Para quien escribe esta nota, y ciertamente para muchos más, el reencuentro con el cine italiano de hoy es todo un hallazgo y un hecho particularmente inusual en nuestra alicaÃda y poco ocurrente cartelera de estrenos cinematográficos. A pocos meses de su estreno en Italia, y de su presentación oficial en el Festival de BerlÃn, el estreno de Cosa voglio di piú nos lleva una vez más a reencontrarnos con cierto tipo de cine, de otras latitudes, en este caso Italia, que a partir de algunos realizadores ubica al cine en un espacio de reflexión en el que reconocemos algunos problemas de nuestro tiempo.
De Silvio Soldini, realizador milanés nacido en el '58 que dio a conocer su primer largometraje a sus treinta años, ya hemos conocido dos de sus más aplaudidos films: Pan y tulipanes, del 2000, itinerario geográfico-sentimental de una ama de casa del sur que un dÃa, un poco por equÃvoco y otro por destino, llegará a Venecia y allà conocerá a un sensible mozo de hotel que le ayudará a vivir otras emociones; y en el 2008, Sonrisas y lágrimas, retrato de una familia acomodada que ante la pérdida del trabajo de uno de sus miembros deberá adaptarse ahora a las nuevas necesidades económicas. El primero de ellos se estrenó en la sala de El Cairo estando en cartelera más de cinco semanas, mientras que el segundo se dio a conocer en una de las salas del complejo Del Siglo, cuyas puertas esperamos ver reabrir a la brevedad. ¿Será tal vez ese regalo de Navidad que esperamos los que amamos al cine?
Si el lector de esta nota es un seguidor del cine europeo, la sugerencia es no esperar esa incierta segunda semana para acercarse a verla. Sabemos, por experiencia, que films como estos sólo permanecen no más de siete dÃas en cartelera. Esperemos que continúe en cartel, y esto podrÃa llegar a ser posible si la concurrencia lo habilita.
Al volver sobre este más que recomendable film, señalemos que su tÃtulo original, que afortunadamente no fue traducido en nuestro paÃs, responde a uno de los versos que se repiten en una canción muy exitosa de fines de los 60 de Lucio Battisti, Anna. Y en la misma ya están planteados algunos aspectos que se pueden seguir en este film que redescubre un modo hoy un tanto ausente del erotismo, a partir de una historia de adulterio (preferirÃa llamarla de "loca pasión" para evitar todo tinte moralista) en un medio social y económico en crisis.
Ambientada en su Milán natal, el film de Silvio Soldini explora el universo cotidiano, desde lo que está reglado, desde lo que va marcando ese repetirse de los dÃas que no permite que (tal como el cine de Ferzan Ozpetek) cada uno exprese lo que realmente llega a desear. Desde esta caracterización inicial y a partir de un encuentro ocasional que se da en el propio ámbito laboral de ella, algo entre Domenico y Anna, más allá de la relación de ambos con sus respectivos cónyuges, Alessio y Miriam, esté por acontecer.
Y al volver sobre el tÃtulo, ya focalizando lo que se juega en el film, el mismo nos lleva a cierta pregunta retórica: ¿Qué más puedo pedir? Y esto es lo que ahora atraviesa particularmente a Anna, quien, junto a Domenico, en la escapada que él hace todos los miércoles, comenzará a vivir un mundo de matices cálidos y de ensoñación. La cita será en el motel, ese espacio en el que los cuerpos ardientes y entregados se reflejarán en fulgurantes espejos y en donde la palabra se vuelve hechizo y captura.
Cada miércoles, Anna y Domenico ensayarán un nuevo acercamiento mientras el vÃnculo familiar de ambos se tiñe de tensiones y de mandatos de reconciliación. El film despierta interrogantes, marca cierta lÃnea de intriga y nos aproxima a problemas que competen a las migraciones internas en una Italia en la que hoy observamos una pérdida de valores y principios; regenteada por un premier que participa de su condición de sultán y empresario corrupto, que desprecia las instituciones democráticas y humilla al ciudadano. El mismo que Nanni Moretti retrató en Il Caimano y que buscará un cÃnico "voto de confianza" en las cámaras parlamentarias el próximo martes 14.
Algunos considerarán estas observaciones un tanto alejadas del comentario del film; pero en tal caso simplemente señalo que afortunadamente hoy (lamentablemente Ettore Scola no volverá a filmar y Mario Monicelli falleció semanas atrás) contados realizadores ubican ciertas temáticas familiares en el contexto de una sociedad que ve dÃa tras dÃa (como en tantos otros paÃses europeos que marcan un viraje hacia polÃticas conservadoras) cómo se naturalizan ciertas perversiones gubernamentales.
El encierro, aquel primer encuentro entre Anna y Domenico abre puertas hacia espacios que se dibujan entre escapadas y una fuga a Túnez. Será un nuevo itinerario que ambos recorrerán y que pondrán sobre el tapete de los sueños, dudas y temores. La composición actoral de ambos, Pierfrancesco Favino y Alba Rohrwacher, hoy reconocidos por su trayectoria profesional, otorgan al film una fuerza dramática plena de matices, que permiten captar las variables emociones.
En Italia, al dÃa siguiente del estreno, una de las crÃticas llevaba por tÃtulo "Un film que se puede pensar como un sismógrafo de los sentimientos" y en notas centrales, otro titular destacaba "Nueva crónica de pobres amantes".
Cosa Voglio di piú. 9 (nueve) puntos.
Italia-Suiza, 2010
Dirección: Silvio Soldini
Guión: Doriana Leondeff, Angelo Carbone y Silvio Soldini
FotografÃa: Ramiro Civita
Música: Giovanni Venosta
Intérpretes: Pierfrancesco Favino, Alba Rohrwacher, Giuseppe Battiston, Teresa Saponangelo, Fabio Troiano, Tatiana Lepore.
Duración: 120 minutos.
Salas de estreno: Showcase y Village.
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