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Lunes, 2 de noviembre de 2009
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El corredor nocturno, de Gerardo Herrero, otra adaptación de una obra literaria

Tema del doble con grandes actores

Con la sólida actuación de Miguel Angel Solá, uno de los aciertos del film es el clima de tensión entre los dos protagonistas. Con la ciudad como escenario, un hombre mediocre persigue sus ambiciones, pero el film no profundiza en la trama.

Por Emilio A. Bellon
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Miguel Angel Solá y Leonardo Sbaraglia, ampliamente reconocidos, brindan interés al film.

En un espacio hiperglobalizado, en el que la competencia y el interés personal pueden llevar a disponer de nuestro semejante a través de cínicas estrategias, transcurre este nuevo film de Gerardo Herrero, productor de origen español de films de Juan José Campanella y Fabián Bielinsky, entre otros, que nos lleva a pensar en algunos aspectos de La corporación de Costa Gavras y en El método de Marcelo Piñeyro.

Hay films en los que el peso narrativo se asienta en la composición de sus actores, en el transitar de sus personajes, llevando, en más de una oportunidad, a permitir que -ilusoriamente- se disculpen ciertas cuestiones del guión. Basado en la novela homónima de Hugo Burel, actualmente éxito de librería, al igual que Las viudas de los jueves y La pregunta de sus ojos, esta transposición que hoy comentamos merece ser discutida a la luz de la "temática del doble" que ya cuenta con numerosos films en la pantalla.

Uno de los grandes méritos del film, entonces, así lo entiendo en el juego de tensión que se desata entre los dos protagonistas masculinos quienes ya han logrado amplio reconocimiento en el teatro, cine y televisión. En tal caso, es esa tensión "tete a tete" que va planteándose en el film lo que mantiene el dominio del relato. Más que cada uno en particular, ya que por momentos cierta caracterización roza lo esquemático y previsible es la pulseada entre ambos lo que nos mantiene alerta.

Dos personajes frente a frente. Uno con aquellos tintes subrayados que reconocíamos en Robert De Niro en Corazón satánico de Alan Parker y de Al Pacino en El abogado del diablo de Taylor Hackford. Alcanzando niveles mefistofélicos, el personaje que compone Miguel Angel Solá, siempre manejando una siniestra ubicuidad, asume aquel costado de la mala conciencia que hace que emerja el aspecto más temible y cínico de ese otro.

El escenario es la ciudad, las oficinas, ciertos espacios que son atravesados como si fueran una fuga. Por estos territorios se lanza a la carrera y a la mirada especulativa ese hombre gris y mediocre, con ambiciones que lo llevan a ignorar sus espacios íntimos.

Pero Gerardo Herrero, junto a su guionista, no va más allá de este eje y aquí están de manera declamada lo obvio y ciertos convencionalismos del género que desembocan en un final cantado a viva voz y precipitado, cuando ya las expectativas del público escaparon a otra dirección.

El corredor nocturno. Calificación: 5 (cinco)

(Argentina España, 2009).

Dirección: Gerardo Herrero

Guión: Nicolás Saad

Fotografía: Alfredo Mayo

Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Miguel Angel Solá, Erica Riva, Ricardo Díaz, Jorge Sabaté, Marta Lubos y Vicente Manuel.

Duración: 100 minutos.

Salas de estreno: Monumental, Showcase, Sunstar y Village.

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