"Un fantasma, alguien que era testigo de las cosas pero que no lograba participar", escribÃa Santiago Beretta en una entrada publicada en el blog de su revista: apologiarevista.blogspot.com. La frase se refiere al misterioso parroquiano de un bar, "el hombre de la lágrima", pero podrÃa describir al ideal de cronista que Beretta (estudiante de último año de Periodismo, lector de Roberto Arlt y de Hunter Thompson) tiene en mente cuando escribe.
La revista que Beretta dirige se llama ApologÃa, sacó su primer número en mayo del año pasado y presenta su cuarto número este viernes a las 20.30 en el espacio Madma (Balcarce 839, planta alta). Habrá lectura de textos por parte de Petula y Adolfo Cañisales, dos de los colaboradores. Expondrá sus dibujos Guillermo Madoz, mientras Uriel Cerezo, diseñador gráfico desde el primer número, tocará con su banda y con Osvaldo Zulo. Cabe advertir que quienes concurran a la presentación están obligados a comprar una revista, que vale diez pesos. Esto no es filosóficamente lo mismo que decir que la entrada de diez pesos va con una revista de regalo, aunque aritméticamente lo parezca. En cualquier caso, hay un póster de regalo.
ApologÃa lleva en su cuarto número una foto de tapa (que ilustra esta nota) de Luciana Gismondi, que expresa con su angst el espÃritu de "periodismo marginal" que buscan encarnar en sus crónicas urbanas Beretta y Tony Cobelli. En el blog de la revista puede leerse una crónica del local Bowling 10 por Mariano D'Arrigo; un relato autobiográfico donde Esteban Olatte confiesa cómo descubrió la etimologÃa de la palabra "destornillador"; una estampa nostalgiosa que Beretta pinta del bar Ave Fénix y de sus fantasmales clientes, y una literal estampita feminista encontrada. Los relatos tienen garra. Son "derivas urbanas" (como las define Beretta) y al leerlos es preciso admitir, entre cierta ternura y cierta envidia, que todo suena a esa edad en que todavÃa todo lo que le sucede a uno, por más banal que sea, parece estar en el preciso centro trascendental del universo.
El alma mater de ApologÃa fue el periodista, escritor y dramaturgo Enrique Symms (Buenos Aires, 1946), editor de la mÃtica Cerdos y Peces. "De manera informal, es decir, en charlas que hemos mantenido en bares, Symms siempre trató de orientarnos... Mantuvimos largas charlas con él y dos de ellas fueron publicadas en distintos números de la revista", cuenta Beretta. "Entendemos el periodismo como la posibilidad de narrar lo que nos rodea y lo que nos sucede, pero sabiendo que para ello debemos nutrirlo de todos los elementos posibles del arte. Ocupándonos de lo microsocial de la vida cotidiana, preferimos contar emociones y no informaciones, intentando lograr un lenguaje que incluya la metáfora, la aventura y los interrogantes como sus principales armas. La idea es que la revista crezca en cuanto espacio de encuentro colectivo. Es una convocatoria que está abierta a quién le interese". ¿Periodismo, o literatura? Habrá que ver cómo sigue.
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