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Nacido en Tucumán en 1776, Ildefonso de las Muñecas se dedicó al estudio de la teología, llegando a convertirse en rector de la Catedral de Cuzco. Y aunque su nombre está fuertemente vinculado con las luchas independentistas, la historia oficial ocultó muchas de las facetas del protagonista central de Muñecas, ensayo sobre la memoria fragmentada, documental dirigido por Nicolás Font que esta noche, a las 20, ofrecerá una función de pre-estreno, y gratuita, en El Cairo (Santa Fe 1120).
Coterráneo de Muñecas, Font reside en Rosario desde hace algo más de una década. Puesto al tanto de la historia por un productor tucumano, el director convocó a Marcos Garfagnoli (dirección de fotografía), Martín Depaoli (asistencia de dirección) y Santiago Zecca (dirección de sonido) para darle forma a este trabajo con el que no pretenden instalar una mirada clarificadora sobre el cura independentista, sino más bien ampliar los interrogantes en torno a ese hombre que se alzó en Perú y se transformó en guerrillero a orillas del Titicaca, en actual territorio boliviano.
"Ya desde un primer momento la idea era hacer un documental pero con un planteo de no centrarnos en la biografía, de no hacer una biopic sino un ensayo sobre cuáles son los planteos a partir de la memoria", apunta Font, y describe: "En la ciudad de Tucumán el nombre de Muñecas aparece en varios lugares, hay una estación de tren, en un barrio marginal que sería algo así como la Villa Banana de Rosario, y la calle que atraviesa toda la ciudad, y que termina en peatonal, también lleva su nombre. Pero por lo general el transeúnte común no tiene la menor idea de quién era".
A ese interrogante, Font lo potencia: "Abonamos más preguntas, no buscamos una respuesta cerrada, sino marcar algunos conflictos. El conflicto claro, para nosotros muy evidente, es por ejemplo una operación que se sucede varias veces, y que tiene que ver con recordarlo pero manipulando el recuerdo de tal manera que se lo recuerda de un modo incompleto".
La manipulación, en ese marco, fue clara de parte de aquellos que buscaron ocultar el pasado guerrillero del cura tucumano. "Durante la dictadura, por ejemplo, en una de las avenidas del Parque Central, Bussi genera una especie de recordatorio a próceres tucumanos, con distintas estatuas. Entre ellos está Muñecas, pero con una salvedad: la fecha de muerte se la adelanta, pone que nace en 1776 pero muere en 1810, que es justo cuando Muñecas empieza a generar sus actividades clandestinas, a operar con distintos grupos rebeldes siendo párroco en Cuzco", ejemplifica el realizador.
A esa situación se suman algunas paradojas (por caso, un enorme aljibe en la antigua estación de trenes Muñecas fue utilizado como fosa común en la última dictadura, hoy investigado por el Equipo Argentino de Antropología Forense para la megacausa Arsenales), pero también una clarificadora mirada de parte de una historiadora boliviana, que instala la idea de memoria fragmentada: revolucionario independentista en Perú, guerrillero en Bolivia, Muñecas fue borrado por Mitre de la historia oficial argentina, mientras que en esos países su condición de extranjero también lo corrió de ciertos registros históricos.
"Así como la historia de Muñecas, que es lo que moviliza al documental, está fragmentada, aquí no se busca unir los fragmentos, sino marcar que hay partes que entre sí se enlazan", anticipa Font, que no duda en desnudar la hipótesis de su trabajo, ésa que apunta a Muñecas como el primer guerrillero argentino.
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