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Viernes, 7 de octubre de 2011
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Termina el Festival Internacional de Teatro de Mercosur en Córdoba

Santa Fe se hizo lugar en la docta

El balance fue positivo, por la cantidad de público, la extensión a espacios alternativos y las propuestas especiales. Deslumbró Albert Plá, que actúa el domingo en Rosario.

Por Julio Cejas
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Plá y el guitarrista Diego Cortes, en un perturbador show.

Finaliza hoy en la ciudad de Córdoba la octava edición del Festival Internacional de Teatro Mercosur, organizado por la Secretaría de Cultura de la Provincia de Córdoba a través de la Subdirección de Artes Escénicas. El Encuentro arroja un saldo positivo no sólo a nivel de adhesión del público que llenó casi todas las funciones programadas; sino por las implicancias que genera la extensión social de este emprendimiento. A diferencia de otros festivales como el Festival Internacional que en Rosario organiza el Instituto Nacional del Teatro; los cordobeses siguen priorizando actividades especiales que van más allá de una muestra de obras consagradas. Así, afianzan un estilo que ya es reconocido por los teatristas, investigadores, personalidades y periodistas especializados nacionales como internacionales.

A diferencia de otras ediciones y de otros encuentros de teatro, el Mercosur desde su primer día definió sus objetivos privilegiando los barrios y los espacios no convencionales, a tal punto que la primera función fue en el Complejo penitenciario de Bower y a público abierto, y la inauguración oficial partió desde barrios con reconocida historia, donde las murgas y los vecinos fueron convocados por el talento de Tabaré Cardozo que remató en el remozado Mercado Norte.

Este espacio pintoresco y emblemático de los cordobeses, sorprendió a vendedores y compradores, entre la fragancia de los alimentos y las especies, cuando grupos de teatro seleccionados para participar en el festival irrumpieron en horas del mercadeo, con propuestas de clown y música para darle otro color a la semana.

La programación del festival no se quedó solo en las salas del centro, se prolongó en los barrios, las cárceles y más de veinte localidades que se transformaron en las sedes del interior. Muchos elencos que llegaron de distintos lugares del país y del mundo viajaron hasta estas localidades.

En cuanto a los llamados Proyectos especiales, se destacó uno de los trabajos que apuntalan esta idea de acercar al teatro como puente entre los creadores y la sociedad: Derechos torcidos, del recientemente fallecido Hugo Midón, que fue el disparador de un proyecto donde 15 chicos de la Escuela Marta Juana González, de Villa El Libertador, encontraron su propio espacio para demostrar que pueden actuar y defender sus derechos.

Este grupo de niños en situación de riesgo social tomaron por asalto el tradicional Teatro Real y coordinados por Carlos Gianni y Rubén Segal, junto al emblemático actor de Los Delincuentes Comunes y la Comedia Cordobesa, Giovanni Quiroga, demostraron que se puede trabajar para lograr un producto digno, integrando la educación y el juego, en un homenaje a alguien que hizo tanto por los niños desde sus célebres comedias musicales.

Córdoba también se diferencia de otros festivales en las actividades de formación, talleres y eventos especiales, entre los cuales se puede destacar la presentación del último libro de la reconocida dramaturga Griselda Gambaro, La obra reunida, la Visita guiada a la cabeza de un dramaturgo, a cargo del maestro de autores, Mauricio Kartun. Bajo el sugerente título de La mirada que escribe, los integrantes de CRITEA (Círculo de Críticos de las Artes Escénicas de la Argentina) dictaron un taller para periodistas, estudiantes de comunicación y periodismo; ratificando el papel que juega la crítica en el marco de un Festival que siempre priorizó el trabajo de investigadores y periodistas teatrales.

Rosario, más allá de estar representada por el Grupo Seisenpunto dirigido por Cristina Prates y su obra Cuatro cuartos; paseó por el festival a actores de la talla de Luis Machín y Claudia Cantero (en La familia argentina), mientras Luciano Temperini operó las luces de la Compañía Teatro de los Andes de Bolivia (Odisea) y Miguel Bosco integró la Compañía de Alejandro Catalán en uno de las propuestas más interesantes del Festival: Amar.

Santa Fe fue otra de las provincias reconocidas por la labor de la Comedia Universitaria de la Universidad Nacional del Litoral con Edipo y Yo, una versión que resignifica el clásico de Sófocles, a partir de una original propuesta dirigida por Edgardo Dib, basada en la actuación de cuatro talentosos actores santafesinos.

Además de estas obras que demostraron el nivel alcanzado por los grupos tanto nacionales como latinoamericanos, tuvo mucha repercusión la performance del catalán Albert Plá, en un perturbador espectáculo que él tituló Tenemos un problema, en compañía del guitarrista flamenco Diego Cortés, un prodigioso músico que compartió escenario con Mike Oldfield, Santana y Paco de Lucía, entre otros. Este espectáculo integrado por una serie de canciones que narran historias terribles, amorosas y cargadas por momentos de una corrosiva mirada al mundo actual, se presentará el próximo domingo, a las 21, en Pugliese, Corrientes 1530, de Rosario.

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