El mundo de la ilustración de libros es un todo, complejo y vital. Si el lector atiene su recuerdo a lo vivido, allà estarán aquellas imágenes dentro de las muchas páginas vividas. Entre ellas, las que tienen privilegio son las del mundo de la infancia, por ser lecturas primeras, con tÃtulos imborrables, de un diálogo visual esencial para la construcción de imaginarios personales.
En Rosario hay muchos ilustradores e ilustradoras con este oficio. Entre ellos, destacan MarÃa Jesús Alvarez y Valeria Cis, ambas con formación plástica y publicaciones en editoriales del paÃs y el exterior. Valeria y MarÃa Jesús invitan a habitar un mundo extraordinario, que no es otro más que el de ellas mismas, sin pátina digital, entre acrÃlicos y pinceladas. Las dos son amigas, las dos son muy distintas en sus concepciones gráficas. Quienes se benefician, claro, son los lectores (y los escritores).
"Creo que la ilustración infantil es lo que más nos gusta, porque nos gustan mucho los libros, nos gusta mucho leer, nos gusta el libro como objeto; y el hecho de poder ilustrarlo permite acercarnos a su parte gráfica", señala Valeria Cis a Rosario/12.
El cronista tiene curiosidad por cómo se piensa al público destinatario, tan especÃfico como lo supone la infancia misma. MarÃa Jesús Alvarez es bien clara al respecto: "En realidad, no se trata de pensar en el público infantil, sino en hacer algo que me guste"; Valeria coincide y agrega: "Una vez me dieron un buen ejemplo, uno puede hablarle a un chico diciéndole (imposta una voz aguda): 'Hola Pepito, ¿cómo andás?', pero Pepito seguramente también lo entienda si se lo decÃs normalmente. Esa es mi manera de acercarme a los niños, no desde un lenguaje presuntamente infantil, sino desde mi propio lenguaje gráfico, que puede llegar a gustarles como no".
-¿Tienen que lidiar con la mirada del "adulto", sea la de ustedes como de otros lectores?
-V.C.: Hay distintos niveles de lectura dentro de la literatura infantil, eso es lo rico, ya que un mismo trabajo puede ser reinterpretado desde la mirada de quien lo esté leyendo, o quien lo esté contando. Contar un cuento es algo que uno hace desde un lugar de adulto, pero cuando es algo que hace un chico a otro chico, el asunto es diferente. Está buena esta multiplicidad de lecturas, y todas se pueden dar con el mismo producto. Lo que me interesa es ser fiel a mà misma, pero por otro lado también escuchar, por eso testeo mucho con los chicos y los adultos, ya que quizás los libros no sean exclusivamente para niños. Me gusta ver qué es lo que hacen los niños, para tratar de participar de su mirada despojada. Hay que estar atentos todo el tiempo.
-M.J.A.: Yo no me doy mucha cuenta, a mà el trabajo me sale como me sale. No evalúo mucho, ni siquiera a quién va dirigido. Cuando tuve la oportunidad de realizar talleres con algunos de los libros, la devolución de los chicos fue genial, pero no me doy cuenta de por dónde pasa y por qué. Cuando ilustro siempre quiero ir un poco más allá, dar varias lecturas, aportar un poco más a lo que dice el texto, contar un poco más con la imagen; algo que el buen lector podrá ver como no.
-¿Cómo han logrado introducirse en el mercado de la ilustración editorial?
-V.C.: En mi caso, cuando tuve acceso a Internet fue una explosión. Un medio que me permitió llegar con la misma ilustración a cualquier parte del planeta! Fue algo que me abrió la cabeza y las posibilidades de trabajo. A partir de allà pude comenzar a trabajar para editoriales de Buenos Aires y de Corea sin ninguna diferencia de tiempos u otras cuestiones. Ahora estoy terminando un libro para una editorial inglesa y norteamericana, semanalmente tengo entrevistas con las editoras donde se analiza página por página, se hacen correcciones; eso es fantástico.
-M.J.A.: Cuando empecé, yo trabajaba para Buenos Aires, entonces elegÃa un dÃa y viajaba; pero cuando me mudé allà no me atendÃa nadie (risas). Es decir, estando allá también trabajé a distancia. Ahora el trabajo es todo por Internet: me mandan el texto, hago bocetos que escaneo y envÃo, lo mismo con los originales, me depositan el dinero en el banco...
-Cuando reciben el texto, ¿cómo lo trabajan? ¿Hay un diálogo con los autores?
-M.J.A.: Por lo general, no hay contacto entre escritor y dibujante, imagino que el editor no los junta porque el libro demorarÃa muchÃsimo en salir, a excepción de que sea un escritor reconocido, que tenga opinión sobre los bocetos. En una ocasión, en uno de mis primeros libros, me contactó la escritora. Era una historia sobre una abuela y su nieta. Yo hice el boceto de la abuela -tengo preponderancia a dibujar gordas, algo que no me dejan hacer, pero cuando tengo ocasión lo hago- y lo mandé al editor y a la escritora; al editor le gustó, pero la escritora me contesta que su abuela era flaca. Entonces hice dos bocetos, y les pedà que se pusieran de acuerdo. En otro orden, recientemente hicimos un libro muy lindo, para el que nos encontramos en un bar el escritor, el diseñador, el editor y yo. Me preguntaron cuál era mi idea, mi concepto del trabajo, y fue buenÃsimo. Compartir estuvo muy bueno pero, por lo general, es un trabajo muy solitario.
-V.C.: Son horas y horas de estar sentada, de trabajar, de observación. Cuando llega un proyecto pueden pasar dÃas hasta que uno empieza a dibujar, porque el proceso empieza desde la cama, acostada, pensando cómo definir los personajes; hay un proceso previo de investigación y documentación.
Valeria Cis y MarÃa Jesús Alvarez distribuyen su imaginerÃa en editoriales como Alfaguara, Quipu, Molino, Edelvives, Kar Ben Publishing, Comunicarte, Kyowon, Yeowon Media, entre otras. Les distingue un recorrido que les ha valido la invitación a ferias del libro infantil asà como a exposiciones. Una muestra de su trabajo puede consultarse en los siguientes sitios web: http://valeriacis.com y http://www.mariajesusalvarez.blogspot.com.ar.
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