Gus Van Sant ha oscilado entre lo mejor y lo peor. En cuanto a lo primero: su etapa inicial con Drogas, amor y muerte (1989) como emblema asà como el recupero de sus planteos (estéticos, temáticos) a partir de Gerry (2002): inicio de la trilogÃa que completarÃa con Elephant (2003) y Last Days (2005). Lo peor: el hiato provocado por otra trÃada: En busca del destino (1997), Psicosis (1998), y la inexplicable Descubriendo a Forrester (2000).
Ahora bien, vuelto a sus fuentes, Van Sant es siempre atendible, su cine es mucho más que la mera referencia al cosmos adolescente; es, antes bien, una manera de mirar el mundo, de desafiarlo, de filmarlo. Consecuentemente, como buen ejemplo, pensar en Milk (2008). Entre lo bueno que de él se espera, y el traspié conciente de la trilogÃa comercialoide referida, aparece entonces Tierra prometida.
De estreno directo en DVD, asà como la anterior Cuando el amor es para siempre, en su último film el cineasta aborda la disputa que una compañÃa de gas lleva adelante con el fin de adquirir las tierras de un pequeño pueblo ganadero. La acción se enhebra a partir de su más prometedor vendedor (Matt Damon), afecto a su trabajo, sabedor de cómo vestir y hablar para asà conquistar las simpatÃas pueblerinas.
El planteo es suficiente como para ser sÃntesis de ésta y tantas otras pelÃculas. Donde habrán de sumarse cuestiones más o menos complejas, previsibles: el flirteo con una maestra del lugar, diálogos algo sentimentaloides, la referencia al pasado y su melancolÃa, la aparición decisiva de un ecologista.
Una vez alcanzado el punto cúlmine, lo que en todo caso interesa desde la construcción fÃlmica es la incorporación del espectador, con el conocido rostro de Damon como alianza icónica, ya que es en él donde habrá de jugarse la carta decisiva. En este sentido, no puede atribuirse falta de ritmo o sabidurÃa narrativa sin tino a un realizador como Van Sant.
De todos modos, Tierra prometida se transforma en un film de buenas intenciones, casi aleccionador. Hay momentos decididamente didácticos, donde el espectador es vuelto un escolar, con maestro ciruela incluido. Desde luego, no se trata de temas menores ni tampoco el film elude la manipulación comercial que las corporaciones practican, aspectos subrayados asà como ejemplarizados en el rol de la notable Frances McDormand: "It's just a job"/"Es sólo un trabajo" es lo que elige reiterar a su compañero de faena empresarial.
El tÃtulo de la pelÃcula es también resumen del alma que destila. Con toda la arenga mitológica que Estados Unidos supo hacer para sà gracias al cine, en virtud aquà de las buenas causas. PolÃticamente correcta, pero sin la mirada de un director que, cuando asà lo prefiere, sabe cómo ser corrosivo.
Tierra prometida. 6 (seis) puntos.
(Promised Land)
EE.UU./Emiratos Arabes Unidos, 2012
Dirección: Gus Van Sant
Guión: Dave Eggers, John Krasinski, Matt Damon.
FotografÃa: Linus Sandgren.
Intépretes: Matt Damon, Frances McDormand, John Krasinski, Rosemarie Hewitt, Hal Holbrook, Lucas Black, Titus Welliver.
Sólo disponible en DVD
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