Imprimir|Regresar a la nota
Lunes, 2 de febrero de 2009
logo rosario
CINE El baño del papa, interesante título uruguayo que llegó a las salas comerciales

Refrescante baño de dignidad popular

Dirigida y escrita por César Charlone y Enrique Fernández, la película cuenta la conmoción de un pueblo fronterizo de Uruguay, en 1988, cuando se anuncia la llegada de Juan Pablo II. Sus sufridos habitantes buscan la manera de "salvarse".

Por Emilio A. Bellon
/fotos/rosario/20090202/notas_o/06A.JPG
Beto pone el pellejo para beneficio de otros, y cree haber alumbrado un brillante negocio.

El baño del papa. Uruguay-Brasil-Francia, 2007

Guión y dirección: César Charlone y Enrique Fernández

Música: Gabriel Casacuberta y Luciano Supervielle.

Fotografía: César Charlone.

Intérpretes: César Troncoso, Virginia Méndez, Mario Silva, Virginia Ruiz, Nelson Lence, José Arce.

Duración: 100 minutos.

Salas de estreno: Del Siglo y Monumental.

9 (nueve) puntos

Cuando ya pasaron algunos minutos luego de la finalización del film, se puede pensar, con cierta añoranza, porqué no podemos llegar a ver en salas de estreno otros tantos films latinoamericanos, que como éste, de origen uruguayo, y realizado en coproducción con Brasil y Francia, honran toda la cartelera. Como ocurría, igualmente, con el film Whisky que, desde el primer día de exhibición, llegó a tener una gran respuesta por parte del público.

El film de los guionistas y directores Charlone y Fernández, que logró gran repercusión y asistencia en el país vecino, fue presentado por primera vez en la sección "Una cierta mirada" del Festival de Cannes de 2007 y posteriormente, meses después, en el "Festival de Cine de Derechos Humanos de San Sebastián". Tal vez por esto, por ese reconocimiento internacional es que finalmente algunos distribuidores decidieron estrenarla. No ocurre esto con la mayor parte de los films de otros países.

Film de bajo presupuesto, con algunos ecos de la estética de los años del neorrealismo italiano y de algunos films de la "serie social" de principios de los años 60, El baño del papa es al mismo tiempo, una tierna y dolorosa sátira sobre los comportamientos sociales, desde un relato que valora la cotidianeidad como principal figura y que apuesta a la captación de la dinámica de ciertos hechos sociales y culturales, ubicados, en esta oportunidad, en un sector carenciado de la población y en zona de frontera.

La acción transcurre en 1988. En Melo, esa pequeña ciudad limítrofe -unos kilómetros más allá está Brasil- algo más que trascendente está por ocurrir. Y es que ya los medios comienzan a anunciar que en pocos días el Papa Juan Pablo II pasará por allí. Es entonces que la población del lugar comienza a alimentar un sueño, teniendo en cuenta que va a convocar a miles y miles de fieles que llegarán de diferentes lugares del país, del mismo Uruguay y de países vecinos. Cada uno, desde su paupérrima vivienda, en sueños o con los ojos abiertos, pensará en que tal vez allí está la gran oportunidad.

Para los que han visto el film de Luis García Berlanga de principios de los años 50, Bienvenido Mr. Marshall, una de las contadísimas obras que se atrevió a romper con los mandatos del régimen franquista en aquellos años, la trama puede llegar a resultar familiar. Y es que tal como podemos reconocer en El baño del papa hay tantas huellas del cine italiano, como señalamos, como del film costumbrista, marcado por el humor y cierta picardía de un cine que supo ubicarse en un lado diferente al del discurso oficial. Film de personajes anónimos que luchan por enfrentar lo cotidiano, sin estar sumidos en una ciega desesperación, tal vez porque pueden llegar a pensar en que los cambios son posibles. Como acontecía en el film de origen colombiano La estrategia del Caracol de Sergio Cabrera y en la producción cubana de José Luis Tabio, Lista de espera. Estos tres títulos, afortunadamente, se pueden aún ubicar en videocasette.

Alejado del movimiento de las grandes ciudades, la vida de los habitantes de Melo transcurre desde una lucha que los hermana desde su más abierta solidaridad. Pero también están allí los que más pueden, con su dinero, llevando a los hombres a trabajar para ellos, alimentando su propio mercado negro. En ese ir y venir a la frontera, en busca de lo básico y mucho más, cada uno vive su propia situación de riesgo, lo que los ubica a estar en un permanente fuera de la ley. Desde este ángulo, el films se va resignificando con su mirada crítica sobre el funcionamiento de ciertas reglas del poder.

Por momentos con su tono de cine documental, en su modo de captar lo inmediato, las diferentes y pequeñas historias se van asomando, están marcadas por ese día celebratorio. Y allí están las cámaras de TV, que registran el modo en que cada uno piensa obtener un gran beneficio que les permita, aunque sea por un breve tiempo, lograr una situación mejor. Entre risas y expectativas, horas de insomnio y otros desvelos se trata ahora de que el personaje central, Beto, pueda llegar a montar una cabina que el mismo llamará "Servisio hijiénico" (sic) a los miles y miles de fieles que asistan a ese lugar.

Pero no sólo sus realizadores y guionistas miran hacia los habitantes del lugar. La atención también recaerá sobre ese paso de la máxima autoridad -hoy, particularmente, motivo de permanente indignación-, sobre ese simple pasar por ese lugar, sin que una mirada atenta y preocupada marque y justifique su viaje. Sí en cambio desfila ante nuestros ojos el ritual y protocolo, su estrategia publicitaria y sus propios intereses. Y ese pasar planteará otra vuelta de tuerca.

Esta semana conviven en la cartelera dos films, que proponen una visión mas amplia, aunque desiguales y asimétricas en sus planteos críticos, tales como W, de Oliver Stone y El baño del papa. En el primero de ellos, encontramos una mirada benévola y complaciente sobre la figura de Bush, que si bien colocó al mundo en el umbral de una guerra total, está mirado aquí con cierta compasión y ternura. En cambio, en el film que hoy comentamos, los sueños están proyectados desde aquello que le es negado a todo un sector social, los marginados y excluidos, "los feos, sucios y malos" del film de Ettore Scola, quienes pese a todo se hermanan en sus esfuerzos y luchan por un bien común: el enfrentar la adversidad de todos los días y no perder su amenazada dignidad.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.