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"Compongo música por una profunda necesidad, necesito que mi música esté enraizada con la época y el lugar en que vivo, y creo fundamentalmente en la obra creativa en cuanto a su función testimonial y de mensaje imposible de ser traducido a otro tipo de medio que no sea aquel para el cual fue concebido". Con estas categóricas palabras, inicia Dante Grela la entrevista con Rosario/12. A la hora de definir su estética musical, este pionero rosarino en la música de vanguardia lo hace afirmando que se siente un compositor comprometido con su época y con el lugar al que pertenece, le preocupa mucho que su música funcione como un tipo de expresión sonora portadora de un mensaje y no como un producto meramente intelectual o un elemento de diversión.
Y sin dudas, a juzgar por estas declaraciones, menuda tarea tendrá esta noche el maestro Alejo Pérez, director de la Orquesta Sinfónica Nacional de Buenos Aires, a quien confió Grela el estreno de su pieza Continuar esperando...", escrita para soprano, orquesta y sonidos electroacústicos.
"Hacia fines de 2010 manifesté a la cantante Susana Caligaris -quien estrenó la versión original de la obra-, que me resultaría interesante hacer una versión con orquesta de la misma. Ella mencionó esta idea a la comisión organizadora de la Sinfónica Nacional y la idea tuvo una recepción muy favorable, dado que se comunicaron conmigo proponiéndome concretar el proyecto", cuenta.
Así, el estreno tan esperado será esta noche, en el Auditorio de Belgrano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en un atractivo programa que incluirá además El Mar de Claude Debussy y Rapsodia en Azul de George Gershwin, con Ralph Votapek como solista al piano.
A propósito de la obra a estrenar, el compositor cuenta que dicha pieza es la versión con orquesta de una obra anterior titulada Espera (2006/2010), para soprano, sonidos electroacústicos y piano con dos ejecutantes, uno siempre en teclado y el otro alternando teclado y encordado, con percusión sobre cuerdas, tabla armónica, barras y puente, y uso de arcos frotando las cuerdas, lo que produce sonoridades semejantes a sonidos electrónicos.
En la versión que se escuchará esta noche, las partes de voz y los sonidos electroacústicos son las mismas que en Espera: estos últimos trabajan con mezcla de sonidos puramente electrónicos y la grabación de las partes de la voz y de los pianistas, elaboradas luego de diversas maneras. Por eso, Grela habla de "sonidos electroacústicos" y no de "sonidos electrónicos".
"La orquesta incluye maderas por tres, metales, cuerdas, arpa, timbales, piano, celesta y cuatro percusionistas. La obra está basada en el poema Espera de Oliverio Girondo, que segmenté en cuatro partes. En cuanto a las emisiones vocales, trabajo con la voz cantada, hablada, hablada sobre diversas alturas, el canto hablado, susurrado y mezcla de hablado y susurrado, en función de las necesidades expresivas que me fue generando el texto de Girondo. El título de esta versión corresponde a las dos últimas palabras del poema de Girondo: Continuar esperando. La soprano solista será nuevamente Susana Caligaris", subraya Grela.
El maestro Grela ocupa un lugar destacado en la evolución de las estéticas vanguardistas de la Argentina, y fue pionero en introducir en Rosario estas nuevas tendencias: su interés en la música del siglo 20 surge ya desde sus primeros años de estudio en la década del 60, para luego comenzar a tomar clases de composición en Buenos Aires con Francisco Kröpfl, uno de los padres de la vanguardia musical argentina.
"Gracias a él tomé contacto con la creación musical de la segunda mitad del siglo 20, así como con la música electroacústica. Y de a poco fui tomando conciencia de que no tenía sentido para mí componer música sin que ésta estuviese basada en los lenguajes de mi propia época, del tiempo en que me tocaba vivir", agrega.
Pregunta de rigor es pues si acercar la música contemporánea a un público masivo es únicamente responsabilidad de los directores:
"Este es un tema delicado, y sería motivo de una larga reflexión", se apresura a responder. "Creo que, por una parte, hay cierto tipo de líneas en la música del presente que se olvidan que lo que creamos siempre debe constituírse en un tipo de mensaje que alguien deberá recibir y decodificar, y se encierran en planteos súper intelectuales y elitistas, que se olvidan en gran medida del oyente. Creo que ya pasó la época de los "ismos" (que dominaron el panorama hasta las décadas del 80 0 el 90). Hoy en día, y más aún en nuestro continente latinoamericano, con su compleja y nolineal historia política, social, económica, es una utopía carente de sentido querer seguir hablando de 'purismos estilísticos', que se vuelven absolutamente estériles, a mi modo de ver. También, la responsabilidad de base de esta situación se encuentra en las instituciones de formación musical de todos los niveles, donde, por lo general, se plantea una enseñanza casi totalmente desconectada de la realidad de todo lo que ha ocurrido en la música a lo largo del siglo 20. Aquí también se cae en planteos utópicos, como si se estuviese formando músicos que perteneciesen al siglo 18 o 19. Toda esta situación termina reflejándose en una absoluta falta de políticas culturales que contemplen en forma orgánica la difusión de la música contemporánea por parte de los organismos oficiales a todo nivel. Se hacen algunas cosas, pero que finalmente terminan presentando a la música nueva como 'cosa rara', lo cual, representa una absoluta falacia, que a veces ocurre por desconocimiento y otras en forma absolutamente intencionada", afirma.
Además de su vasta actividad en la composición y en la docencia (es profesor titular en la Universidades de Rosario y de Santa Fe en las cátedras de Composición, Orquestación, Análisis, Música Electroacústica, Acústica, Historia y Estética de la Música Contemporánea e Introducción a la Etnomusicología), Grela se destaca por su interés en la música étnica y folklórica en general, campo en el que se mueve desde hace más de 20 años, trabajando sobre temas relativos a la creación musical latinoamericana del siglo 20. Actualmente, está dirigiendo un proyecto de investigación titulado "El tratamiento rítmico en la creación musical latinoamericana del Siglo 20". Por otra parte, su libro "El tratamiento tímbrico en la creación musical latinoamericana del siglo 20" está a punto de ser publicado por la Editorial de la UNL.
"Me interesan particularmente las expresiones sonoras del tipo de la baguala de los valles calchaquíes del noroeste argentino y las músicas aborígenes de toda Latinoamérica. En mi caso, este tipo de expresiones sonoras funciona en muchos casos como un 'disparador' de mi propio proceso creativo, sin necesidad de estar presentes de una manera evidente en mis obras. Me interesa fundamentalmente la relación entre dicha expresión sonora y el contexto sociocultural que la genera; y esto se debe a que creo profundamente en el rol social que debe jugar la música en cualquier contexto cultural".
Siempre en constante actividad, este prócer de la vanguardia musical tiene una serie de proyectos para este año, que incluyen comisiones diversas, invitaciones a festivales de música contemporánea y más estrenos: en agosto, en Rosario, sus Seis Estudios (2011) para cuarteto de cuerdas. "Aquí, por ejemplo, trabajo sobre una vidala tucumana, que se va transmutando de diversas formas a través de cada uno de los Estudios, en función de contextos expresivos sustancialmente diferentes", cuenta.
Y en noviembre, se interpretará en Buenos Aires su obra Cantos de soledad y lejanía (2009), en su versión para violoncello y piano.
"Esta es otra característica de mi trabajo creativo en estos últimos años: suelo componer obras que pueden ser ejecutadas en distintas versiones", dice.
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