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Unica experiencia en su tipo en Argentina, el Círculo de Guitarras de Rosario sostiene la propuesta artística que Robert Fripp (fundador de King Crimson) comenzara a propagar a nivel mundial a mediados de los 80 con sus cursos de Guitar Craft. Caracterizada por la utilización de guitarras electroacústicas amoldadas a la Nueva Afinación Standard (sistema que, cuerdas de acero mediante, permite ampliar el rango sonoro), y por el carácter coral de las formaciones, la agrupación rosarina viene presentándose desde 2002, abordando un amplio repertorio con formaciones que han ido variando entre cinco y doce integrantes. Y serán precisamente una docena de músicos los que mañana, a las 21, ofrecerán un nuevo concierto en el teatro Empleados de Comercio (Corrientes 450), donde además de interpretar obras propias, de Piazzolla y The Beatles, entre otras, propondrán sus atractivos círculos de improvisación.
Leonardo Martínez, uno de los primeros integrantes del grupo que en 2002 comenzó a organizar Sergio Paniagua, explicó que "hay una base ya establecida, pero la formación está abierta, entonces se va moviendo bastante". "Del repertorio en sí hay varias composiciones de los diferentes miembros de la escuela, pensados para varias voces, y después hay adaptaciones de temas populares, de temas clásicos. No hay una cosa determinada, sino que vamos adaptando temas que nos interesan y los abrimos a las voces que tenemos", agregó.
Dirigidos a nivel internacional por Robert Fripp, los cursos de Guitar Craft van formando a los guitarristas que, luego, pueden seguir profundizando en la materia a partir de su ingreso a propuestas como las del grupo rosarino. "Nosotros funcionamos de manera independiente porque sostenemos los principios de la escuela, pero trabajamos a lo largo del tiempo. La escuela es una institución que no está instalada en un lugar fijo, sino que va dando cursos en distintos países, donde se juntan 80, cien personas, y después cada Círculo va haciendo su propio trabajo. Y este show es la presentación del nuevo grupo, porque se sumaron cinco nuevos integrantes, y volcamos todo el trabajo del año en este evento", expresó Martínez.
A partir de la adaptación de las obras al esquema de doce integrantes, el grupo amplía las posibilidades sonoras, además de impactar con una imagen poco habitual: la de una docena de guitarristas interactuando en escena. "Al ser más te da la posibilidad de adaptar las cosas de diferente manera, buscar melodías más abiertas, que tengan más timbres --explicó Martínez--. Desde el punto de vista de las adaptaciones funciona. Después están las circulaciones, que generalmente son improvisaciones en las que se van pasando las notas entre los que forman el círculo. Al ser más integrantes tiene otro condimento".
Desde esa condición, el grupo se nutre de la diversidad estilística de sus doce integrantes. "Si bien lo que tocamos se estipula y arregla en base a todos, como algo completo, creo que cada uno que participa le da un determinado color. El año pasado éramos siete integrantes y los cinco nuevos le dan otro color a temas que ya veníamos tocando, lo que ellos agregan es lo que caracteriza al círculo ahora. Para mí influye de buena manera", consideró Martínez. A su lado, Esteybar concluyó: "Por más que algunos venían estudiando métodos folclóricos, o métodos clásicos y después se tuvieron que adaptar a la afinación, a la guitarra, algunos tienen más capacidad rítmica, otros para tocar los bajos, o para tocar rápido. Cada uno pone lo suyo".
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