"¡Cómo me gustarÃa hacer visible un delirio con la pátina gris y triste de nuestra patria!" le escribió el artista porteño Marcelo Pombo a Roberto Echen, director artÃstico del Castagnino+Macro. Este deseo logró realizarse en una muestra, curada por Marcelo Pombo, en la que él expone su obra junto a tres de los artistas que formaron parte del Grupo Litoral. La muestra incluye a maestros rosarinos célebres y otros casi ignotos; todas las obras menos las de Pombo forman parte de la colección del Museo. Algunas incluso se hallaban sin clasificar. "Pero el gesto de Pombo -según Echen-, desde el mismo deseo deriva, disemina la lectura de esa historia y de la propia obra".
La exposición, que puede visitarse en horario de verano (hasta las 22) y hasta el 2 de marzo en el primer piso del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro, Bv. Oroño y el rÃo), se titula, asincrónicamente, Nuevos artistas del grupo Litoral e incluye sólo a tres integrantes del grupo creado en Rosario en 1950: un paisaje al óleo de Francisco GarcÃa Carrera (n. 1914; m. 1976), otro de Carlos Uriarte (n. 1910; m. 1995) y una naturaleza muerta con flores de Pedro Giacaglia (n. 1922; m. 1997).
Entre los "colados" se encuentran figuras de peso como la poeta y pintora Emilia Bertolé (El Trébol, Santa Fe, 1898; Rosario, 1949) de quien se muestra un pequeño pero hermoso paisaje y uno de los retratos que ella realizaba por encargo para la burguesÃa. También son de la partida un magnÃfico óleo semiabstracto biomórfico de Raquel Forner (Buenos Aires, 1902; 1988), titulado Encuentro; un paisaje de Domingo Candia (n. 1897; m. 1975), y otro de Manuel Musto (Rosario, 1893; 1940).
La combinación hace ruido: al chequear las fechas se descubre que el impresionismo rosarino tardÃo de Musto y el romanticismo también rosarino y también tardÃo de la Bertolé han coexistido en el tiempo con el alto modernismo capitalino de la Forner y con la demorada reinvención que Candia hizo de Cézanne ante las sierras cordobesas. Una cultura periférica contiene diversas temporalidades históricas, y la pintura argentina no podÃa ser la excepción.
Pero no sólo de tiempo vive el arte. Un óleo de MatÃas Molina, titulado Los vecinos, que representa a unos pobres pescadores junto a su precaria choza con toda la suntuosidad moderna del óleo de mediados del siglo XX, cuelga junto a Los sin techo, esmalte de Marcelo Pombo que combina el contenido social y polÃtico con una estética neo pop, o "del Rojas". La yuxtaposición provoca en el espectador informado una reflexión crÃtica en torno a cómo ciertos artistas de mediados del siglo pasado cultivaron lo sublime de la pobreza pintando para el público de la progresÃa (neologismo por burguesÃa progresista) que constituÃa su mercado. Pombo, nacido en Buenos Aires en 1959, pertenece a una generación de artistas argentinos provenientes de la clase media, no burgueses, y que (no tanto por esto, sino porque la época es otra) representan las carencias con una mirada más crÃtica del sistema que las produce, especialmente después de 2001. Su dibujo a la tinta sobre papel, Manifestación de pescadores y pescados es un ejemplo de esta contemporaneidad. El tÃtulo es importante: la palabra "manifestación" evoca a Berni y remite a un sujeto colectivo polÃtico, mientras que en clave teológica designa la materialización de un destino metafÃsico; y los "pescadores y pescados" bien podrÃan alegorizar ¿qué, si no? la lucha de clases. Intromisión incómoda en esta especie de arqueológico living de clase media alta de comienzos de los años '60 que Pombo reconstruye sin piedad, generando a través de su curadurÃa de artista algo muy parecido a una ambientación de objetos que acompaña y potencia sus obras.
No podÃa faltar en ningún living de Barrio Martin la figuración isleña, tan bendecida por el mercado de entonces como despreciada por los modernos del grupo Litoral y por los modernos en general, del pintor Raúl DomÃnguez (y por eso Pombo la incluye); ni tampoco la delicadeza de los paisajes costeros de Luis Ouvrard (n. 1899; m. 1981), un excéntrico en su época y hoy, extrañamente, casi lo más bello para el gusto contemporáneo de toda la muestra. Hasta parece un pariente cercano estético de Ornamentos en el paisaje, esmalte de Pombo. Completan el efecto living esculturas de Juan de Dios Mena, Stephen Erzia, Miguel Angel Budini, Naum Knop y un misterioso Roberto..., además de un paisaje más por Molina y un adefesio inclasificable de Mariette Lydis, una figura con paisaje al óleo titulada La pasajera. La mezcla subvierte la valoración de los maestros locales al ponerlos junto a obras que son prácticamente objetos kitsch y demostrar que conviven sin demasiados problemas.
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