No concuerdo con la necesidad de vincular, para descalificar globalmente, el film del que aquà hablaremos con las caracterÃsticas estéticas y temáticas de otros -casi similares. Sin dudas, dicha semejanza puede establecerse desde el género y la nacionalidad. Es asà que el cine francés de los últimos años se preocupa por cultivar una comedia proclive a un tipo de humor de situaciones, las más de las veces quizá ligadas a ámbitos burgueses aunque, también, acorde con problemáticas mayores, no exclusivas de este entorno.
En este contexto fÃlmico, podemos precisar tÃtulos tales como El restaurant, El invitado, Mi otro yo, Mi mejor amigo, todos ellos con el protagónico del gran Daniel Auteuil. Podremos, decÃamos, descubrir similitudes como las que señaladas, pero también encontrar desemejanzas, puesto que Por fin viuda adolece, a diferencia de estos films, de un contagiante tratamiento humorÃstico y, por el otro, tal vez se deba a la identificación plena que la pelÃcula hace, por medio de su personaje principal, con el modo de vida burgués. (También podrÃamos, por qué no, distinguir la abulia burguesa como una suerte de tinte crÃtico, pero no forcemos demasiado lo poco que la realizadora Isabelle Mergault nos ofrece).
Por fin viuda remite al deseo oculto, prontamente cierto, de Anne Marie (Michele Laroque), esposa de un adinerado cirujano de estética femenina. La vida de amor paralelo le planteará a Anne Marie, dadas las circunstancias, una decisión crucial. Y aquello que pareciera ser la solución repentina a tanta indecisión culminará por ser, paradójicamente, el mayor de los entuertos. La casa de la mujer se llenará de familiares y amigos preocupados por su ánimo de viuda reciente, a la vez que imposibilitan sus movimientos y cercan la revelación de la inminente fuga con su amante.
Pero lo que podrÃa generar situaciones de tensión, humor y, cómo no, suspense, culmina por revertir en una sucesión ordenada de escenas con algunos momentos para la risa mÃnima y los lugares reiterativos (el hijo pesado y edÃpico, la vieja alcohólica del bar, el suegro con Alzheimer, etc.). Todas excusas para prolongar la ya de por sà excusa que significa el argumento del film.
En suma, nos encontramos con un entretenimiento ligero y, aquà sà precisemos, aburrido por burgués. Vuelvo, por ello, sobre el primer párrafo. Aún cuando los films que señalábamos coincidan, por cinematografÃa, en género y elementos estéticos, existen en ellos motivos que desbordan los lÃmites del planteo y persisten en la retina: la amistad, la soledad o el desempleo como temáticas; más el uso y la construcción del gag de manera verosÃmil. Todos estos tÃtulos, además, con el beneficio que significa la presencia y gesticulación admirable de Daniel Auteuil. En Por fin viuda no hay nada de ello, sólo una comedia mediocre y proclive a los bostezos.
Por fin viuda. (Enfin veuve), Francia, 2008
Dirección: Isabelle Mergault.
Guión: Jean Pierre Hasson, Isabelle Mergault.
FotografÃa: Philippe Pavans de Ceccatty.
Montaje: Véronique Parnet.
Música: Etienne Perruchon.
Intérpretes: Michele Laroque, Jacques Gamblin, Wladimir Yordanoff, Tom Morton, Valérie Mairesse.
Duración: 93 minutos.
Salas: Monumental, Del Siglo, Showcase, Sunstar, Village.
5 (cinco) puntos
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