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Dos años atrás, Andrea Marsili concretó su primer visita a Rosario al frente de la orquesta Fleurs Noires, hecho que tuvo una afortunada repetición en 2013. Alimentando ahora un cronograma de visitas que va cobrando carácter anual, la pianista y compositora rosarina regresa desde Francia con una nueva propuesta: acompañada por la bandoneonista (también rosarina) Ana Carolina Poenitz y por Esteban Falabella en guitarra eléctrica, Marsili interpretará sus temas junto a la Orquesta de Cámara Municipal que conduce Fernando Ciraolo.
Programado para dar comienzo a las 21 en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río), el concierto abrirá con la presentación del organismo municipal, que en una segunda parte sumará al trío para la ejecución de los tangos firmados por Marsili, que en diálogo con Rosario/12 anticipó: "Lo que hice fue proponer el repertorio de Flores Negras a la Orquesta de Cámara, y escribí arreglos para orquesta de cuerdas y trío de piano, bandoneón y guitarra. Tenía ganas de experimentar éso, cambiar de formación y trabajar también con guitarra eléctrica. Yo viví en Rosario hasta los 20, y desde chica fui a escuchar a la Orquesta de Cámara. Siempre había sido una ilusión para mí trabajar con ellos, y es toda una alegría actuar con la orquesta de mi ciudad, tocando mi música. Es muy lindo desde lo afectivo, y también desde lo profesional, ya que me permite salir de mi formación habitual, la orquesta con la que estoy trabajando desde hace once años".
En ese contexto, la inclusión de la guitarra eléctrica (a cargo de Falabella, quien es integrante del Quinteto Real) amplía una experiencia previa realizada por Marsili junto a Tomás Gubitsch en París. "Tenía ganas de escribir más repertorio para guitarra eléctrica --apuntó--. En Rosario vamos a estar estrenando un tema que fue escrito para la ocasión, para guitarra eléctrica y orquesta. Y después vamos a hacer otros temas que ya venimos tocando con Fleurs Noires".
- Considerando que se trata de tus propios temas, qué buscaste potenciar en los arreglos de las obras para esta formación con orquesta y trío de piano, bandoneón y guitarra eléctrica?
- El hecho de tocar con la orquesta de cámara no modifica desde el punto de vista de lo tímbrico, lo que cambia es la potencia: en mi orquesta parisina tengo cinco cuerdas, y de repente acá hay 18 cuerdas tocando. Es una máquina sonora súper estimulante. Lo que sí cambia a nivel tímbrico, y aporta algo nuevo a mis temas, es la guitarra eléctrica. Además va a haber un poco de improvisación, que son cosas más propias de los hábitos de los guitarristas. Por ese lado hay un poco de improvisación, aunque muy poco, porque lo mío es en un 99 por ciento escrito.
- En ocasión de aquella primer visita de Fleurs Noires a Rosario, en 2012, comentabas precisamente que estabas empezando a dejar momentos abiertos a la improvisación.
- Sí, sigo en esa óptica, dejando sólo momentos, espacios libres para que el intérprete se abra un poco. Que es lo que considero que el género permite, porque el tango no permite formas totalmente abiertas. Al menos por donde yo voy, por el momento, considero que no. Lo que vamos a hacer en este concierto es éso, una relectura de mi propio lenguaje.
- Teniendo en cuenta que este concierto, como mencionabas, es tan anhelado, empezás a imaginar la posibilidad de concretar un disco con este tipo de formación?
- La verdad que sí. Pienso completar un repertorio, porque ahora es sólo una intervención como artistas invitados de la Orquesta de Cámara. La verdad es que me encanta el resultado, así que ya decidí que voy a escribir mucho más para esta formación. Después se verá. Incluso lo voy a proponer a otras orquestas también, porque me gustó mucho el resultado.
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