A Pablo Ziegler, el nombre de Astor Piazzolla le garantiza una envidiable carta de presentación. Sin embargo, y a pesar de haber integrado durante diez años el notable quinteto del marplatense y de seguir abordando su inmensa obra, el pianista tiene una historia propia tan rica como variada. De hecho, sus composiciones son un ejemplo a seguir para aquellos temerosos de trascender la frontera de vanguardia construida por Astor. Esta noche, en el teatro El CÃrculo y como parte del V Encuentro Metropolitano de Tango, Ziegler en persona combinará algunas obras piazzolleanas junto a otras de su autorÃa, en el concierto que desde las 21 compartirá con la Orquesta de Cámara Municipal.
En la que será su tercer actuación junto al organismo que dirige Fernando Ciraolo, Ziegler contará con el respaldo de un viejo conocido: el bandoneonista Walter Castro, que desde hace años conforma el trÃo que completa el guitarrista Quique Sinesi. De hecho, buena parte del repertorio tuvo como destinatario original al terceto de Ziegler, que en su carácter de arreglador le dio vuelo a nuevas versiones para formaciones de lo más diversas. AsÃ, el compositor crea y readapta sus propias invenciones, en un camino que le permite desprenderse de la inevitable etiqueta piazzolleana. Es que, según afirma en un distendido diálogo con Rosario/12, "hay que escapar de ahÃ". "Estoy corriendo hacia el vacÃo", remarca el autor, capaz de abordar el tango, el jazz, la música clásica o bien expresiones rioplatenses como la murga o de raÃz folclórica como el malambo "Que lo parió", dedicado a Inodoro Pereyra.
Y si bien ésa afirmación de Ziegler está acompañada de una risa franca, hay un sustento musical que permite apuntar al pianista como un artista lúcido, consciente de que la convivencia entre géneros (jazz y tango, clásico y popular) es posible y saludable. En ese sentido, el trÃo es el esquema donde el pianista descubre mayores libertades --"Realmente funciona, es muy transparente, además Walter y Quique son tremendos. Siempre les digo que es un gusto tocar con ellos. Es lo más flexible"--, algo que, sin embargo, no termina de resignar en formatos ampliados.
"Con la orquesta gano en colores, y queda lugar para la espontaneidad --aclara--. Hay un par de temas que vamos a hacer donde están marcadas secciones de improvisación, con los cellos tocando abajo. Uno de los temas es un arreglo que yo habÃa hecho de `Fuga y misterio` para Branford Marsalis, y lo hicimos juntos. Entonces hago ese mismo arreglo pero yo asumo toda la parte de Branford. Aparte viene Walter Castro, entonces vamos improvisando los dos sobre todo un background que va creciendo en función de la improvisación. Está bueno, para darle un poco más de aire a lo clásico. Sigue siendo la música nuestra, orquestada, en un contexto más sinfónico. Siempre lo hago muy liviano, transparente, para que tenga aire".
Si de adaptaciones se trata, Ziegler buscará repetir en Rosario la experiencia desarrollada junto a la Orpheus Chamber Orchestra en el disco Music of Buenos Aires. "Pero además vamos a hacer dos temas nuevos que ahora arreglé para piano y orquesta de cuerdas --agrega el pianista--. Uno se llama `Elegante canyenguito`, que hacÃa con Quique y Walter, improvisando. Lo que pasa es que habÃa hecho un arreglo para Susan Palma, que es la flautista principal de la Orpheus. Ella está haciendo un disco propio, en el que hizo un programa con el Borromeo String Quartet, que es uno de los cuartetos de cuerdas top de Estados Unidos. Y traje otro más, `Milonga del adiós`, que habÃa hecho para arpa y cuarteto de cuerdas, entonces las partes de arpa las toco con el piano. Está bueno, asà la gente escucha cosas distintas. La milonga la toco con el trÃo, pero está pasada a otro ángulo".
Siempre abierto a nuevas combinaciones, por estos dÃas Ziegler se muestra entusiasmado con el proyecto que compartió junto a Metropol, orquesta de la radio y televisión holandesa que dirige Vince Mendoza: "Por esa orquesta han pasado desde Chick Corea, Pat Metheny, Dino Saluzzi, Egberto Gismonti, y ahora me tocó el turno a mÃ, con tres arregladores de allá, que trabajaron para orquesta sinfónica, orquesta de jazz y mi trÃo. Es tremendo, hicimos un concierto muy bueno, muy jazzero pero a la vez nuestro. Eso me lo pidió Ciraolo porque lo quiere hacer acá. Los arreglos son muy buenos, de un finlandés, un sueco y un holandés. Cuando me lo propusieron les dije que me fueran tirando los arreglos, y quedé encantado. `Congratulations`, les respondÃa a todos. Está bueno el aporte de otra gente, yo sigo aprendiendo".
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