la calidad de las obras expuestas podr铆a ser duramente cuestionada, el valor de este sal贸n radica en su masiva convocatoria. En s贸lo una quincena, desde su apertura hasta la concurrida instancia de premiaci贸n del 31 de marzo, pasaron por all铆 m谩s de 1100 personas, algo que no ha logrado ninguna instituci贸n cultural de la ciudad hasta el momento. El rasgo que le otorga singularidad al concurso fue la composici贸n de su p煤blico: vecinos del barrio y clientes de la farmacia Lorenzetti, que precisamente no se destacan por ser habit煤es de los eventos organizados por los centros de validaci贸n art铆stica, y que en esta instancia adem谩s tuvieron la oportunidad de premiar a las obras con su voto. El jurado popular con enorme entusiasmo otorg贸 el primer premio (700 pesos) al 贸leo "Primavera" de Silvina Giustina con 77 votos, el segundo (500 pesos) a la escultura en madera "Sagrado Coraz贸n" de V铆ctor Varas con 59 y el tercero (300 pesos) al acr铆lico sobre lienzo de Ayelen Fayolle con 47. Las obras premiadas formaran parte de la colecci贸n de la galer铆a a diferencia de las menciones especiales concedidas a Liana Romani por su 贸leo "Corona de espinas" y a M. Soledad Galimberti por su dibujo al l谩piz "Ursula" con 42 y 31 votos respectivamente.
A partir de estos resultados, el primer sal贸n barrial organizado por Lorenzetti ha cumplido ampliamente con sus objetivos: por un lado, agrupar a personas y artistas, en su mayor铆a amateurs, interesados en sumar fuerzas y defender sus intereses y por el otro, lograr una amplia convocatoria a fin de promover y difundir la actividad art铆stica entre los sectores populares y medios para dar forma a instancias de legitimaci贸n, tanto simb贸licas como econ贸micas, para el arte producido en la ciudad. La labor de Lorenzetti sirve como ejemplo tanto en su constante participaci贸n en el mercado de arte local como en el apoyo y rescate de diversas actividades art铆sticas.
La importancia del coleccionismo de arte privado en Rosario fue vital ya que inicialmente supli贸, y luego gui贸, a las t铆midas pol铆ticas estatales en Bellas Artes hasta la definitiva consolidaci贸n del campo art铆stico. Fueron los coleccionistas quienes institucionalizaron el 谩mbito art铆stico a trav茅s de la creaci贸n y el fortalecimiento de los Salones de Oto帽o desde 1917 y de la formaci贸n del Museo Municipal de Bellas Artes en 1920. Desde el pionero Juan B. Castagnino enmarcado en las matrices del primer nacionalismo cultural hasta la promoci贸n del arte de vanguardia de Isidoro Slullitel, el arte rosarino cont贸 con coleccionistas que r谩pidamente se convirtieron en animadores de programas culturales y art铆sticos. Una de las variables utilizadas por estos promotores para "civilizar" el gusto del p煤blico, afianzar el arte local o directamente promover ciertos lineamientos est茅ticos --y hasta ideol贸gicos-- fueron los salones y las exposiciones, algunas en base a sus propios fondos art铆sticos.
Sin embargo, los cambios en la estructura econ贸mica, social y pol铆tica del pa铆s ocurridos a partir del golpe de Estado de 1976 afectaron notablemente a la educaci贸n art铆stica y dejaron a Rosario sin estos agentes encargados de dotar de valor simb贸lico y econ贸mico a las obras de arte.
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