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Sábado, 15 de septiembre de 2012
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Yusa presentará su nuevo disco: Libro de cabecera (en tardes de café)

"No imagino mi vida sin música"

La cantante, compositora y multiinstrumentista cubana decidió reunir algunas canciones que la habían acompañado en la intimidad. Desde ese rol de intérprete propone una recorrida bella y personal con la que, dice, cierra una etapa.

Por Edgardo Pérez Castillo
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Yusa, que en esta visita a Rosario estará acompañada por Quique Ferrari y Cristian Faiad

Como suele ocurrir con cada uno de sus discos, Libro de cabecera (en tardes de café) se ofrece como un objeto delicado y bello, nutrido por el talento de la cantante, compositora y multiinstrumentista Yusa. Aunque, a diferencia de las anteriores creaciones de la artista cubana, las obras aquí reunidas no la descubren en el rol de autora sino de intérprete, tarea que desempeña a lo largo de diez canciones con las que, dice, cierra una etapa. Sin embargo, el nuevo disco de Yusa (que esta noche, a las 21.30, se presentará en Sala Lavardén junto a Quique Ferrari y Cristian Faiad) no presupone drásticos cambios de rumbo. Libro de cabecera es, más bien, un vasto homenaje a aquellas músicas que marcaron el camino de esta artista talentosa y versátil.

Así, en su quinto disco de estudio, Yusa reúne a un nutrido listado de invitados para darle forma a sus propias versiones de temas como "Buscando un símbolo de paz" de Charly García, "Close to you" de Hal David y Burt Bacharach, "Oración del Remanso" de Fandermole, "Outros bárbaros" de Gilberto Gil y "Amor de millones" de Sara González, entre otros. Unificada por la mirada sentida y delicada de Yusa, la amplia recorrida se presume como la puerta de entrada a un universo musical amplio. ¿Es entonces la de Yusa una selección incompleta?

"Justamente lo contrario", distingue la artista en diálogo con Rosario/12, y apunta: "Desde que salió el disco lo sigo escuchando y no siento que me haya faltado nada. Sí, podrían haber ido muchas canciones, de hecho en el momento en que decidí hacer el disco me atormenté un poco, porque tenía muchas canciones. Pero tenía que ver con mi recorrido, con mi llegada a la Argentina, con un cierre de ciclo en mi carrera, cosas que tenía guardadas en un equipaje que no había abierto. Eran canciones personales que cantaba en la ducha. Entonces justamente en ese momento lo que hice fue ponerme a pensar, dejarme llevar por el momento en que estaba. Entonces las canciones, los textos y las historias vinieron naturalmente. Me dejé llevar por el momento actual, por el hoy, por estos años. Lo que tiene que ver con mi necesidad de lo que quería expresar. Y abordar también la música desde otro lugar, no como compositora".

En ese marco, Yusa tiene claro que lo que ella misma apunta como cierre de ciclo no está relacionado con una predeterminación de lo que vendrá de aquí en más. "Hay cosas que uno necesita pasarlas para poder seguir en el día a día --explica--. Cada vez que hablo de futuro me cuesta mucho, porque es algo ignoto totalmente. Hablar de lo que está por pasar es un poco raro. Básicamente me doy cuenta que las cosas que hago tienen su efecto en el futuro. Más allá de eso lo que estaba necesitando era poner esas canciones en un lugar, donde pasan a formar parte de otra cosa. Argentina era un lugar que no conocía, pero con el que tenía muchas conexiones, incluso a nivel inconsciente. Eso se cierra con este disco. Ahora mi mente está más libre de esas cosas, para lo que sea la nueva etapa de mi vida. Espero que tenga que ver con la música, que es el lugar donde me he colocado y espero seguir estando. Pero no me pongo a pensar mucho en éso, sino en el hacer del día a día, que te va a hacer llegar a futuro".

Más allá de esa filosofía, hay algo que Yusa tiene bien claro, y que sostiene desde que era una niña: "No imagino mi vida sin música... Mi mamá me dice que le fue muy fácil conmigo, porque desde los 3 años quería la guitarra, no pedía otra cosa". Cumplida la edad mínima para ingresar al Conservatorio, descubrió un nuevo universo. "En un conservatorio todo es arte, y yo tenía la posibilidad de ir al almacén a buscar instrumentos. Eso es una maravilla porque hasta que me gradué tuve un violín en casa, incluso le he dado clases a violinistas. Tenía una flauta, contrabajo, batería", recuerda.

Esa inquietud hacia diversos instrumentos fue la que, ya en España, la encontró comprándose un bajo en reemplazo de la guitarra que debía adquirir para dar clases. Al poco tiempo, se sumaría como bajista del músico brasilero Lenine, iniciando así una carrera artística que hoy la encuentra con cinco discos editados y un común reconocimiento a sus grandes condiciones artísticas. Algo que, en sintonía con su idea de no premeditar el camino, ella tampoco esperaba: "Cuando empecé guitarra no pensaba hacer canciones. En el 93 me gradué estudiando clásica y no pensé hacer este tipo de vida. Entre las decisiones de hacer este disco, además de agradecer un poco lo que me ha sido dado, está el hecho de que la música me haya elegido. La música me salvó la vida".

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