Imprimir|Regresar a la nota
Viernes, 6 de junio de 2014
logo rosario
MUSICA. Sofía Viola se presenta esta noche en Distrito 7

Vagabunda, prolífica y ecléctica

Dueña de una voz expresiva y versátil,
la joven compositora regresa a la ciudad
para recorrer sus cautivantes canciones.

Por Edgardo Pérez Castillo
/fotos/rosario/20140606/notas_o/06a.jpg
Con apenas 24 años, la cantante Sofía Viola ya lleva tres discos publicados

Vagabunda, prolífica, madura, Sofía Viola es una suerte de sensación en el ambiente musical de Buenos Aires. Con tres discos publicados (y elogiados), la compositora regresará esta noche a Rosario para recorrer en soledad parte de su ecléctico repertorio. El concierto, que fiel a su estilo tendrá mucho de espontaneidad, se anuncia a las 22 en Distrito 7 (Ovidio Lagos 790).

"En estos shows suelo ir mechando canciones de todos los discos", apunta Viola respecto a su nueva visita, y de inmediato aclara: "O de ningún disco... Muchas veces no sé lo que voy a tocar hasta minutos antes de tocar, o durante el toque voy viendo qué hago. Me manejé así toda la vida, con casi todas las cosas. Con el flujo natural, el ir acomodándome. Una lista por ahí deja de lado un montón de cosas que pasan en el concierto, como acordarse de una canción y tener la chance de cantarla sin que esté todo tan ordenado".

Su presencia solitaria en escena reforzará esa libertad, y le devolverá a las canciones su condición primaria: si en Júbilo relucen arreglos y múltiples instrumentaciones (pergeñadas junto al productor Ezequiel Borra), en vivo Viola apuesta al despojo. "Las canciones en principio nacieron solas con la guitarra, entonces no siento que me tenga que acomodar mucho", explica la joven autora, consciente de las múltiples posibilidades expresivas de su voz, ésa que fue amoldando con el correr del tiempo. "Cuando tenía 18 años tenía la voz de Cacho Castaña --dispara--. Fumaba cigarrillos y tomaba mucho alcohol, entonces tenía la voz más carraspeada. Después de la experiencia, de andar chocando contra muchas puertas, muchas paredes, ahora tengo la voz de una dama (risas). Y sí... tal vez tenga la voz de una vieja, aunque no lo sea".

- Te sentís cómoda con la voz que has alcanzado?

- Sí. De vez en cuando estudio un poco de canto y noto que éso hizo que cambie un montón la voz. Me encantaría seguir puliendo ahí, encontrando nuevos timbres, porque la voz parece infinita. Encontrar nuevos cuidados para no estropearla. Creo que también con la voz va cambiando con los años, pero estoy buscando un sonido agradable. Por lo menos que me agrade a mí.

Entre esos cuidados está la prohibición que su profesora de canto le hizo sobre "Me han robado el mar". "Me exige mucho, pero la canto muy de vez en cuando", confía respecto a una de las obras más bellas de Júbilo, ese tercer disco que se nutrió de once de las 90 (noventa!) canciones que llevaba compuestas.

Prolífica, Viola es también una compositora llamativamente madura. De hecho, a poco de cumplir 25 años su mirada del mundo no resuena a falsedad. "Siempre fui muy callejera, me metí en muchos lugares, en muchos circuitos, en la milonga, en el circo. Y de tomar en cada circuito cosas que veo. Me van inspirando muchas cosas. Sí, tuve una época muy vagabunda", rememora como encontrando allí la explicación a su poética.

En su música, paradójicamente, la vastedad estilística se ancla más bien en el mundo que la acunó puertas adentro: los datos ya conocidos y publicados (hija de una bailarina de salsa y del trompetista Pollo Viola, sobrina del fundador del Parakultural) dan cuenta del entorno que nutrió a la cantante y guitarrista. "Yo digo que mi música es desgenerada, no tiene género. Pero a la vez mi búsqueda está en el folclore latinoamericano, en las raíces, en encontrar las raíces de los parientes lejanos de Latinoamérica, explorar distintas lenguas que se hablan en Latinoamérica", reconoce Viola, que evidenció su amplitud en el cautivante Júbilo.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.