En la madrugada de ayer, después algunos meses gravemente enfermo, murió en la ciudad el locutor Norberto Chiabrando. Figura en las primeras transmisiones televisivas de Rosario, con el correr de los años se convirtió en una de las voces fundamentales de la radiofonÃa local. A partir de la valoración de colegas y compañeros de trabajo, es posible recordar sus condiciones profesionales y humanas.
Pablo Feldman (editor Rosario/12 y periodista de Los Mejores)
Conductor. Los mejores años de Chiabrando y de LT8 fueron durante los 12 años que hicimos Los Mejores. Entre 1988 y el 2000, cuando la radio cambió de manos, el programa fue premiado con 7 u 8 MartÃn Fierro, 4 Broadcasting y otros premios menores. Fue el programa de mayor audiencia de la radio de Rosario desde que se hizo la Am, rompiendo además con el esquema del monólogo que imperaba hasta esos años. Sin duda, más allá de que habÃa un cartel periodÃstico muy amplio, con profesionales como Vicente Cuñado, Eduardo Aliverti, Rogelio GarcÃa Lupo, Reynaldo Sietecase y yo, el Gordo era claramente el conductor, el animador, la voz cantante. Un tipo que no faltaba, que no llegaba tarde, que siempre estaba de buen humor.
Julio Orselli (locutor y conductor)
Infancia. Con Norberto permanentemente recordábamos nuestro pueblo, Bell Ville, nuestros comienzos, nuestra propaladora, la agencia de publicidad que tenÃamos allá. De chicos jugábamos a la radio, le hablábamos a un colador clavado en un jabón para la ropa. Inventábamos que éramos locutores y de chiquitos nos pusimos en la cabeza que Ãbamos a terminar trabajando en algún medio. Lo intentamos oportunamente en los comienzos de los 60 en Córdoba, pero no habÃa espacios en ese momento, y en el 65 Canal 3 inicia sus transmisiones. El Gordo se presentó y fue seleccionado. Al año necesitaron más locutores, entonces me mandó a llamar y asà empecé. Se fue un tipo realmente importante de la radio de Rosario, que marcó una época, que dejó una enseñanza. Lamentablemente no supimos valorarlo en su momento, pero a pesar de todo a los más cercanos, los que lo conocimos bien, su muerte nos dio paz y tranquilidad porque dejó de sufrir.
Amor.Norberto tenÃa potencia de voz, conocimientos musicales, buscaba noticias, era inquieto en cuanto a innovar en la programación, era muy solidario. Pero a todo éso le sumarÃa la palabra amor. Le metÃa amor a todo lo que hacÃa.
Ester Stekelberg (productora)
Desacartonado. Norberto fue un profesional que desacartonó el aire sin "faltarle el respeto". Quiero decir que aún con esa forma de charla de café que le imprimÃa al micrófono, lo respetaba como ninguno. Los medios eran su pasión, pero la radio se llevaba todos los laureles. Amaba la radio y a ella le dedicaba gran parte de sus dÃas y de su vida.
Generosidad. Creo que una de las cosas que más me asombraba de él era esa generosidad que imprimÃa a su paso por el aire. Se hacÃa eco de todo lo que pasaba en la calle, lo que le pasaba a la gente, sin intelectualizarlo. VivÃa mangueando al aire para los oyentes que dejaban mensajes y para los que le escribÃan (cartas, en esa época, todavÃa no habÃa mails). Sillas de ruedas, medicamentos, pozos en la calle, luces cortadas, árboles caÃdos, escuelitas sin pizarrón, en fin, todo pasaba por Los Mejores y sobre todo, por él. Y si habÃa respuestas al toque, era por él, que se las pedÃa a las empresas directamente al aire. Claro, si no respondÃan se incineraban, Chiabrando las incineraba al aire.
Gachy Santone (locutora y conductora)
Estilo. Marcó una época, un estilo con una presencia fuerte, con una locución muy enérgica. Y al mismo tiempo de una animación muy contundente. TenÃa una cosa muy estentórea, un tipo que cantaba, siempre hablaba muy fuerte, algo muy tÃpico de los locutores de los '60 y '70. TenÃa un tremendo amor por la radio, y sobre todo por LT8. El decÃa que amaba esta radio, porque además la familia de su mujer estaba relacionada con la creación de LT8.
Melómano. SabÃa muchÃsimo de música. Me tocó trabajar con él en Conectándonos, que creo fue su último programa en LT8, y si habÃa algo que no conocÃa lo averiguaba. Por ahà te nombraba a grupos nuevos y vos te preguntabas cómo los conocÃa. Se informaba, la música le gustaba de alma.
Patricia Dibert (periodista y locutora)
Estirpe. Me parece que Norberto era un locutor de estirpe. Era una persona que, pasara lo que pasara, se sentaba al micrófono y salÃa con una energÃa súper motivadora. Inclusive ante las noticias más truculentas o los climas de radio más densos, él tenÃa una capacidad maravillosa para darlos vuelta. Y siempre pensaba en la cantidad de gente que tenÃa enfrente. Era un tipo que laburaba para lo masivo, trabajaba para todos. A nivel locutor era casi perfecto. Le encantaba hacer tandas en vivo, no le gustaba grabar y que lo editaran porque al que le gustaba crear era a él.
Colectividades. Un perfil muy interesante era su costado melómano, abierto a la música y las culturas del mundo. De allà su amor por las Colectividades, que para él eran una fiesta. Trabajar con él en Colectividades era súper motivador, porque se abrÃa el micrófono y arremetÃa poniendo unas ganas y pilas increÃbles. Se aprendÃa muchÃsimo al lado de él.
Marcelo MartÃn (productor)
Delirante. En el 2000, cuando empezaron los cambios en LT8, Raúl Rey me convocó con la idea de tener un programa de humor pero con una vuelta de tuerca. En aquel momento me pareció interesante meter actores (Andrea Fiorino, Gachy Roldán, Negro Moyano) y Raúl me dio la posibilidad de convocar a Norberto, con quien no habÃa trabajado nunca. Nos reunimos y me pareció un tipo de una intensidad tremenda, pero con el temor de que con todo su bagaje e historia se nos hiciera difÃcil trabajar, algo que podÃa pasar, y aparte me parecÃa raro que un sábado a la mañana se levantara para venir a trabajar después de toda su semana de trabajo. Le contamos la idea y arrancamos con Delirantes, y no sólo que no faltó ningún sábado sino que era el primero en llegar, y el último en irse de las reuniones de preproducción. Un tipo de una generosidad tremenda, una gran apertura a partir de su experiencia. Le ofrecimos cosas hasta riesgosas para su figura, porque tenÃa que hacer de cantante, de mafioso, de homosexual, y el Gordo nunca dijo que no. Era un placer verlo activar esos personajes. Cantaba tremendo, actuaba excelente y tenÃa una capacidad de ingenio y un humor que llevaba al extremo. Al punto que nos asustaba a nosotros, que nos preguntábamos hasta dónde podÃa llegar. Era un tipo absolutamente intenso, creativo, divertido. Hasta el dÃa de hoy agradezco habérmelo cruzado, primero por su condición humana y segundo por su generosidad en el laburo. TenÃa esa cosa de los tipos del interior... Era un buen tipo con nosotros, nos trataba más como hijos que como compañeros de laburo.
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