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Domingo, 5 de agosto de 2012
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Entrevista a Carlos López Puccio, director del Estudio Coral de Buenos Aires

"Intentamos ofrecer calidad musical"

El músico rosarino se presenta con su grupo el próximo jueves por la tarde en la Bolsa de Comercio local. El conjunto aborda principalmente interpretaciones de música moderna y mayoritariamente selecciona autores del siglo XX.

Por Marisol Gentile
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"Lo normal es armar dos programas anuales y presentarlos en diez conciertos", dice López Puccio.

Un espectáculo musical de primer nivel tendrá lugar el próximo jueves, a partir de las 19.30, en el hall central de la Bolsa de Comercio. Bajo la batuta del Maestro Carlos López Puccio, el prestigioso Estudio Coral de Buenos Aires ofrecerá a la audiencia rosarina su habitual calidad y excelencia musical. Como de costumbre, recorrerá un programa atractivo, complejo y en verdad nada habitual, que impactará como lo hace siempre con su calidad vocal fuera de serie, fuerza y justeza interpretativa, precisión rítmica y afinación perfecta.

A la hora de definir el perfil estético del conjunto, podría decirse que es una agrupación que realiza con preponderancia interpretaciones de música moderna: según cuenta su director, en los últimos diez años ha hecho mayoritariamente autores del Siglo XX, con obras de Penderecki, Messiaen, Petrassi, Ligeti, Scelsi, Schönberg, Pärt y Dallapiccola, entre tantos otros. "La idea original fue crear un grupo vocal de calidad profesional --explica López Puccio en diálogo con Rosario/12-- Esto lo habilitó para abordar un repertorio algo complicado para los coros amateurs argentinos, y de hecho generó internamente una tendencia hacia ese lugar no demasiado ocupado por otros grupos, aunque en nuestros 30 años de existencia han aparecido excelentes agrupaciones de la misma línea".

Así, el programa elegido para esta noche incluirá obras de R. Vaughan Williams (1872﷓1958, "Five English Folk Songs"), E. Rautavaara (1928, compositor finlandés considerado el sucesor vivo de Sibelius), G. Ligeti (1923﷓2006; "Hortobágy", dos 'Estudios Húngaros" y "Kállai Kettös") y R. Thompson (1899﷓1984, "The Peaceable Kingdom"), junto al "Komm, Jesu, Komm, BWV 229" de J.S. Bach (1685﷓1750), pieza concebida para doble coro y órgano, instrumento que estará a cargo de Federico Ciancio.

﷓ ¿A qué obedece elección de este repertorio?

- Es un típico programa de los que viene haciendo el Estudio Coral desde hace años: bastante siglo XX y con la más amplia paleta posible de estéticas. Entre las obras hay siempre algunas que difícilmente puedan escucharse en programas de coros menos profesionales. Un programa nuestro no puede tener obras "menores", eso significaría desperdiciar el instrumento de lujo que tengo la suerte de dirigir, y el esfuerzo que mis cantantes hacen para sostener el trabajo. La única excepción, también recurrente en nuestros programas, es el agregado de un motete de Bach, uno distinto por cada año.

Por otra parte, la predominancia de obras de Ligeti es en parte debido a que para López Puccio es éste el máximo exponente de la segunda mitad del siglo XX, quien se haría conocido por el gran público gracias al director de cine Stanley Kubrick, que usó sus obras como parte de la banda sonora de sus películas 2001: Una odisea en el espacio, El resplandor y Eyes Wide Shut.

"La idea es confrontar dos de sus canciones corales tempranas -﷓previas a su huída de la Hungría comunista en 1956﷓-, con otras dos que constituyen sus últimas creaciones corales. Las 'viejas', 'Hortobágy' y 'Kallai Kettös', son dos breves suites sobre temas folklóricos húngaros, virtuosas y profundas. Cuesta creer que, en cierto modo, hayan sido el resultado de la opresión, ya que Ligeti componía en esa Hungría 'stalinista' sólo aquello que le permitían. Las otras dos nos enfrentan con el compositor genial y vanguardista en el que se convertirá años después. Curiosamente, esta última obra coral (los 'Estudios Húngaros') nunca se había interpretado en vivo en su totalidad. A fines de 2011 tuvimos el orgullo de presentarla completa en concierto", apunta el director.

La explicación de este postergado estreno integral es en parte debido a la complejidad técnica que representa para los intérpretes, en especial la tercera de las piezas, ya que exige apoyo técnico adicional: la puesta en música de los ruidos de una feria pueblerina, en donde los pregones de los diferentes vendedores son cantados por el coro dividido en cinco grupos. Al respecto, López Puccio explica: "Cada grupo tiene a su cargo un pregón, a dos voces estudiadamente disonantes, desafinadas. La peculiaridad es que Ligeti indica a cada grupo un tempo preciso, que debe ser matemáticamente exacto, y que no están en relación proporcional sencilla, lo cual hace imposible referir el tempo de un grupo al tempo del otro. Si la obra se hace tal cual la concibió, los cinco grupos deben converger al final súbita e inesperadamente en un silencio general (aquí está la presencia del genio, la señal de que el caos está organizado, previsto y dominado). Cada uno de los cinco coros debe ser conducido por un director propio, el cual ﷓-a su vez-﷓ debe recibir la indicación a través de algún sistema centralizado. Ligeti habla de un metrónomo luminoso, o de una guía auditiva a través de un sistema de audio multitrack. En este momento la idea de un sistema de audio de cinco pistas es perfectamente común; pero en 1983, cuando la obra se escribió, muy pocas salas de concierto podían disponer de un sistema así", afirma.

﷓ ¿En qué se basa la elección de los programas?

- Estoy sujeto a mis limitaciones. Por lo demás, tratamos de movernos con encargos y presiones en una proporción que no lleguen a afectar el objetivo básico del grupo, que se orienta hacia la excelencia. Lo normal es armar uno o dos programas anuales, para luego presentarlos en público en no más de diez conciertos, en lugares adonde es convocado especialmente, tal como es el caso del concierto del jueves en Rosario.

﷓ ¿Cómo se subvenciona el Estudio Coral?

- Los integrantes no son rentados, participan básicamente por las ganas de compartir este trabajo y de cantar el repertorio "raro" que solemos acometer. El coro cobra por cantar, pero ni el mercado es lo suficientemente grande como para que esto sea una forma de vida ni queremos enajenarnos en esa búsqueda, que significaría renunciar a algunos postulados de calidad que guían nuestro trabajo.

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