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Lunes, 18 de febrero de 2013
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El acertado riesgo del director Tom Hooper al adaptar la monumental obra de Victor Hugo.

La voz de todos los miserables del mundo

La novela clásica tuvo una veintena de adaptaciones a la pantalla grande. En esta oportunidad, cada escena de este musical, de esta alegoría universal se puede leer como una gran metáfora sobre el reclamo de los Indignados de Hoy, ante una política económica y social que deshumaniza.

Por Emilio A. Bellon
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Hay actuaciones y una puesta que bien merece la cantidad de nominaciones al Oscar.

Publicada en 1862, de manera simultánea en las ciudades de Bruselas y París, tras treinta años de revisiones, la hoy ya clásica novela de Víctor Hugo que sólo fue levantada del Index (el catálogo de los libros prohibidos por la iglesia católica) en 1959, mereció más de veinte versiones en el cine, ya desde los años del silente; registrándose una primera proyección en 1909, seguida por la del 17; además de señalar que hay versiones televisivas, ambientadas en diferentes épocas, ya que la problemática que el texto plantea va más allá de su tiempo histórico y se universaliza allí donde la acción del poder se manifiesta a través de las acciones injustas, en la opresión que ejercen los poderosos sobre los carenciados y en las mismas acciones de lucha por conquistar la libertad.

Desde hace varios años, la puesta de "Los Miserables" es los escenarios de Broadway y Londres sigue conmoviendo a toda una platea. Y ya algunos de sus temas, de sus canciones forman parte del repertorio de reconocidos cantantes. Con ocho nominaciones para el premio Oscar (para este crítico, hasta ahora, el único film, de los vistos, digno de ser considerado y admirado!), "Los Miserables", sin embargo, no despertó, en nuestro país, en las páginas de los diarios la respuesta esperada. Por el contrario, en algunos medios, se puede leer que un puntaje mucho más alto fue el que recibió un film serial como "Duro de matar, un buen día para morir" de John Moore, con un trasnochado Bruce Willis y no este film realizado por Tom Hooper, cuyo antecedente más inmediato nos lleva a ese pasaje de la vacilación y tartamudez a la valoración y reconcimiento de una propia identidad y de su propia voz del personaje central, gracias a la labor de un gran maestro; roles que interpretan en "El discurso del rey", de manera admirable, Colin Firth y Geoffrey Rush.

En ese París post﷓revolucionario, en los años de la restauración monárquica ﷓ la acción de "Los Miserables" se abre en 1815﷓, la historia de Jean Valjean, perseguido por años por haber robado un trozo de pan, por el despiadado inspector Javert, se transforma hoy en un símbolo universal, abre a una serie de cuestionamientos y pone en el centro de la discusión aspectos como los que preocupaban al mismo Víctor Hugo, tales como el de la pena de muerte. La historia de estos dos personajes que se dirimen en un terreno de fugas y de enmascaramientos se interna en el de otro personajes, como el de la trabajadora Fantine, quien deberá soportar toda una oleada de maltratos y humillaciones: madre, de la pequeña Cosette, personaje que al entrar en la escena de la vida de Valjean le imprime un significativo y trascendental giro en su vida.

Desde mi punto de vista, me resulta más que destacable la decisión de Tom Hooper de que los personajes cantasen directamente frente a cada situación, sin doblaje posterior. De esta manera cada escena de este musical, de esta obra coral, de esta alegoría universal se puede leer como una gran metáfora sobre el reclamo de los Indignados de Hoy, ante una política económica y social que deshumaniza e intenta poner a gran parte de la población de rodillas, se vuelve puro presente y la verosimilitud nos alcanza, conmoviéndonos, hasta el llanto, llevándonos a buscar las manos del amigo, de quien está junto a nosotros.

Ante comedias que se plantean como dramáticas para resolverse desde un facilismo insultante, tal como "El lado luminoso de la vida" (por lo menos, así lo creo yo);o bien film que parecen adoctrinar al espectador sobre la necesidad de instrumentar la tortura para garantizar la seguridad y el orden , la llamada paz universal, como lo preconiza la tan mimada directora de "La noche más oscura"; o de obras como el de un siempre excedido y cínico Quentin Tarantino para quien la violencia social parece ser sólo un pasatiempo lúdico y un clin﷓caja, ahora en versión re﷓revisionista con "Django sin cadenas"; frente a films como estos, celebro, sin conocer muchos de los otros nominados, excepto la solemne y retórica "Lincoln" de Spielberg, pero con un necesario debate sobre el alcance del sistema democrático; vuelvo a destacar, desde mi elección, a este film, "Los miserables" por hacer posible recuperar ese sentimiento colectivo y solidario, desde un proyecto que permite recuperar el concepto de utopía y que me lleva a pensar en tantos films de aquellos años 70; en otro musical de aquellos años, centrado en otros aspectos, claro está, pero con un espirítu de un apostar a un tiempo de transformaciones, de cambios; tal como lo fue "Hair" de Milos Forman.

Para su puesta en escena, para la reconstrucción de época, Tom Hooper miró hacia una pinacoteca del siglo XIX. Y la luz de cada escena permite recrear dramáticamente el conflicto individual de cada personaje, el que se irá proyectando hacia lo colectivo. La composición que logran los actores es realmente, desde mi parecer, admirable, digna de subrayar. No hay heroicidad; solo aliento y fuerza en lo coral. Cada historia personal se enmarca en una historia de clase social. Y el tema de la redención de la toma de la conciencia nos lleva a una situación que siempre se mostró desde un caminar en un terreno de cornisa y desde una mirada que jugó en el vacío, tal como le cabe al inspector Javert. ¿Cómo se puede hablar entonces de actores principales y secundarios?. ¿Por qué ubicar a Anne Hathaway, como Fantine, en la categoría "actriz secundaria" teniendo en cuenta sólo el tiempo de su participación temporal en el film y no lo que su presencia en el mismo marca, en la huella que deja, en el devenir de la misma historia?.

Y es ella, Fantine, quien nos hace llegar primero esta canción, hoy ya inmortalizada "I dreamed a dream", ahora, en la voz de la misma actriz; el que adquirirá carácter de leit﷓ motiv y se volverá a escuchar en otros momentos del film y en la voz de otros personajes. En una de sus estrofas, en esta traducción realizada por la Lic. Magdalena Aliau, podemos leer, siguiendo la melodía de la canción: "...Pero los tigres vienen de noche/con sus voces como truenos/y como arrancan tus esperanzas/ transforman tus sueños en vergüenza...".

Afuera, la lucha por los derechos, por la libertad, por esos ideales, continúa. Y es ese canto colectivo final, de casi todo un pueblo, el que corona y celebra este excepcional film que felizmente, hoy, nos sigue transmitiendo, ese ideario de los románticos; ante una lógica de normas y preceptos que intentan instalar el conformismo, la resignación y otras formas de alienar los sentidos.

Los Miserables. Puntos: 10 (diez).

(les miserables, EEUU-Gran Bretaña, 2012)

Dirección: Tom Hooper.

Guión: W. Nicholson, A.Boublil, C.M.Schinberg y H.Kretzmer, a partir del musical de Broadway, sobre la novela de Victor Hugo.

Fotografía: Danny Cohen.

Música: Claude-Michel Schinberg.

Intérpretes: Hugh Jackman, Anne Hathaway, Russell Crowe, Eddie Redmayne, Amanda Seyfried, Helena Bonham Carter, Sacha Baron Cohen.

Duración: 158 minutos.

Salas de estreno: Del Centro, Monumental, Showcase, Sunstar y Village.

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