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Con una trayectoria como coreógrafo que lo coloca como uno de los principales exponentes de la danza contemporánea argentina, Oscar Araiz fundó diez años atrás el Ballet de Bolsillo, la compañía que esta noche inaugurará el ciclo de verano del Centro Cultural Parque de España, cuando a partir de las 22 presente dos piezas: la ibérica Cantares, sobre música de Ravel, y El carnaval de los animales, obra basada en la música de Saint Säens y que incorpora textos originales de María Elena Walsh. En ambas, el actual director del Ballet Estable del Teatro Colón desarrolla una propuesta accesible al público, en una demostración del criterio artístico que aplica a su labor.
Surgido como una formación pequeña, el Ballet de Bolsillo llegará hoy a Rosario con un staff ampliado, producto de los requerimientos propios de las propuestas diseñadas por Araiz. En ese marco, el elenco sumará como artistas invitados a Leonardo Reale, Rosana Pérez y Juan Pablo Ledo, jóvenes promesas de la danza nacional, en una noche que se inaugurará con la presentación de Cantares, ejecutada sobre la "Rapsodia española" de Ravel, según detalló el director a Rosario/12: "Es una obra para nueve mujeres en donde se presentan retratos lorquianos, situaciones lorquianas que tienen que ver con la represión, la alegría, la sensualidad de ciertos personajes lorquianos. Aunque la obra no es descriptiva ni narrativa, es una obra abstracta en sí misma, es una continuidad de diferentes atmósferas y siguen un poco el carácter de las partes musicales que forman esa obra".
Mientras tanto, El carnaval... se basa en la creación homónima de Camile Saint Säens, y fue estrenada por Araiz durante su paso como director del Ballet de Ginebra en Suiza, al que condujo durante una década. "En aquella oportunidad se hizo con un texto original en francés, pero cuando esta versión se hizo por primera vez en la Argentina, con el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, le pedí a María Elena que escribiera algo específico --recordó el coreógrafo--. Porque en realidad no es un retrato específico de animales, sino de personas que tienen animalidades diferentes. Esto significa muchas cosas, porque la animalidad es algo que puede ser muy bestial, pero también puede ser muy bello. Son características con las que en realidad tropezamos por la calle, con personas que tienen esas características. Así que podemos ver también al mundo como una especie de bestiario. Es una mirada crítica y María Elena puso muy bien en sus palabras esta crítica".
Para Araiz "son dos obras muy entradoras. No diría populares, porque creo que la danza nunca, en ninguna de sus manifestaciones, necesita o requiere una preparación intelectual. La danza es algo que va directamente a los ojos y la emoción, entonces puede ser cantada y apreciada por personas de diferentes niveles culturales e intelectuales".
Ya en relación a su regreso a la dirección del Ballet Estable del Colón (tarea que desarrolló durante un breve período en 1979), Araiz calificó a la función pública oficial como "compleja", a partir de la combinación de "fuertes elementos políticos, administrativos, sociales, presupuestarios, orgánicos".
"Hay toda una mentalidad funcionaria que prima, hay presiones, gremios, leyes, acuerdos y desacuerdos. Lo importante es que lo artístico no quede a un lado, y en muchas oportunidades ha quedado de lado porque han tenido prioridad conflictos que no han tenido nada que ver con lo artístico, con lo creativo. En estas instituciones estos elementos conviven, y de pronto en una formación independiente como el Ballet de Bolsillo esas situaciones no son tan conflictivas, porque realmente lo que nos une es el deseo de estar juntos y de entregarnos a un trabajo puramente creativo. Es más un poco la cuerda que me da satisfacción. Pero bueno, el Teatro Colón también es un prestigio, un nombre, un teatro maravilloso", concluyó.
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