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Sábado, 8 de octubre de 2005
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ETHEL KOFFMAN PRESENTA HOY SU NUEVO DISCO

Estar presente en cada letra

El cd se llama "Flor Verbena" y lo presenta en el teatro del Parque de España. Para la cantante este nuevo trabajo "tiene una cosa de mayor libertad en cuanto a lo interpretativo".

Por Edgardo Pérez Castillo
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Desde la propia elaboración gráfica, Flor Verbena es un disco equilibrado. "El disco no podía aparecer si primero no aparecían los textos", explicó Koffman.

En el proceso de gestación de su flamante disco, Flor Verbena, Ethel Koffman encontró algo más que palabras ajenas para traducir un sentimiento propio. A lo largo de las trece canciones que conforman la placa, la cantante logró despegarse del tecnicismo vocal en pos de una interpretación plena de matices, que se traduce en una obra diversa y rica en colores, unificada por un criterio estético que se tradujo en una cuidada búsqueda lírica y en una homogénea labor musical. Ganador del concurso de coproducciones de la Editorial Municipal, el disco tendrá esta noche a las 21.30 su presentación oficial en el Centro Cultural Parque de España, en donde Koffman estará acompañada por sus músicos --Alberto Callaci en piano y coros, Claudio Bolzani en guitarras y coros, Charly Pagura en contrabajo y coros y Javier Allende en batería y percusión--, más algunos invitados como Carlos Aguirre, Marcelo Petetta, Luis Giavón, Adrián Pistono, Mariano Braun y un quinteto de cuerdas.

Desde la propia elaboración gráfica, Flor Verbena es un disco equilibrado, y así lo reconoce Koffman en su diálogo con Rosario/12: "Creo que con la tapa del disco se está diciendo bastante. Porque hay una mujer parada sobre un mundo tratando de hacer equilibrio entre el cielo y la tierra, sosteniendo una pesada vara que tiene dos puntas. Eso ya habla de un posicionamiento, de una búsqueda de cierto equilibrio. Desde ese qué decir, y cómo decirlo, creo que está también buscado el contenido del disco, no sólo lo que se ve sino lo que se escucha, lo que se puede decir, lo que se toca".

Coherente con esa postura, la cantante alternó obras inéditas (las de Laura Suárez y la dupla Rafael Bielsa--Alberto Callaci) junto a otras de autores como el paranaense Aguirre, Juan Quintero, Pedro Guerra, Leo Maslíah, Pedro Aznar, Hugo Fattoruso y Maria Joao--Mario Laginha. Aunque todas ellas debieron responder al filtro impuesto por Koffman al momento de conformar su repertorio. "El disco no podía aparecer si primero no aparecían los textos --explicó--. La búsqueda fue fundamentalmente del texto de las canciones. Sobre todo las más paradigmáticas, que son las inéditas. Creo que esos son los temas fuertes en cuanto a los textos, o al menos en relación a lo que yo estaba buscando decir por ese momento. Después fueron apareciendo las otras canciones".

Mientras tanto, la coherencia también se destila en el terreno de lo musical. Al respecto, la intérprete reconoció: "También allí hubo una búsqueda, porque el tratamiento que empezó a aparecer musicalmente con los temas tuvo que ver con la experimentación entre nosotros, con esto de empezar a buscar un sonido propio, recrear un poco lo que cada canción necesitara. El disco tiene un sonido eminentemente acústico, por ahí algunos temas son un poco más jazzeros, por un tratamiento con improvisaciones con la guitarra, cosas que en el disco anterior no aparecían. En la producción anterior los arreglos estaban escritos antes de ser grabados y siempre sonaban igual, no había improvisaciones. Creo que también estaba la necesidad de diferenciarme del disco anterior. Para que este trabajo pudiera aparecer de alguna manera hubo que soltar el otro. Durante mucho tiempo tuve la sensación de que no iba a poder superar el disco anterior".

-¿Lo superó?

-Ya ahora no me importa mucho compararlo en ese sentido. Creo que es muy distinto, y que habla también del momento que estoy viviendo, en mi búsqueda personal. Tiene una cosa de mayor libertad en cuanto a lo interpretativo, y mucha libertad en cuanto a lo musical. En el disco anterior casi había que atenerse a la partitura, y acá hubo mucho más lugar al juego, a la creación. Incluso creo que hice un trabajo muy distinto en cuanto a lo interpretativo. Tal vez en el otro disco estaba muy pendiente de lo técnico. Soy docente de canto y me había costado mucho separarme de esta cuestión técnica, de que el disco estuviera técnicamente bien cantado. Esta vez creo que me pude despojar bastante, buscando distintas tímbricas, jugar más con lo interpretativo aunque la voz no estuviera bien colocada, o sonara aireada. En eso hubo mucha más libertad.

-¿Descubrió una nueva voz en ese proceso?

-Totalmente, realmente sí. Tal vez una manera de cantar más liviana, como menos preocupada, con una voz que fluye más en el sentido de no estar pendiente de cómo sale esa voz. Un poco creo que la búsqueda de todo intérprete es estar presente en cada palabra, en cada letra, en cada texto, en cada decir del autor como para hacerlo propio, sino no hay interpretación. Y de alguna manera tratar de pasar eso por la emoción.

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