Vicky Cristina Barcelona
España-EEUU, 2008
Guión y dirección: Woody Allen
Intérpretes: Rebeca Hall, Javier Bardem, Scarlett Johansson, Penélope Cruz, Patricia Clarkson, Kevin Dunn, Chris Messina.
Duración: 96 minutos.
Salas de estreno: Del Siglo, Monumental, Showcase y Village.
5 (cinco) puntos
No cabe duda de que en estos tiempos los estudios estadounidenses, la gran industria, se esfuerza a través de múltiples formas de colocar en el plano internacional, como Ãcono de la pasión latina, a la actriz española, almodovariana de pura cepa, Penélope Cruz. Pero lo que no se comprende desde una lógica actoral, es que haya sido nominada en el rubro "mejor actriz de reparto" por su actuación en un film que, en mi opinión, es uno de los más olvidables que me corresponde comentar.
Este film, en la larga y personal trayectoria de Allen, se puede pensar como "sus propias vacaciones", en las que el ocio no tiene nada de creativo y que en cambio se esfuerza por subrayar los lugares comunes de tanto cine de "turismo for export" y color local, apuntes al pasar sobre Gaudà y Miró y algunas que otras excursiones. Mas aún si a esto le sumamos que aquà está presente la pareja explosiva, sex symbol, de Javier Bardem y Penélope Cruz en un permanente juego de tensión sexual y locura pasional, como la lograban en el frenético film de Bigas Luna, ya todo un clásico, Jamón, Jamón. Hoy, ambos son notas de tapa y noticias en revistas sobre la farándula y amorÃos estelares.
Comparto con Pablo Cerolini esta situación de que cuesta criticar a Allen, pero no cabe duda, como él afirmó sobre Vicky Cristina Barcelona: "Salvo en contadÃsimos momentos, no encuentro al director". Allen declaró en una oportunidad, mientras estaba rodando, que amaba a una ciudad como Barcelona, pero lo que se ve además es que su cámara acaricia constantemente a Scarlett Johansson, en quizá uno de los personajes mas lineales de su filmografÃa. En tal caso, prefiero destacar no ya el de Cristina, el suyo, la segunda del nombre del tÃtulo del film, sino el de Vicky, una atildada joven universitaria que iniciará si periplo (y en ella sà operan ciertos matices) para investigar la "identidad catalana". En ese recorrido, y ya desde el primer momento del film, les saldrá al cruce el pintor, toda estampa meridional, José Antonio Gonzalo, rol que compone, de manera habitual, Javier Bardem.
Tal vez Allen pensó que la anomia actoral de Scarlett y la participación poco creÃble de Penélope se podÃan reemplazar por una escena que diera la vuelta al mundo; tal como la que tiene lugar, bajo una luz roja más envolvente del cuarto de revelado de fotografÃa: es decir ese beso, que es de lo poco que se habla en el film. En tal caso, si la historia apunta a confrontar mentalidades entre el puritano paÃs del Norte y la desenfadada conducta europea, creo que no lo logra. Y comparto aquà lo que expresaba Manuel Bendersky: "Extraño los planteos incisivos y las reflexiones profundas, como algunas ironÃas de Allen".
Declaradamente literal, con una recurrente y explÃcita voz en "off", tal vez sobre lo que Allen cree entender como "educación sentimental", por lo menos en este film, Vicky Cristina Barcelona, remata ahora Gonzalo Chiesa, se puede ver como "un film a mitad de camino, movido por intereses comerciales"; plagado sà de reacciones histéricas e imposturas, a las que permanece ajenas el personaje de Judy Nash, interpretado por la siempre destacada Patricia Clarkson.
Desde mi apreciación, estimo que serÃa una injusticia que Penélope Cruz haya recibido anoche ese tan codiciado galardón, por pretender componer a ese personaje empujado por dos grandes pasiones: el arte y Juan Antonio Gonzalo; siendo que son más que admirables las composiciones de Amy Adams, como la hermana James, y la de Viola Davis, como la de la madre del niño negro, en La duda, el film de John Patrick Shanley.
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