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Domingo, 16 de septiembre de 2012
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Gustavo Guirado al frente de una coproducción argentino-española

El rey, las reinas, el médico y ella

La situación planteada es la tensión existencial y límite en la última hora de un hombre que muere. En el lugar se mezcla un quirófano y un prostíbulo, en ese marco Guirado puso a la ejercitación actoral que permitió encontrar la estructura dramática.

Por Julio Cejas
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La obra podrá verse hoy a las 20 en el Parque España y el viernes en la Sala Saulo Benavente.

En un lugar mezcla de quirófano y cabaret nocturno, asistimos a la última hora de vida de un hombre poderoso. Acostumbrado a decidir sobre la vida y la muerte de los demás, ahora se resiste a morir cuando todo anuncia el inevitable final. Sobre estas huellas que nos conducen a la "última hora de un hombre que se muere como si fuera el primero...", el director Gustavo Guirado, estrenó ayer en el marco del Festival Internacional de Teatro, "El rey, las reinas, el médico y ella", coproducción argentino﷓española que contó con los auspicios de Iberescena, Ministerio de Innovación y Cultura (Provincia de Santa Fe), Fundación Ramón Llull y la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario.

El destacado actor y director Gustavo Guirado comentó a Rosario/12, su interés por la posibilidad de dirigir a actores habitados por una geografía, una lengua, una historia diferentes y que justo se concreta a partir de este último estreno.

-¿Cómo nace este proyecto de características inéditas para el teatro local?

-En 2008, fui convocado por la AADPC (Associacion D'Actors i Directors Professionals de Catalunya), para dictar un curso intensivo para actores y directores en Les Golfes de Can Fabra (Barcelona) guiados por la hipótesis de la multiplicación del sentido a partir del trabajo poético del actor en la escena. De este encuentro surgió la necesidad de trabajar conjuntamente en una puesta en escena, una instancia donde lo estudiado pudiera ser confrontado con el público y a principios del 2011 convoco a 4 de los actores que habían trabajado conmigo: Iraida Sarda, Albert Requena, Ilona Muñoz Rizzo y Sarah Anglada Verges, para proponerles esta obra -cuenta Guirado.

Esta sería una nueva versión de "El Rey, las Reinas, el Médico y Ella", obra que el director puso en escena en el 2006, con actores de la ciudad de Santa Fe, en ocasión de ser invitado a dirigir la Comedia Universitaria de la UNL, debutando con mucho éxito en el Argentino de Teatro de ese año.

El elenco se completa con la participación del actor Manuel Solás, mientras que José Guirado asumió la asistencia de dirección, Mauro Guzmán la Escenografía, Ramiro Sorrequieta, el vestuario y el maquillaje y Yanina Mennelli (Teatro en Rosario) la Producción Ejecutiva.

"Dadas las características de este grupo (actores catalanes y director-dramaturgo rosarino) el proyecto comenzó a delinearse como una co-producción en la que se fueron integrando recursos artísticos, técnicos, institucionales y económicos de ambos países: Teatro En Rosario, en la producción ejecutiva, La Caldera en Barcelona, donde se realizaron los ensayos y el Centro Cultural Parque de España (AECID) en Rosario, para el estreno de la obra", explicó el director de "La Temperatura" y "La quema", por citar sólo algunas de sus últimas producciones.

Volviendo sobre su búsqueda poética, Guirado parece profundizar en este trabajo un nuevo intento por resignificar el rol del cuerpo del actor, tal cual lo plantea al referirse a las claves de su nuevo trabajo como dramaturgo y director.

"La lógica primaria del capital es que toda materia tiene un dueño, entonces los cuerpos también lo tienen, y para ello deben ser marcados, lo mismo el duro cuero de la vaca que la fina piel del ser humano. En una habitación donde conviven el quirófano, el prostíbulo y la sala de audiencias, hay un hombre poderoso que está muerto, pero aún no lo sabe, dos mujeres que se aferran a su cuerpo como a un sueño lábil que se diluye en la brutalidad del día, un médico que enciende inmanejables fuegos prometeicos y una mujer, unas veces puta, otras enfermera, unas veces niña y otras anciana", sostiene Guirado.

Dentro del procedimiento de trabajo, este creador utilizó el texto para generar improvisaciones con el objetivo de pulsar el imaginario personal y colectivo de los actores para poner en evidencia una época, una geografía y una historia tanto individual como colectiva.

"La situación, planteada desde el comienzo, es la tensión existencial y límite en la última hora de un hombre que muere, pero su devenir temporal, sus operaciones de sentido y bifurcaciones en el relato fueron el lugar de ejercitación actoral que durante los ensayos permitieron encontrar la estructura dramática definitiva", concluye el director de "Medea".

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