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Sábado, 10 de mayo de 2008
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Catupecu Machu presenta "Laberintos entre aristas y dialectos"

Un disco, dos formatos

Versiones acústicas y eléctricas ofrecerá esta noche en Metropolitano, la banda rockera. "Una de las características de Catupecu es que siempre estamos haciendo reversiones", dijo su tecladista, quien recordó al bajista Ruiz Díaz.

Por Edgardo Pérez Castillo
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El guitarrista y cantante Fernando Ruiz Díaz, líder de Catupecu Machu.

Nacida en el under porteño, donde brilló con su eclecticismo, y luego masificada gracias a hits capaces de movilizar tanto en discotecas ("Y lo que quiero es que pises sin el suelo") como en festivales rockeros (con el inagotable "Dale!" a la cabeza), Catupecu Machu ha logrado sobreponerse al accidente automovilístico sufrido por su bajista y productor Gabriel Ruiz Díaz, quien por estos días se recupera de las lesiones (ver recuadro). Después de reemplazarlo momentáneamente con Zeta Bosio como invitado, y establecido ahora el ingreso de Sebastián Cáceres en bajo y guitarras, Fernando Ruiz Díaz (voz y guitarra), Martín "Macabre" González (teclados) y Javier Herrlein (batería) regresaron a estudio para profundizar una vieja experiencia acústica y lograr así Laberintos entre aristas y dialectos, el disco que hoy estrenarán en Metropolitano.

Así lo adelantó Macabre a este medio: "Básicamente vamos a estar presentando el disco, diferentes versiones en formato acústico y eléctrico. Y como hace mucho que no vamos por allá seguramente vamos a hacer un repaso por toda la carrera de Catupecu. El show va a estar constituido por dos partes, por un lado la presentación de Laberintos... y por otro los temas de los otros discos, que algunos van a estar en sus versiones originales, pero una de las característica de Catupecu es que siempre estamos haciendo reversiones. Eso por ahí surge en la previa de hacer la lista, o en el camarín se modifican cosas. Pero en líneas generales el concepto del show en Rosario es eléctrico".

Aunque a diferencia de las muchas que se subieron al tren del acústico cuando la readaptación unplugged era un furor, la banda parece haber optado por la desaceleración como una reacción lógica a aquel incidente. "La idea viene por un montón de lugares --explicó el tecladista--. Por un lado siempre vimos al formato acústico como bastante bastardeado, porque en general las bandas cuando hablan de un acústico hacen exactamente lo mismo pero sin distorsión. Cuando nosotros nos lo planteamos la idea fue remodelar los temas, hacer arreglos de cuerdas. De hecho hay temas que conservan las armonías y las letras pero lo arreglos son completamente diferentes. El formato acústico que nosotros interpretamos no es sacarle la distorsión y hacerlo más tranquilo, sino lograr la misma intensidad pero con medios acústicos, un piano, un cajón peruano o una guitarra española".

"Por otro lado el origen del disco surgió de un show de hace tres años y medio que se había hecho en una radio en Buenos Aires, y fue de modo experimental, porque no había ninguna propuesta ni tampoco una idea de comercializarlo --completó--. Teníamos ganas de hacer un show con un trío de cuerdas, con una guitarra española y un piano. Ese show quedó grabado, y luego del accidente de Gabriel ese show se resignificó muchísimo más para nosotros, porque están grabados el bajo y los coros de él, los arreglos de cuerdas los había hecho él, entonces tomó una importancia bastante diferente. Decidimos entonces que se volviera un disco, agarramos todos los tracks que estaban, volvimos a grabar lo que había quedado mal y la esencia quedó, porque la voz es la de ése día, los bajos y coros de Gabriel son los originales. Entonces la idea de editarlo fue después del accidente, que resignificó todo porque en la grabación estaba Gabriel tocando. Lo que pasó es que la idea fue creciendo tanto que fuimos agregando versiones, temas nuevas. Hasta que llegó un punto en el que decidimos separar todo en dos discos, una parte en estudio y otra parte en vivo".

La experiencia de retornar a las grabaciones sin la presencia de Gabriel Ruiz Díaz como productor deja asentada una mecánica de trabajo que podría rendir frutos a futuro. "Hay temas nuevos, hay muchas ideas. Y la experiencia de estar sin Gabriel en el estudio ya sucedió en la grabación del disco A de Laberintos..., ahí fue someternos a la situación de que Gabriel no estuviera físicamente. Porque en realidad creo que fue el disco en el que más intervino, porque fue el productor de todos los otros discos de Catupecu, y nosotros de atrevidos nos encargamos de hacer este nuevo disco. Pero ante cualquier situación que surgía nos preguntábamos qué hubiera hecho Gabriel, cómo grabaría, fue como tenerlo todo el tiempo. Así que ante la eventualidad de un futuro disco creo que se llevaría a cabo de la misma manera. Hay cosas que aprendimos de él y fue como repartirnos las tareas", expresó finalmente González.

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