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Inspirado seguramente por el espíritu colectivo y colaborativo que marcó al proyecto Planeta X, Juani Favre suele encontrar en lo grupal buenos argumentos para analizar su obra. Reconocido como uno de los autores más interesantes de la escena rosarina actual (a la que también trasciende), el joven compositor esquiva con cortesía los elogios, como comprendiendo también que es su propia obra la que está allí para encontrar respuestas. Ganador del concurso de coproducciones de la Editorial Municipal, su último disco, La paz ciencia, reúne una decena de canciones luminosas, intimistas, que ratifican el talento creativo del menor de los hermanos Favre. Acompañado por su banda, Juani recorrerá esas obras en la presentación oficial de su disco, que tendrá lugar esta noche, a las 21.30, en el Teatro Príncipe de Asturias (Sarmiento y el río).
El concierto, que sumará además algunos invitados especiales, se desarrollará con entrada libre y gratuita, lo que suma condimentos para una función que el propio Juani reconoce como "especial". Es que, para el compositor, será ésta la presentación formal de un material en el que reconoce la presencia de diversas facetas. "El disco tiene momentos y climas muy intimistas. El disco tiene distintos aspectos, por un lado es íntimo, con un costado hasta de sanación, con una intención como de música terapéutica. Después hay algunas canciones no son tan intimistas", analiza Favre en diálogo con Rosario/12.
Luminosas y profundas, para el compositor sus obras también tienen una misión. "Por ahí las canciones tienen el objetivo de poder ayudar en determinado momento a quien las escucha. Por ahí suena pretencioso, pero también las pienso como para poder acompañar la vida cotidiana de la gente", explica, previo a reconocer a su entorno como un disparador esencial al momento de la composición: "Por suerte estoy rodeado de un ambiente de producción cultural, como el que significa Rosario. También tengo la suerte de viajar bastante y conocer muchas personas vinculadas a la cultura. También está el hecho de trabajar más allá de la música, en la danza o el teatro, eso hace que esté siempre rodeado de mucha producción cultural. Realmente hay cosas de muchísima calidad que transmiten muchas emociones y que son fuente de inspiración".
"Lo veo como que es algo que va más allá de lo individual, y por éso trato también de no tomarlo tan personal sino de dejarme llevar por estas búsquedas creativas, sin tener miedo a explorar, no ponerme trabas ni límites --agrega--. En ese sentido también estoy a la búsqueda de éso: preferiría no producir en un momento en el que no sienta que está fluyendo un canal creativo".
Al igual que en anteriores proyectos, de cara a la concreción de La paz ciencia Juani confió en el aporte de los músicos que participaron del disco: Emiliana Arias (batería), Martín Cabezudo (bajo), Natalio Rangone (piano y órgano), Katarina Lofstedt y Cecilia Thoren (violines), Ernesto "Pocho" Mansilla (bombo legüero y pezuñas), Oscar Favre y Rodrigo Jávega (voces), Franco Santángelo (trompeta), Julián Sanzeri (saxo) y Alfredo Chyla (flauta traversa). "Creo que trabajé desde un lugar de diálogo, con mucha creatividad de parte de ellos --explica--. Al disco lo grabamos en un corto plazo, entonces estuvimos bien organizados, cada uno sabía bien lo que estaba haciendo. Cada uno se concentró en su parte y, además, si bien lo grabamos en un tiempo corto, está la experiencia del trabajo compartido".
Registrado entre abril y junio de 2013, La paz ciencia destila una espontaneidad que lo asemeja al vivo, en una textura buscada por el propio Favre. "Creo que la espontaneidad se ganó porque le había dejado a los chicos unos demos de forma acústica y me fui de viaje. Cuando volví nos juntamos para grabar el disco y también hicimos un par de presentaciones en vivo, todo de manera bastante rápida, porque me volvía a ir de viaje por más tiempo. Entonces si bien ensayamos bastante, se dio todo en un lapso corto de tiempo, por éso también hay mucha espontaneidad", detalla Juani, que concluye: "El disco prácticamente está grabado en vivo, hay muchos temas que se grabaron así, como 'La noche' y 'El fuego de la paz', que grabamos con unas amigas suecas que son violinistas y estuvieron por acá. Prácticamente no hay edición de las tomas. En algunos casos preferí dejar ciertas imperfecciones para acentuar la dinámica, el trabajo más íntimo. Quizás eso resta un poco desde lo profesional, pero lo elegimos igual, apostando a lo más íntimo".
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