De regreso de un viaje al Paraguay, su padre le trajo un pequeño piano eléctrico. En ese momento, con apenas cuatro años, Federico Aldao descubrió que la música y él podÃan vincularse de un modo Ãntimo y probablemente, definitivo. Más de treinta años después, el ahora eximio pianista rosarino vuelve a su ciudad para dar inicio, en el Teatro El CÃrculo, a una tourneé que lo llevará primero por distintas ciudades del paÃs y luego por algunas capitales de Latinoamérica y Europa. Todo eso antes de regresar a Suiza, el paÃs que hace casi quince años eligió para formarse.
"La verdad es que estoy con una suerte de media mudanza, a mitad de camino entre Zurich y Rosario, intentando algo asà como un regreso progresivo. Y es que a fin de cuentas, este es mi lugar --dice Aldao en diálogo con Rosario/12--. Y es que además de todo lo afectivo, aquà comenzó mi carrera. Aquà conocÃ, por ejemplo, a quien serÃa mi maestro formador: Aldo Antognazzi".
De hecho, su paso por el Conservatorio ScaraffÃa en Rosario lo convencerÃa de que lo suyo era la música. Esa vocación, sumada al apoyo de un familia melómana y al consejo de sus maestros hicieron que con solo quince años la joven promesa partiera hacia Buenos Aires para continuar estudiando, primero bajo la guÃa de Horacio Azcárate, y luego, y a lo largo de casi una década, con el maestro rosarino Aldo Antognazzi.
"Aldo, además de ser una persona maravillosa es un gran docente, un maestro sumamente generoso con su saber y su tiempo. El me dio, entre otras cosas, las herramientas necesarias para relacionarme con la música, no tanto en lo relativo a la técnica como a nivel interpretativo. El fue quien, de algún modo, me ayudó a descubrir qué era lo que querÃa expresar cuando me sentaba a tocar".
Y fue también Antognazzi quien incentivó al joven intérprete para que viajara, "para que continuara aprendiendo, para que viera más allá".
Con esta idea, y la presunción de estar allà solo los cuatro años que duraba la carrera de concertista de piano, en 1992 Aldao viajó a Suiza. Allà se presentó a una audición y accedió por concurso a la única plaza libre en la meisterklasse de la Hochschule fuer Theater und Musik de Zurich.
Bajo la guÃa del famoso Homero Francesch estudiarÃa algunos años y ya recibido de concertista --con Summa cum lauda, la máxima puntuación-- Aldao sumarÃa dos distinciones especiales que le valdrÃan una beca para seguir estudiando, esta vez para alcanzar el último peldaño académico de la larga escalera hacia la excelencia: el Solisten diplom (o diploma de solista). "Elegà hacerlo en Lugano, porque necesitaba un cambio de lengua, de clima y también de Maestro, porque no... De modo que elegà la Squola Universitaria di Musica di Lugano". Allà se recibió dando su examen final junto a la prestigiosa Orchestra della Svizzera Italiana. La obra: el "Concierto Nº 1", de Tchaikovsky.
Inquieto y perfeccionista, Aldao enseguida se embarcó en su próxima empresa: aprender a enseñar, por lo que comenzó el diplomado en PedagogÃa Musical, una especialización que le llevarÃa tres años más y que culminarÃa recién en 2003. Ese mismo año, actuarÃa en Italia, en el teatro lÃrico de Bellinzona y en la temporada estival del Conservatorio Verdi de Milán, y en Estados Unidos, como solista de la Lancaster Sinfonie Orchestra, con la cual se darÃa el gusto de interpretar a uno de sus compositores favoritos: Astor Piazzolla.
"Prefiero la música clásica. Es la que me hace sentir. SÃ, por supuesto, hay autores como Piazzolla, o Ginastera, o Guastavino, que también me gustan y que además me gusta hacer fuera de la Argentina. Es como una reafirmación de la identidad", explicó.
Acompañado del cellista suizo Claude Hauri (primer violoncello de la Youth World Orchestra y del Ensemble Nuovo Contrappunto di Firenze), el pianista rosarino se presentará mañana a las 21, en la 10ª función de abono de El CÃrculo y en la apertura de una gira que incluirá más de 30 presentaciones y que culminará en el viejo continente, donde el dúo tiene planificado grabar el "Concierto del Buen Aire", una obra escrita para ellos por Paul Glass.
Para la función de mañana, el dúo ha programado, de L.V. Beethoven, "Variaciones sobre Bei Männernr welche Liebe fühlen", de la ópera La flauta mágica, de W.A. Mozart; de Pietro Viviani (1965), "Attorno al la(r)ghetto", prendendo spunto dal quintetto con clarinete in La mayor, K.581; de Bohuslav Martinu (1890--1959), "Variaciones sobre un tema eslovaco"; de C. Debussy (1862--1918), "Sonata para violoncello y piano" y de J. Brahms (1833--1897), "Sonata para piano y violoncello", en Mi menor, Op. 38.
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