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Sábado, 5 de marzo de 2011
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Concierto de ópera de Daniela Ratti y Graciela Mozzoni

Exquisitas voces para un programa delicioso

Por Marisol Gentile
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Ciclo de Opera: 9 puntos

Solistas: Daniela Ratti, soprano; Graciela Mozzoni, mezzosoprano; acompañadas en piano por Marta Rodríguez y Horacio Castillo.

Fecha de actuación: 3 de marzo, foyer del Teatro El Círculo.

Dos grandes voces femeninas de la lírica local brillaron este jueves en el Foyer del Teatro El Círculo. Se trató del segundo concierto del ciclo de ópera verano 2011. Con el acompañamiento al piano de Marta Rodríguez y Horacio Castillo, el plantel se completó con las voces protagónicas de la soprano Daniela Ratti y la mezzosoprano Graciela Mozzoni, con un programa que estuvo integrado por arias y dúos de óperas italianas y francesas.

Los melómanos asistentes pudieron apreciar el acertado empaste de ambas voces superiores femeninas. Ratti, con un timbre claro y brillante, hizo sin dudas honor al origen italiano del término: soprano en italiano significa "soberano, superior". De las tantas clasificaciones existentes (soprano de coloratura, ligera, lírica, lírica ligera, lírico spinto, soubrette, dramática de coloratura, dramática y Falcon), la joven artista parecía poseer características de muchas de ellas y aplicarlas a la obra en cuestión, ostentando sin duda un alto grado de versatilidad y una creciente técnica vocal.

Mozzoni, por su parte, supo aprovechar sus cualidades vocales y su impecable y acabada técnica a esta situación intermedia de "voz femenina de registro medio", y lejos de ser un inconveniente, brilló con ornamentos vocales muy complicados, con una voz de timbre rotundo y muy suyo, desplegando una amplia tesitura vocal que según el matiz individual de cada papel la transformó por momentos en Mezzosoprano ligera, lírica y/o dramática.

Claro que el preciso y limpio acompañamiento al piano fueron determinantes para el lucimiento de estas voces: Rodríguez y Castillo fueron la base sólida, necesaria y tan deseada por todo intérprete a la hora de hacer música de cámara.

El programa fue muy bien elegido, conformado por arias célebres: un puñado de pequeñas joyas operísticas de grandes compositores.

Recordemos que "aria" es una pieza musical para ser cantada por una voz solista, y dado que habitualmente debe hacerse con acompañamiento orquestal en este caso se escuchó en versión para voz y piano. Claro que este término fue cambiando su significado, ya que antiguamente, "aria" era cualquier melodía expresiva ejecutada por un solo intérprete.

Poco a poco esta forma musical "invadió" el repertorio operístico con sus tantas variantes (Aria da capo, cantabile, agitata, di bravura, etc), tal que a mediados del siglo XIX, las óperas se convirtieron en una secuencia de arias, reduciendo el espacio disponible para los recitativos.

Volviendo al programa del concierto, los artistas eligieron a autores como C. W. Gluck, W. A. Mozart, C. Saint Saëns, G. Puccini, F. Cilea, G. Rossini y G. Verdi, interpretando de éstos arias y dúos deliciosos.

A sala llena, colmada por cierto de un público entusiasta y conocedor del género, impresionó la cantidad de colegas cantantes y músicos en general que asistieron a la velada, meritoria acción que sin dudas apoya la continuidad de estos ciclos.

El programa se destacó por la alternancia entre Mozzoni y Ratti de estas arias, quienes realizaron la performance de memoria y hasta interpretaron las diferentes acciones operísticas, situándonos en los argumentos respectivos.

Una acertada elección fue abrir el concierto con "Addio, addio, o miei sospiri", del "Orfeo y Euridice" de Gluck compositor que pasará a la historia por su reforma de la ópera-, a cargo de Mozzoni, en donde se lució impecablemente con una pieza híper melismática y virtuosística.

Siguiendo, de la ópera "Cosi Fan Tutte" del genio vienés (título traducido como "Así hacen todas" o "La escuela de los amantes", ópera bufa compuesta por Mozart entre 1789 y 1790) hicieron "Come scoglio" (Ratti sola) y "Prenderó quel brunetino" (en dúo), diamantes del argumento en donde dos hombres intercambian a sus prometidas, aceptando el reto que les plantea un viejo amigo, en donde pondrán a prueba la fidelidad de las chicas (y aunque se vuelven a juntar las parejas "correctas", ¿acaso no habrían sido mas felices las parejas "equivocadas"?). El dúo fue de un empaste tímbrico remarcable y afinaciones perfectas.

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