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Viernes, 19 de marzo de 2010
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El Cuarteto de Nos presenta Bipolar esta noche, a las 23

Música hecha desde el humor

El grupo tiene una rica historia, que se remonta a 1980, pero a la vez no dejó de renovarse. En 2004 sumaron al productor Juan Campodónico, que les dio una proyección internacional. Presentan su último disco en Willie Dixon.

Por Edgardo Pérez Castillo
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El Cuarteto de Nos hará las canciones de Bipolar, con muchos juegos de palabras y humor.

El Cuarteto de Nos llevaba una decena de discos y 24 años de historia cuando, en 2004, Juan Campodónico asumió la producción artística del material epónimo que reunió los hits de uno de los grupos legendarios del rock uruguayo. Esa sociedad marcó un quiebre para la banda integrada por Roberto y Ricardo Musso (guitarras y voces), Santiago Tavella (bajo y voz) y Alvaro Pintos (batería y voz), y al siguiente disco (Raro, de 2006) entraron con fuerza al mercado argentino con los hitazos "Ya no sé qué hacer conmigo" y "Yendo a la casa de Damián". La fórmula se profundizó en Bipolar, el disco que acaban de editar y que esta noche, a las 23, presentarán en Willie Dixon (Suipacha y Güemes).

Y si bien por estos días la banda concentra sus shows en torno a esos dos discos, pensar en El Cuarteto de Nos como en una revelación sería un sacrilegio ante los ojos de aquellos que, del otro lado del charco, le rindieron culto a un grupo que nació en 1980, y que publicó su primer disco en 1984, en un proyecto compartido con el compositor Alberto Wolf. Desde entonces, la dedicación en torno a la escritura, el manejo del humor como una constante y la convivencia de estilos musicales diversos fueron una característica sustancial en los discos de El Cuarteto de Nos.

Sin embargo, para muchos Bipolar parece haber llevado al extremo aquellas virtudes. Para Roberto Musso, en cambio, hubo una instancia previa. "En realidad creo que Raro fue un poco un quiebre en cuanto al tratamiento de las letras y el humor en relación a lo que veníamos haciendo antes --analizó en diálogo con Rosario/12--. Por un lado creo que en Bipolar las letras van un poco más al límite con cosas que en Raro eran como experimentos. A mí me pareció que se podían trabajar mucho más, llevarlas un nivel más allá, por éso en Bipolar hay rimas mucho más obsesivas, letras adornadas con más juegos de lenguaje, más rebuscadas en ese aspecto. Pero por otro lado también el revestimiento musical de las canciones de Bipolar creo que es más diversificado que en Raro, que es más compacto de principio a fin. En este último hay unas variaciones que hace que cada canción tenga un tratamiento musical independiente, un poco también para diferenciar a toda esa andanada de palabras que hay a través del disco".

- En 1995 publicaron La misma porquería, donde reeditaron temas de discos anteriores (Soy una arveja de 1986, Emilio García de 1988, Canciones del corazón de 1991), y en 2004 hicieron lo mismo con El cuarteto de nos. ¿Hay una intención de no despegarse de la historia del grupo, o al menos de algunas canciones?

- La gran diferencia entre esos dos discos es que el del 2004 fue todo regrabado, mientras que en el 95 recopilamos las grabaciones originales. En el 2004 la idea era aggiornar algunas canciones al sonido actual. Además fue nuestro primer trabajo con Juan Campodónico como productor, y éso funcionó como una especie de laboratorio para que después, en Raro, estuvieran mejor armadas todas las piezas. Por un lado nos enorgullece que, para ser una banda con una trayectoria tan larga, la mayoría de las canciones de nuestro repertorio tengan solamente seis años, porque habla de que no nos quedamos con las canciones de siempre. Pero está también esta mirada que vos decís, obviamente, y tratamos de ir rotando las canciones más viejas del repertorio.

- Veinte años después de haber publicado su primer disco junto a Alberto Wolf, y con otros nueve editados, empezaron a trabajar con un productor. Con tanta historia a cuestas no debe resultar sencillo aceptar la mirada de un tercero...

- Fue una decisión nuestra. Habíamos llegado al límite de la autoproducción, hasta el hartazgo. Hasta ese momento grabábamos los discos en el estudio de mi hermano, lo mezclábamos, hacíamos la tapa, los afiches, y llegó un momento en que decidimos llamar a Juan, un monstruo, que podía tirarnos una mirada externa. Y nos vino bárbaro, creo que ahí se vio el quiebre que había. Obviamente no cualquiera podía agarrar el timón como lo agarró Juan.

- Ya llevan tres discos producidos junto a Campodónico, ¿los corrió hacia un lugar que no imaginaban?

- No lo imaginábamos ni dejábamos de imaginar. El tema es que habíamos llegado a un techo. Corríamos el riesgo de quedar eternamente presos de ese círculo vicioso. Entonces fue la decisión de, a nuestras canciones, darles un formato con una visión externa, producir mejor los shows en vivo, y creo que fue una de las razones por las que la gente del exterior nos descubrió. No quiere decir que no hubiera pasado si hubiéramos seguido, pero seguramente la participación de Juan influyó.

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