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Sábado, 31 de octubre de 2009
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El bajista Bob Stroger le rinde tributo al legendario Muddy Waters

"La música se sigue moviendo"

Stroger junto al guitarrista Bob Margolin y el baterista "Big Eyes" Smith, quienes secundaron a Waters desde principios de los '70, se presentan esta noche en Willie Dixon. "Todo se modifica, y éso está pasando con el blues", dijo.

Por Edgardo Pérez Castillo
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Stroger tiene cuarenta años de trayectoria.

Aunque el bajista Bob Stroger nunca compartió una gira con el legendario Muddy Waters, su estrecha relación con el blues de Chicago le da la entidad suficiente como para apuntar a otro nombre como el fundamental en el desarrollo del género: el pianista Sunnyland Slim. No parece injusta la afirmación de Stroger, que siendo un adolescente llegó a esa ciudad estadounidense y se vio cautivado por un género al que Waters sí le aportó una identidad potente. De hecho, esta noche (desde las 22, en Willie Dixon) Stroger le rendirá tributo a Waters como miembro de la banda que también conforman el guitarrista Bob Margolin y el baterista Willie "Big Eyes" Smith, que secundaron a Waters desde principios de los 70, y dejaron su huella en Hard again, esa suerte de regreso triunfal que Waters, de la mano de Johnny Winters, logró en 1977.

Apenas Bob Stroger levanta el teléfono de su habitación en un hotel porteño, la satisfacción por el show ofrecido en Chile algunos días atrás todavía perdura. "La gente fue encantadora, muy cálida. Trabajar con la música es mi vida, amo viajar, me encanta la gente. Es muy satisfactorio cuando volvés a tu casa después de una gira y te quedaste con una buena sensación sobre la recepción de tu música. Los premios son un plus, pero no significan mucho. Ganar un premio es apenas un pedazo de papel, un trofeo, pero de quienes realmente recibo un premio, lo que abriga mi corazón, es lo que recibo de los fans para los que toco cada noche. De ellos recibo mi recompensa", relata en diálogo con Rosario/12 a pocas horas del concierto que anoche debían brindar en el ND Ateneo.

Para Stroger, sin embargo, el blues no sería "la música" sino hasta su llegada a Chicago, ciudad en la que desembarcó en 1955. Previamente, no sólo eran otros los ritmos, sino además el contexto: "De chico yo era sirviente en una granja en el sudeste de Missouri, y lo único que se escuchaba era country y western. Pero no me involucré realmente en la música hasta que llegué a Chicago. Y de hecho no empecé a tocar hasta que tenía 21 años. De chico nunca soñé en que podía llegar a ser músico, y mucho menos que iba a pasar de los campos de algodón de Missouri a dar la vuelta al mundo dos veces. Nunca soñé con que iba a hacer ésto, por eso me divierto tanto. Especialmente porque allá en el sur no tuve una educación apropiada".

Allí en Chicago, el blues que atravesaba las paredes de su cuarto (proveniente de un popular bar de la época) se transformó en una obsesión y, con el tiempo, en su modo de vida. De todos los músicos que conoció en ese largo proceso, el bajista hoy resalta a tres por encima del resto: "Hay tres músicos que realmente me inspiraron, que me pusieron en mi camino. Uno fue Otis Rush, el primero que me llevó a Europa. Me encantó tocar con él. Aparte de él, también están Sunnyland Slim y Eddie Taylor. Esos son tres de los tipos a los que les debo mi carrera".

-¿Es exagerado apuntar que Muddy Waters modificó para siempre el blues de Chicago?

-Mudy Waters fue `el hombre`. Pero el tipo clave es Sunnyland Slims, que me inspiró a mí, y que hizo que Muddy Waters pudiera empezar su carrera, porque fue el que lo ayudó a entrar al sello Chess Recordings. Por éso creo que Sunnyland fue el pionero para todos los músicos que conozco, para tipos como Junior Wells, Big Moose Walker, en una lista que sigue y sigue, pero que siempre vuelve a Sunnyland Slim.

A lo largo de cuarenta años de trayectoria, Stroger no sólo recorrió el mundo, sino que además fue atestiguando las alteraciones a un género al que le dedicó la vida. Al momento de analizar esas transformaciones, el bajista toma como bisagras a los armoniquistas que marcaron nuevas sendas y búsquedas melódicas. "Todo se mueve, se modifica, y éso también está pasando con el blues, que está entrando en una nueva área --explica--. Lo que nosotros hacemos es blues tradicional, pero la música se sigue moviendo. Tiempo atrás, podías encontrar un estilo en la armónica de Sonny Boy Williamson, pero después vino Little Walter y cambió todo el estilo, y la gente pensaba que eso era un poco loco. Si nos movemos hasta hoy, te encontrás con Sugar Blue, que está cambiando el estilo de Walter. La música está cambiando, sólo hay que ir con la corriente".

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