De la basura o los deshechos, de aquello que cumple su ciclo vital, surge el compost. En un punto de madurez que ya se traslucÃa en su música, Cielo Razzo puso en zona de descomposición algunas viejas experiencias y las transformó en un área fértil para la creación. El resultado son once canciones en las que la banda alterna momentos de alta tensión rockera con pasajes de cuidado tinte acústico. Lanzado en noviembre, Compost se presentará hoy a las 21.30, cuando la banda brinde su primer concierto del año en el Salón Metropolitano.
Ya se ha dicho en estas mismas páginas: con cada nuevo disco, Cielo Razzo demostró que sus objetivos están marcados más por honestidad que por interés comercial. En Compost no hay condescendencia con su inmensa cantidad de seguidores, que sà comprendieron que la identidad del grupo no está atada a fórmulas. "Pero no son decisiones que hemos tomado -aclara el cantante Pablo Pino . Nos encantarÃa hacer un disco con todos hitazos, con temas que le gustan a todo el mundo. La realidad es que el tiempo y los discos nos fueron llevando a lo que hacemos. Estamos seguros que queremos que cada disco nos sorprenda y sorprenda a la gente. Estos discos son el reflejo de esa idea. Las canciones las trabajamos, queremos transformarlas para que sean bonitas. En este disco encontramos cosas que no encontramos en otro disco, se expandió el juego. Nos sentimos exactamente igual que diez años atrás. Las canciones se van moviendo, son distintas y eso nos divierte".
Entre la furia irónica de "Dulce nana" a las intimistas "Murciélago" y "De Ogro", o a los ricos matices de "Reacción", la amplitud de Compost es, probablemente, aun mayor que la de Grietas. Y, en ese marco, refleja la madurez de un grupo que transformó experiencias pasadas en un suelo fértil. "Como todas las cosas que van pasando en el tiempo y creciendo, nosotros tenemos enfermedades y problemas propios de una banda que, si bien no es vieja, está cerca de cumplir los 20 años. Estamos todo el tiempo conviviendo con cuestiones de edad de grupo, de personas. Si bien sabemos que no somos viejos, ni mucho menos, no estamos fuera de órbita, empiezan a aparecer nuevas cosas. En el disco nos encontramos con que estábamos con muchas cuestiones, problemas, decisiones que tomar. Nos costó mucho sacarlo, tardamos mucho. Estamos en Argentina, en un proceso que nunca fue ni será fácil. Somos músicos del tercer mundo, sin ninguna multinacional atrás. Todo eso causa ciertas complicaciones. Nos sentimos músicos under más allá de la gente que vaya a nuestros recitales. El nombre del disco de alguna manera es eso, el transcurso y la energÃa que se mueve. Y nosotros somos insectos tratando de hacer canciones de eso".
Para Cielo Razzo, el camino de la independencia no es uno obligado por la circunstancia, sino más bien una elección que se sustenta en la capacidad de producción del grupo y en la experiencia obtenida en vÃnculos previos, según analiza Pino: "Si bien las compañÃas ya no nos llaman, ya lo hicieron en su momento. Hemos tenido charlas con compañÃas independientes y multinacionales. La experiencia que hemos tenido nos vino bien en su momento, pero a largo plazo terminó complicando la existencia. Trabajamos con las canciones como nos parece que tenemos que trabajar y no estamos pendientes de la movida o de lo que está mandando la moda del momento. Todo eso las compañÃas ya lo saben. El hecho es que no tenemos ganas que nos metan palos en la rueda o que haya problemas que podemos solucionar siendo independientes. La compañÃa te da y quita tranquilidad a la vez. Pero seguiremos asà hasta que cambiemos de opinión. Hay muchas cosas, somos una banda con sus mañas, conocemos el negocio y que las cosas que te puede ofrecer una compañÃa ya no existe. Para las compañÃas la industria está muy mala. Ahora en nuestro caso intentan sumarse al trabajo que hemos hecho durante todos estos años".
Lo cierto es que Cielo Razzo es un número tentador para cualquier empresa, pero la ilusión empresarial se desvanece detrás de formas propias de una banda cuyo espÃritu tiene más de barrio que de oficina lujosa. Esa consecuencia con las raÃces es la que ha llevado a los Cielo Razzo a sumar como invitadas a algunas de las mejores bandas de la ciudad en los masivos shows que suelen ofrecer en Buenos Aires.
Si de masividad se trata, y en sintonÃa con la presentación oficial de Compost, el de esta noche en Metropolitano será seguramente un concierto de gran convocatoria. Allà estarán entonces Pino (voz, guitarras, sikus, armónica y ocarina), Cristian Narváez (bajo y coros), Javier Robledo (baterÃa y coros), Diego Almirón y Fernando Aime (guitarras y coros), a quienes se sumarán buena parte de los invitados del disco, entre ellos Fabricio Simeoni (quien aporta prosa y recitado en "Cascarudo"), Nahuel Marquet (voz y acordeón), Maxi Natalutti (violÃn), Andrés Abramowski (mandolina) y Paolo Ferrara (violonchello).
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