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Aunque levemente afectada por algunos "pequeños inconvenientes" --la ausencia de taxis en un día de lluvia, por caso, en un curioso correlato entre las ciudades de Rosario y Buenos Aires--, la charla con Daniel Aráoz transcurre en medio del incesante trajinar del actor y conductor del genial Compatriotas, el ciclo de medianoche del canal estatal que comparte con Coco Sily, quien además lo acompaña en Aryentains, la obra que llevan a cabo junto a Jean Pierre Noher y Roly Serrano. Basada en el libro Usted no me lo va a creer de Roberto Fontanarrosa (y ganadora del premio ACE 2003, y los cordobeses Carlos y Bamba en la última temporada de verano), la puesta recalará esta noche en Rosario, para ofrecer una única función que tendrá lugar a las 21 en el teatro Broadway.
Consciente de que la propuesta encuentra buena parte de su éxito en la presencia televisiva de los protagonistas ("Notamos que tiene cierta influencia el hecho de que todos estamos haciendo televisión. Quizás nuestra trayectoria involucra muchos otros productos en los que hemos trabajado y creo que la gente ya nos identifica", explica el actor), Aráoz no ahorra elogios para la pluma del rosarino al momento de destacar el valor de la puesta.
"Con el prestigio que tiene Fontanarrosa vos sabés que una obra suya tiene un buen texto. Después te puede gustar o no, depende de quién la haga, pero si eso está combinado, como en nuestro caso, con cuatro actores de trayectoria, que están haciendo tele y ya han hecho bastante teatro también, hace que el público vaya a vernos", destacó a Rosario/12, para de inmediato diferenciar a este proyecto de anteriores representaciones basadas en textos del Negro: "Las obras de Fontanarrosa que se hicieron antes, en cierto terreno comercial, se adaptaban y representaban en un café, pero en nuestro casi interpretamos los textos. Lo que vos ves son los personajes de los cuentos".
En ese marco, Atilio Veronelli fue el responsable de la adaptación, mientras que los propios actores terminaron de delinear las cualidades de los personajes que aparecen en escena. "Imaginate que después de tanto tiempo la obra ya se ha ido deformando. Estamos por cumplir tres años con Aryentains y ya nos despedimos. Ya terminamos con este ciclo, y durante bastante tiempo la obra se mantuvo en estado virgen. Después cuando uno trabaja le va haciendo agregados, sobre todo porque cada uno de nosotros también escribe", explicó Aráoz, sin negar además el margen de improvisación que les ofreció el proyecto: "En la obra siempre va apareciendo la improvisación, sobre todo teniendo un disparador como el de Fontanarrosa, que realmente escribe de una manera que te hace participar improvisando muchas veces. Y a veces la improvisación surge a partir del hecho de que el actor se enfrenta a la repetición de un mismo texto, algo que se discute hace mucho tiempo, hasta qué punto puede tener vida algo que vos repetís todas las noches. Esta fue una de las grandes discusiones filosóficas del actor, cómo hacer para representar un texto siempre de la misma manera. Entonces haciendo estos cambios le damos vida a la obra, le damos ritmo, aunque nunca es un cambio de estructura, porque el cuento está siempre presente".
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