Gustavo Cova vive en Buenos Aires. Su trabajo audiovisual lo ha acercado al cine publicitario en paÃses como Argentina, México, Ecuador y Brasil; además de incursionar en la dirección de programas de televisión y documentales. La serie animada City Hunters, uno de sus últimos trabajos televisivos, le ha valido la colaboración del dibujante italiano Milo Manara. Pero Gustavo, ahora, se encuentra arrinconado ante la amenaza virulenta de, ni más ni menos, Boogie el Aceitoso. TÃtulo del film animado que lleva a la pantalla al personaje que Roberto Fontanarrosa publicara como historieta entre los años 1972 y 1995.
Telefónicamente, y a espaldas de ese matón virulento de quien ya puede verse un trailer de 3 minutos (y que puede consultarse por Internet), Gustavo nos cuenta detalles del film.
-¿Cómo pensar un guión cinematográfico sobre Boogie, el Aceitoso?
-Siempre te pasa que cuando leés un libro y luego mirás la pelÃcula, resulta muy difÃcil trasladar lo que uno sintió e imaginó, son como diferentes medios. Soy un fanático de la historieta argentina en general y de Boogie en particular. Tengo un sentimiento muy profundo con respecto a un montón de recuerdos de mi niñez y de las revistas Hortensia, Humor y SuperHumor, donde salÃa publicado Boogie. Pero hay chicos de una nueva generación que no conocen el personaje. Por eso, tenemos que explicar y contar un poco cómo es Boogie. Tenemos que tomarlo como una pelÃcula en sà y no sólo como un homenaje.
Lo mejor que tiene el guión del film es que se han respetado tanto la ideologÃa como las historietas originales, alrededor de las cuales se fue armando una historia general. Lo más interesante es que tenemos una suerte de guionista privilegiado que fue Fontanarrosa, quien a través de sus historietas nos permite encontrar, a cada minuto de la pelÃcula, una idea inteligente, un gag, o un pensamiento detrás de cada frase. Boogie tiene que funcionar como film y yo soy un defensor de las pelÃculas como entes autónomos. Que sean entretenidas y emocionantes. El fin de una buena pelÃcula es contar una buena historia. Si te aburre...
-¿Y la selección de las voces?
-La voz de Boogie la hace Pablo Echarri. Hay una voz femenina protagonista, que es de Nancy Dupláa. Pablo es un tipo enamorado de la obra de Fontanarrosa. Muchas veces estuvo en cercanÃa con el Negro, tratando de llevar proyectos en común. Estuvimos trabajando mucho en la búsqueda del tono vocal adecuado, porque Boogie es una gran sátira a las pelÃculas norteamericanas como Harry el Sucio, y está escrito en un castellano neutro. Boogie no es argentino, sino un personaje norteamericano, y sus historias transcurren en Estados Unidos o en otros paÃses del mundo. Es una gran parodia, y nosotros jugamos en función de esa parodia.
-Ante la inminencia del estreno, ¿cómo se manejan los tiempos?
-Es muy difÃcil hablar de cine argentino sin hablar de dinero, y el tiempo en el cine es dinero. Soy un agradecido a José Luis Massa, director de Illusion Studios [compañÃa productora de Boogie], por la libertad creativa que me dio. También a todo el equipo en general. Es raro lo que nos está pasando con Boogie, hay como un sentimiento generalizado que nos dice que no podemos hacer algo malo. En mi escritorio tengo una foto de Fontanarrosa que me mira todo el tiempo y a la que le digo: "no te voy a defraudar Negro". Todos estamos muy compenetrados en hacer algo muy bueno y luchamos contra viento y marea. Desde los animadores, los compositores, los chicos que hacen fondos, estamos todos muy enamorados del proyecto. Es único en la animación argentina. Boogie no es una pelÃcula para chicos. Si bien estamos tratando de hacer una pelÃcula que sea para un público amplio, va a estar dirigida a un público adolescente y adulto. Es una gran apuesta.
-¿El contexto que supieron tener las historietas de Boogie se diferencia del actual?
-Creo que hay algo que no cambió. Uno lee a Fontanarrosa, a Quino, a Oesterheld... el mundo avanza y parece que no hemos aprendido nada. De lo que ellos se reÃan nos podemos seguir riendo nosotros, porque lamentablemente las situaciones siguen siendo muy parecidas. Boogie es actual, muy contemporáneo. Habla tanto de la violencia del sistema como de la violencia interna que tenemos hacia nosotros mismos.
-¿Cómo fue trabajar con el dibujante Milo Manara en la serie City Hunters?
-Fue un proyecto divino. Soy un agradecido a Dios y a la vida por este tipo de oportunidades. Cuando me enteré de que estaban por hacer la pelÃcula de Boogie pensé: "cómo me gustarÃa dirigirla". Suena el teléfono y me la ofrecen, no lo podÃa creer. Lo mismo pasó en aquel momento con City Hunters. Estaba trabajando en otra empresa, Encuadres, haciendo una serie para Televisa (México) en 3D. SabÃa que se estaba haciendo algo con Manara, y que habÃan viajado a Italia. En algún momento vino un director de Fox, que hacÃa los Simpsons, como para tratar de organizar el tema. Pero finalmente me lo ofrecieron a mÃ. Lo increÃble es que cuando conocés a gente como Milo Manara, resulta increÃble. Alguien que ha trabajado con Fellini, haciendo historietas, storyboards... ¡Sus libros! Tantos años de mi adolescencia y de cosas que mejor ni te cuento...(risas). Y de pronto te encontrás con alguien tan simple como cualquiera. El tipo estaba fascinado, contentÃsimo con lo que habÃamos logrado hacer.
-En vistas al trabajo finalizado, ¿qué esperás de Boggie?
-Le tenemos muchÃsima fe. En lo personal, trato de no defraudar a Fontanarrosa. Por eso sé que, si no lo defraudo, no voy a defraudar a la gente que ya conoce a Boogie. Y a los que no lo conocen les vamos a dar la oportunidad de conocer una parte de nuestra historia visual, y de enamorarse de un personaje y de alguien como el Negro, que fue único en la historia cultural argentina.
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