La voluntad de trilogÃa pareciera forzar esta "última" entrega de Hombres de negro. Cómic de trascendencia mayor a partir de su versión al cine, Men in Black tuvo un momento de esplendor con su primer film (1997), una secuela previsible (2002) y ahora, visto el capÃtulo tercero, un desenlace cÃclico.
Barry Sonnenfeld sigue en pie como realizador, responsable también de los buenos momentos vividos por Los locos Addams, con Raúl Julia y Anjelica Huston en sus protagónicos, asà como de esa incombustible mirada sobre Hollywood que significa El nombre del juego (Get Shorty, 1995), sobre novela de Elmore Leonard.
Entonces, Hombres de negro otra vez. Y nada que sorprenda. O, en todo caso, la virtud argumental cÃclica a la que se ha aludido. El ciclo, figura temporal justa, deviene lugar preciso para delinear al mito. Cualquiera de sus puntos es final, también principio. Al buscar su lugar en esta rueda de tiempo, Hombres de negro 3 ubica su trasfondo mÃtico. Alcanzado éste, su historia podrá ser contada otra y tantas veces como sea necesario. Ahora bien, esto como desprendimiento de análisis del film, o como lugar primario desde el cual el guión hubo de ser escrito. Pero en lo que a cine refiere, esta nueva Hombres de negro no ofrece más que una aventura ramplona, con protagónico exclusivo de Will Smith.
El agente J (Smith) sale en busca temporal del asesino del agente K (Tommy Lee Jones). Al menos desde lo que le supone su recuerdo inmediato del ayer, cuando K estaba allà donde ahora no, mientras todos dicen que hubo de morir hace cuarenta años. AsÃ, el viaje en el tiempo. Año 1969. Con la luna a punto de ser visitada. Un villano que permite, justamente, un origen lunar (y rojo: su nombre es Boris). Y un K muy joven, con rasgos del gran Josh Brolin. (Puntos a favor para el actor, preciso en su recreación del personaje, con gestos que recuerdan de manera creÃble al K "del futuro".)
Si Hombres de negro tuvo uno de sus puntos de (re)encuentro felices en la interacción humorÃstica con alienÃgenas (de historietas, de portadas de revistas de ciencia ficción), aquà poco y nada de ello. A excepción de algún cameo en segundo plano, con un extraterrestre colorido al teléfono. O la despedida a Z (Rip Torn), en palabras hoscas según K, o con jerga de otro mundo según O (Emma Thompson). Pero poco hay de gags, mientras mucho de acción à la Will Smith.
CorrerÃas diversas, con el fin de componer una duración de largometraje. Con efectos digitales que mejor si hubiesen sido especiales. La excusa del viaje retro podrÃa haber permitido jugar con la imaginerÃa de aquellos años, asà como con la técnica de sus pelÃculas. Pero nada hay de ello, sino en todo caso más de lo mismo y peor. Es decir, es tan mala la calidad digital de la truca que, por qué no, podrÃa dirigirse el dedo acusador al genio malvado de su productor: Steven Spielberg.
Hombres de negro III. 4 (cuatro) puntos.
(Men in Black III)
EE.UU., 2012
Dirección: Barry Sonnenfeld.
Guión: Etan Cohen.
FotografÃa: Bill Pope.
Música: Danny Elfman.
Montaje: Wayne Wahrman, Don Zimmerman.
Intérpretes: Will Smith, Josh Brolin, Tommy Lee Jones, Emma Thompson, Jemaine Clement, Michael Stuhlbarg.
Duración: 103 minutos.
Salas: Monumental, Showcase, Sunstar, Village.
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