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Sábado, 2 de agosto de 2014
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FOTOGRAFIA. Cineastas contados en el Espacio Cultural Universitario

Memoria fotográfica para el cine

Inaugurada el miércoles, la muestra invita a sumergirse en el mundo del cine español, con el retrato de sus directores como protagonistas. Desde Barcelona, el fotógrafo Oscar Fernández Orengo explica sobre la exposición.

Por Leandro Arteaga
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La muestra se exhibe en la sala central del ECU

"El interés nace de mi amor al cine, desde muy pequeñito", expone como razón primera el fotógrafo vasco Oscar Fernández Orengo a Rosario/12. Motiva el diálogo la muestra que le tiene por protagonista, a partir del miércoles pasado y durante todo agosto, en el Espacio Cultural Universitario (San Martín 750). Con organización compartida con la Embajada de España en Argentina y el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, Cineastas contados. Retratos de directores del cine español propone es un recorrido por cincuenta imágenes, un abanico por donde ingresar al mundo del cine, de la mano de la fotografía.

"Antes que fotógrafo fui cinéfilo; de hecho, antes de estudiar fotografía estudié cine. Cuando me decidí por la fotografía, monté un estudio y el destino quiso que hiciera unas fotografías para el cartel de una película de Agustí Villaronga. A raíz de ese encuentro, inicio una amistad con el director, le propongo retratarlo en su casa, y el resultado me gustó mucho. Fue así que se me ocurrió crear una memoria, un archivo fotográfico sobre muchos cineastas españoles", comenta el fotógrafo.

- Hay una elección estética, formal, que unifica las fotografías. Como si obligara al espectador a una mirada "panorámica" sobre la imagen. A propósito, ¿por qué el blanco y negro?

- La elección del formato fue un poco accidental. Cuando le propongo esta sesión fotográfica a Villaronga, hacía unos meses que había comprado una cámara telemétrica, muy similar en funcionamiento a las Leica, pero con la particularidad de tener un doble formato: el normal y otro con dos fotogramas, que ofrecían una visión panorámica. Este formato es muy usual para paisajes, pero lo apliqué a retratos, que es el género que más me gusta. Con el paso del tiempo me doy cuenta de que es algo que ha hecho genuina a esta serie, porque le da una personalidad especial. Por otro lado, el blanco y negro remite a todos los fotógrafos que aprendí a admirar como Diane Arbus, Robert Frank, Henri Cartier-Bresson, entre tantos más. A diferencia del color, el blanco y negro se adapta mejor a situaciones complicadas de luz, es más maleable. El color es más complejo, depende del vestuario, de la luz del día, mientras que el blanco y negro es mucho más expresivo; al menos para mí.

- Los espacios que registrás se revelan íntimos, personales. ¿Cómo lograste esa confidencia con los retratados?

- Siempre digo que en este proyecto lo que predomina es un carácter documental, en donde el cineasta esté vestido con su ropa, por fuera de un plató, en sus espacios, con su entorno. No fue fácil al principio, me costaba mucho ganarme la confianza de un cineasta, pero es verdad que al ir derribando obstáculos y al fotografiar más cineastas, conseguí un archivo que me ganaba la confianza entre los directores, quienes a su vez me recomendaban ante otros.

- ¡Ni más ni menos que fotografiar cineastas, con quienes compartís el mirar a través de una cámara!

- Pensaba que iba a encontrar más resistencia, pero la verdad es que con todos fue bastante bien. Ellos son quienes escogen el lugar, yo hago un encuadre y les consulto si les parece bien, quiero que estén cómodos. Hay directores que me han costado más, como José Luis Guerín, un cineasta que es para mí de los más grandes del cine español, a quien me costó mucho convencer, ya que no le gusta aparecer en los medios, es muy reservado, tardé como dos años. En algunos dediqué mucho tiempo; por ejemplo, a quien no pude fotografiar todavía y lo sigo intentando es a Víctor Erice, un gran cineasta, le admiro muchísimo, pero es una persona algo fóbica a ponerse frente a una cámara. Uno que me queda es Alejandro Amenábar, pero está ahora rodando en Toronto. Es cuestión de tener paciencia y encontrar el momento.

-Luego de una serie tan extensa, ¿qué motivación descubrís en ella?

-Una de las ideas fundamentales tiene que ver con llegar al conocimiento a través de la imagen. Cualquier persona con curiosidad, puede acercarse a las fotografías y acceder a la extensa cinematografía que tiene España, así como la tienen otros países. Es más fácil llegar al público a través de imágenes que desde un manual sobre cine español. De lo que se expone en Rosario, quien me encanta es Francisco Regueiro, en Argentina creo que no lo conocerá casi nadie, pero en España tampoco, y tiene películas maravillosas. También se van a exponer fotos de cineastas argentinos (NdR: Héctor Olivera, Pablo Trapero, Jorge Polaco, Lisandro Alonso). Tengo archivos de cineastas chilenos, venezolanos, mexicanos, uruguayos, colombianos, pero de toda Latinoamérica donde más he desarrollado el trabajo es en Argentina, en donde fotografié a más de noventa cineastas. La idea es volver allí cuanto antes, tal vez en 2015, poder finalizar el trabajo y editar un libro. Creo que es muy interesante crear esta memoria, esta arqueología sobre el cine.

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