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Miércoles, 30 de junio de 2010
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La poeta Mercedes Roffé, radicada en Nueva York, presentó su nuevo libro

Referencias como posibles respuestas

Los nuevos poemas continúan una preocupación filosófica guiada por "lecturas hechas carne": el mito de la caverna y otros fragmentos de Platón, la República y Cioran.

Por Beatriz Vignoli
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Roffé escribió "Las linternas flotantes".

La poeta Mercedes Roffé (Buenos Aires, 1954) vino a presentar a Rosario su nuevo libro, Las linternas flotantes (Bajo la luna, 2010). Un público reducido pero atento escuchó y participó en su diálogo con Osvaldo Aguirre en la Fundación Ross. Radicada en Estados Unidos desde hace dos décadas, doctorada en Literatura Española por la Universidad de Nueva York con una tesis feminista sobre la cuestión de género en la literatura española medieval, a lo largo de una obra que reúne títulos como El tapiz (1983), Cámara baja (1987) y Memorial de agravios (2002), Roffé viene trabajando una poesía que confía en el poder de la palabra para hacer cosas.

"El poema es el ritmo de lo otro en mí", es uno de los versos del nuevo libro comentados. Aguirre recapituló al comienzo de la charla su presencia en Rosario a través de eventos como el Festival Internacional de Poesía (del que fue invitada en 1998), el Encuentro Internacional de Escritoras y la presentación de su libro anterior, La ópera fantasma (2005). Allí, en un el poema inspirado por la monja medieval alemana Hildegard von Bingen, escribe sobre "el son vibrante de un / universo / que / a pesar / a pesar de todo / se alza y se abre / como un libro / un mapa un loto / bienoliente // oh flor magnífica". Estos versos, según contó su autora, prefiguran de algún modo la temática del nuevo libro, donde el jazmín aparece en cierto modo como "la materialización de la idea platónica del loto".

La imagen del loto "bienoliente" recurre como un ensalmo en este nuevo poemario, que fue escrito en parte en Nueva York (donde Roffé se desempeña como traductora y editora) y continuado en Buenos Aires con la ayuda de una beca Guggenheim. Los nuevos poemas continúan una preocupación filosófica guiada por "lecturas hechas carne, más a largo plazo: el mito de la caverna y otros fragmentos de Platón, la República, la teoría de la creación de Isaac Luria (la Cábala), San Juan, algunas imágenes de lo absurdo, Cioran, la concepción gnóstica de un mundo relativamente fallado al momento de hacerse. A la vez todas estas teorías no es que en el libro estén expresas ni directamente ni explícitamente y mucho menos que se propongan como una respuesta a nada. Son simplemente como referencias a posibles respuestas que en realidad no resuelven nada. Ante una línea de preguntas, una cadena de respuestas fallidas pero bellas, estéticamente seductoras y que por eso tal vez hayan hecho tanto efecto en mí a largo plazo", desarrolló luego Roffé en charla con Rosario/12.

También se refirió a lecturas de contemporáneos que sirvieron como disparadores para la escritura, entre ellos el poeta argentino Eduardo Mileo, autor de "Poema sin libro". El Aleph de Borges y los "rosados dedos de la aurora" de Homero también son referencias intertextuales explícitas en el libro, que se diferencia marcadamente de los anteriores en cuanto a su tono y a cómo se representa allí la enunciación. Si la prosa poética de otras de sus obras es polifónica y susurrante, en este libro, de versos breves y rítmicos, pareciera haber una única voz que cantara en voz alta un canto litúrgico, "y que hasta se contradice. Estas lecturas llegan pero en realidad es como que se emiten desde un mismo lugar", concuerda la autora. "Si hay otras voces es como pasadas por una voz que las trae".

Es decisiva en este sentido la influencia temprana de antologías de poesía de los pueblos originarios americanos y de otros continentes, a través de buenas traducciones al inglés, literarias y no sólo etnográficas, algunas de las cuales Roffé a su vez reversionó al español. "Los poetas de los 60, de los 70 se ocuparon de hacerlos accesibles a sus contemporáneos, haciendo versiones realmente muy cuidadas, que para el destinatario contemporáneo fueran poéticas también". A partir de estas antologías investigó otras y al respecto Roffé destaca la tarea de antólogo del poeta Jerome Rothenberg, compilador de Shaking the Pumpkin y de Technicians of the Sacred, traducible como "técnicos de lo sagrado": "El dice que los chamanes, los poetas, ciertas posiciones culturales pueden tener una técnica para acceder a lo Otro. En realidad es una conciencia de un medio, de cómo se va a usar un medio, y hasta del poder retórico de ese medio. Esto no lo aleja de su poder, sino que el poder performático de la palabra, curativo o no, proviene de saber usarla, y ese saber usarla es técnico. El chamán no improvisa. Al contrario, cuando ya tiene una visión es porque ha pasado una preparación bastante rigurosa. Sería bueno también ampliar ese grupo de textos, que para mí fueron textos bastante fundadores. Pero la poesía oral ya me venía de los romances viejos. Marta López Luaces, que ha escrito sobre mis textos, sobre mis trabajos, en una entrevista señaló que mi especialización es medieval. He estado en contacto con los romances viejos de toda la vida. Por mi ascendencia sefardí, me venían directamente de gente que venía de Ceuta Tetuán (Tánger, costa norte de Africa). Mi familia viene de ahí. Queda frente a Gibraltar, España".

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