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Miércoles, 13 de octubre de 2010
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Poesía y Libertad, de Miguel Grinberg, revive el Movimiento Nueva Solidaridad

Poetas que fueron esperanza de paz

El autor fue impulsor de aquella corriente que, en 1962, planteó una utopía, y renovó la "contracultura". El libro publicado por Fundación Ross funciona a la vez como testimonio de época y como inspiración para las nuevas generaciones.

Por Beatriz Vignoli
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Grinberg es poeta, periodista, pacifista y ecologista.

Pocos libros se dejan leer como un buen documental: uno de esos que narran y fluyen en una sucesión de imágenes, testimonios y múltiples voces que recrean algo de la sensación de "estar ahí". Publicado en Rosario, Poesía y libertad, de Miguel Grinberg, es uno de esos libros. El subtítulo, Manifiesto del Movimiento Nueva Solidaridad, da una pista más precisa sobre su contenido histórico: se trata de una recopilación de documentos, realizada por Grinberg, que rememora, registra y revive el congreso de poetas que tuvo lugar en México en 1964 a partir de un proyecto suyo: el Movimiento Nueva Solidaridad, de 1962. De 178 jugosas páginas ilustradas, es el tercer libro que el sello local Editorial Fundación Ross publica en su colección dedicada a este autor. El 28 de septiembre pasado, la editorial lo presentó en su centro cultural.

Poeta y periodista, autor además en esta colección de Revelaciones evolutivas. El poder del individuo transparente y de El harén de Dios. Cumbres de espiritualidad femenina (15 testimonios), Miguel Grinberg nació en Buenos Aires en 1937. Escribió además Celebración de la vida intensa y Somos la gente que estábamos esperando, entre otros. Los rosarinos inquietos lo conocen porque en la ciudad se distribuía la revista Mutantia, que él dirigía y fundó en 1980. Por esa misma época, se lo podía leer en las páginas ecologistas de la revista Expreso imaginario. Desde 1970 editó Contracultura y, en la década anterior, Eco contemporáneo, junto con Antonio Dal Masetto (hoy reconocido escritor). "¿De dónde surgiste?", le pregunta Claudio Willer en una entrevista para Agulha que el libro reproduce y Grinberg allí narra cómo de su encontronazo con la revolución militar del '55 "nace un pacifista" y de su labor social como estudiante de medicina "nace un ecologista". Arlt y el anarquismo, Camus y el existencialismo, Allen Ginsberg y la poesía beat son las primeras influencias, más que sólo literarias, del futuro intelectual que desarrollará los conceptos de multiversidad y holodinamia y divulgará en Argentina las ideologías más renovadoras del campo de la "contracultura" de la segunda mitad del siglo veinte.

Un viaje iniciático a Río de Janeiro con su amigo Antonio Dal Masetto lo puso en contacto con el carnaval y con la poesía vanguardista, que buscaba superar la escisión modernista entre el arte y la vida. A la vuelta, cansados de fracasar en el intento por colocar en revistas porteñas el material poético obtenido, Grinberg y Dal Masetto crearon Eco contemporáneo. Desde la portada de su primer número en 1961, se definía como "Revista inter americana", según relata en un ensayo también incluido en el libro el historiador Carlos Gradin, para quien el proyecto de la revista expresaba "el utopismo visionario de nuevos tiempos". "Somos siconautas, exploradores del espacio interior, embarcados en un proceso de dinamización existencial", declaraba un primer editorial que delineaba las ideas del proyecto. Ideas que se pueden resumir diciendo que el discurso profético de Grinberg está siempre surcado por una doble vertiente: la idea de una gran "comunidad invisible" de seres humanos liberados y la crítica implacable (que fue incomprendida por la época) a todos los sistemas de explotación establecidos. "Para el Pentágono somos comunistas, para el Kremlin somos capitalistas, para los chinos somos burgueses, para los burgueses somos degenerados, para la Iglesia somos ateos, para los ateos somos imbéciles místicos, para los guerrilleros somos diletantes, para los gendarmes somos terroristas", escribía en una carta a Allen Ginsberg en el número 8/9.

Pero, como rememora el propio Grinberg, su revista coincidió en tiempo y espacio con otras: El corno emplumado (Margaret Randall y Sergio Mondragón) y Pájaro cascabel (Thelma Nava) en México, El Pez y la serpiente (Pablo Antonio Cuadra y Ernesto Cardenal) en Nicaragua, El techo de la ballena (Edmundo Aray y Juan Calzadilla) en Venezuela, y con movimientos como los Tzántzicos (Ulises Estrella) en Ecuador y los Nadaístas (Gonzalo Arango) en Colombia. Como portavoz de la "generación mufada" de Argentina, Grinberg con ellos dio cuerpo a su sueño de una red panamericana de poetas a través de viajes y la correspondencia postal que tejió redes de amistad. Julio Cortázar los alentaba desde París; Thomas Merton y Henry Miller, desde Estados Unidos como miembros honorarios del Movimiento Nueva Solidaridad. Las convergencias no quedaron en palabras impresas sino que este fermento gestó varios encuentros de poetas de lo que entonces se llamaba las Américas: uno en Chile en 1961, del que participó Grinberg, inspirado por el cual crearía al año siguiente el MNS, y el Primer Encuentro de Poetas en la Ciudad de México en 1964, una "reunión fraternal" que convocó a poetas de 14 países y de la que fue anfitrión El corno emplumado.

Ilustrado con fotos y con pictogramas precolombinos, el libro incluye dibujos, poemas, declaraciones, augurios y adhesiones que surgieron al calor del Encuentro de 1964 o lo acompañaron desde la distancia. La consigna: Paz a través del arte, sitúa las intenciones en el contexto de dictaduras latinoamericanas y guerras neo colonialistas como la de Vietnam. Una encuesta entre los poetas participantes expande la discusión de aquel momento. Un ensayo de Aldo Sorenson Vitale recapitula los temas y agenda del Encuentro y Verónica Díaz reseña El corno emplumado: una historia de los sesenta, filme documental de Anne Mette y Nicolás Beltrán. El prólogo es la adhesión que Cortázar envió desde París saludando "a los cronopios de la acción poética". "Cronopios de la tierra americana, muestren sin vacilar la hilacha", exhortaba. Thomas Merton, sacerdote cristiano y monje trapense, envió un "Mensaje a los poetas" que fue reproducido en los 80 en Mutantia y ahora aquí, con una vigencia asombrosa. "A menudo, la vida colectiva está organizada sobre bases de intriga, duda y culpa. El arte político que crea antagonismos entre los hombres y el arte comercial que los cotiza según un precio, destruyen la verdadera solidaridad". Testimonio de época, inspiración para las nuevas generaciones o ambas cosas, Poesía y libertad no debe pasar desapercibido.

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