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Viernes, 16 de enero de 2009
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TEATRO. Andrea Fiorino actúa los sábados, a las 22, en el Café de la Flor

Humor para atravesar las diferencias

En Para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, la actriz hace stand up para recrear una hilarante guerra de los sexos. El asado, el amor, las cirugías, los imperativos estéticos nada se salva de su mirada corrosiva.

Por Evelyn Arach
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Andrea Fiorino temía al stand up. "Y terminó siendo lo que más me gusta hacer", confesó.

Andrea Fiorino había programado un descanso de dos meses durante el verano, tras vivir un año intenso. Pero no. La convocatoria del Café de la Flor la hizo cambiar de opinión y durante todos los sábados de enero a las 22 horas, presentará Para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, un espectáculo de humor que se centra en las diferencias entre hombres y mujeres y en el que -recreando la mística del stand up- aparece por primera vez sin personajes que la enmascaren, a cara lavada, acompañada sólo por un banquito y un micrófono. "Es a lo que más le temía cuando estrenamos en febrero de 2008, y terminó siendo lo que más me gusta hacer", confesó. La actriz aseguró que seguirá presentándose durante todo el año en distintos escenarios de la ciudad y también habló con Rosario/12 sobre el rol de la mujer en el poder, criticó el lugar que ocupa el teatro local en los medios de comunicación y contó sus aspiraciones para un año que recién comienza.

Para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero, se convirtió en un referente del humor local durante todo el año pasado. La infidelidad, la separación, la culpa, la familia y hasta los ritos que unos y otras tienen a la hora de preparar una comida forman parte del show, que desata carcajadas y sonrisas de identificación. "Al hombre le cuesta entrar en el espectáculo. De entrada empiezan a sospechar que es feminista y que les voy a dar con un caño. Pero eso no es así, también hay una autocrítica muy fuerte a mi propio género. Y entonces a los 15 minutos se relajan y empiezan a reírse", contó Andrea. Y agrega que lo que más les gusta a los caballeros es la descripción que ella hace en uno de los variados monólogos sobre lo que sucede en una familia cuando el hombre decide hacer un asado. "Una piensa que se va a relajar, pero se pasa toda la mañana corriendo: alcanzándole el carbón, la sal. Y después lavando los platos. Espero que a partir de la identificación que surge cuando lo cuento, algunos hombres cambien", bromeó.

También aparece como una diferencia muy marcada la visión opuesta que tienen entre ambos sexos sobre la decadencia física que trae aparejado el paso de los años: "A nosotras los pelados nos parecen sexys. Pero una no se puede dejar una raíz entrecana sin teñir, porque estás fuera de combate", reflexionó con la ironía que la caracteriza.

El textos se nutre de monólogos propios y otros inspirados en los de la escritora María Rita Figueiras. Están mechados con tres tangos interpretados por ella: Qué querés con ese loro, de 1929; El que atrasó el reloj, de 1933 y Tranquilo, viejo tranquilo, un tango que popularizó Tita Merello y que a diferencia del resto es más bien optimista y apunta a mantener la calma cuando se desatan los vientos de la adversidad. "Creo que fue una buena elección para un año difícil en el que pasó de todo. Como cada vez que estreno un espectáculo, hice una gira por algunos pueblos y ciudades del interior, y me encontré con que hubo gente que no podía llegar porque las rutas estaban cortadas debido al conflicto del campo. Terminar cantando esa canción me pareció acertado. Hay que tirar para adelante", sostuvo.

Pese a todo, siguió al frente de la cartelera local y eso es lo que rescata con optimismo. "Se fue un año complicado en el que sin embargo pude seguir haciendo teatro, estar vigente y convocar al público. Espero que en este suceda lo mismo", se esperanzó.

Las proyecciones personales para el 2009 son variadas. "No tengo ganas de volver a la tele, sí me gustaría hacer un espectáculo acompañada porque me cansé de estar sola", confesó y aclaró que lo más probable es que elija dirigir como ya lo hizo con el unipersonal Povereta María, que protagonizó Silvina Santandrea y también con otras obras. Cuando le consultan sobre la posibilidad de compartir la escena con algún actor, explicó que "es complicado porque la mayoría de los actores que hacen humor son transformistas y es muy diferente la energía que tienen arriba de un escenario, a menos que se escriba algo pensado para una dupla con esas características". También aseguró que le "encantaría" hacer cine aunque hasta ahora no hay ninguna propuesta.

Andrea Fiorino encarna desde hace 20 años a distintas mujeres. Personajes que le han valido el reconocimiento de la platea local y la consagración como actriz. Aunque ella misma confiesa que la actuación le llegó por casualidad: "Me convocaron para hacer la asistencia coreográfica de la obra Sueño de una noche de verano, de Shakespeare y un actor se enfermó. Lo reemplacé en ese papel y así comenzó todo", relató. Con el tiempo la actuación fue el eje de todos sus proyectos, pese a la enconada oposición de sus padres. "Me hicieron la vida imposible. Papá alcanzó a ver una de mis obras, El Discurso antes de morir. Ese año nos habíamos reconciliado-, recordó.

Transitar sola y con esfuerzo el camino que la llevó al éxito le generó una fuerte conciencia de género y por eso opina con convicción respecto al lugar que ocupan las mujeres en la política: "No soy feminista ni la voté, pero me gusta que tengamos una presidenta, me parece que es cierto que se le va a hacer más difícil por ser mujer. Nunca hemos sido muy apreciadas, sobre todo en esos espacios de poder. Aunque estoy convencida de que tenemos la fortaleza para cambiar muchas cosas", afirma.

A la hora de hablar sobre los espectáculos locales, la histriónica comediante se puso seria y adoptó un tono crítico. "En Rosario siempre hay movidas culturales interesantes, pero me decepciona ver que todas quedan en la nada. Siempre parece que alguna situación va a cambiar la existencia de la cultura en la ciudad pero no ocurre. Por ejemplo, Juan Pablo Geretto, un actor de acá llenó los teatros y daba la sensación de que a partir de ahí los artistas de Rosario podrían lograr que la gente se volcara a sus propuestas. Pero no -cuestionó-. Salvo a Juan Pablo y por un tiempo a mí, eso no volvió a darse y la culpa no es del público, que cada vez que hay un espectáculo responde, sino de algunos medios masivos que priorizan todo lo que llega de Buenos Aires. Es doloroso ver que se habla de las noticias de Rosario, del fútbol de Rosario pero no de los espectáculos de Rosario.

Tras un breve silencio, Andrea Fiorino retoma su tono. Mañana por la noche volverá a plantarse frente al público, donde otra vez la risa alejará los sinsabores, al menos por un rato.

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