Imprimir|Regresar a la nota
Miércoles, 22 de octubre de 2014
logo rosario
HISTORIETA. Tute presenta Dios, el Hombre, el amor y dos o tres cosas más

"Es una galería de todos mis gustos"

Hijo de Caloi, admirador de Fontanarrosa y elogiado por Quino, Juan Matías Loiseau le dio forma a su primera novela gráfica, donde conviven el humor absurdo, la ternura y la acidez que caracterizan a su destacada labor gráfica.

Por Edgardo Pérez Castillo
/fotos/rosario/20141022/notas_o/06a.jpg
Juan Matías Loiseau, "Tute", es hijo de Caloi, a quien dedicó su primera novela gráfica.

"La verdad es que gran parte de la libertad que tiene este libro tiene que ver con el espacio que le doy al inconsciente", indica Juan Matías Loiseau mientras reflexiona sobre una curiosa (al menos para el lector rosarino) situación incluida en su último libro, en la que uno de sus personajes intenta conversar con su nueva mascota, un pez al que, ante su falta de respuesta mientras miran un partido de fútbol, le dice: "¿No serás de Newell's vos, no?". "Ni me acordaba que le preguntaba éso a la mascota. Puse éso como pude haber puesto cualquier otra cosa, aunque supongo que lo puse por el Negro Fontanarrosa", explicará entonces Tute, citando así a uno de sus grandes referentes, junto a otros dos nombres fundamentales: su propio padre, Caloi (a quien dedica su obra) y Quino, autor del prólogo de Dios, el Hombre, el amor y dos o tres cosas más, la novela gráfica que pasado mañana (a las 19) Tute presentará en Centro Cultural Ross, Córdoba 1347.

Y es Quino quien abre el apetito al asegurar en la apertura del libro: "Tute es para mí, sin duda alguna, el mejor dibujante de humor gráfico surgido en los últimos años". Descripto por Tute como "un sueño", ese prólogo hace justicia a una obra que a lo largo de sus 312 páginas condensa todo el universo autoral del humorista que desde hace 15 años publica diariamente en La Nación, donde suma además una página en la revista dominical. Y así como mucho de ese material encontró destino en distintos libros, aquí Tute apostó al formato de novela gráfica. "Todo el resto de mis libros son recopilatorios así que, desde el vamos, es un libro especial para mí --admite a Rosario/12--. Y por varios motivos: por el prólogo que tiene, que es un sueño, y porque se lo dediqué a mi viejo también. Lo sentí un libro muy especial, muy personal, y tuve la sensación de ser visitado muchas noches por mi viejo mientras lo iba dibujando".

Publicado por Sudamericana, el libro es fruto directo de la imaginación y la falta de condicionamientos con que Tute decidió afrontarlo: "Como característica tiene la libertad con la que fue hecho. Lo pensé desde cero y de hecho es un libro cuadrado porque es un formato en el que nunca había trabajado, no es ni apaisado como el formato natural de la tira ni vertical como el de la página dominical. Tenía ganas de hacer algo distinto. En relación a la cantidad de páginas, caprichosamente decidí que fuera de 300 páginas, porque quería hacer un libro que no se pudiera leer en un rato".

"Lo otro que me propuse fue que el libro fuera algo entretenido de hacer --agrega--. Como no tenía una idea madre para arrancar, o un arco argumental previamente bocetado, lo hice como hago muchas de las páginas dominicales, sin una idea previa. Quizás con una punta de idea, con una sospecha, arrancar y ver qué aparece, darle espacio a lo que fuera apareciendo. Así hice este libro: lo arranqué con un tipito caminando, pero no sabía hacia dónde iba ese tipito, o si el libro iba a ser sobre él. Y terminó siendo lo que es, un libro de muchísimas historias, de pequeños microrrelatos que se van encadenando, conectando de distintas formas".

Desarrollándose entre la ternura y la acidez, el absurdo y el sutil registro de lo cotidiano, el lenguaje burdo y los pasajes poéticos, entre líneas en estricto blanco-negro y páginas que estallan a colores, la novela parece condensar todo el vasto universo autoral de Tute, que coincide: "De alguna manera este libro se fue transformando en una galería de todos mis gustos, donde conviven todos los humores que me seducen, que me gustan consumir y hacer. Sí, está el absurdo, la poesía, lo escatológico, el humor blanco, el humor negro. Conviven todos mis intereses".

Desde esa libertad sin censuras, Tute redondeó un trabajo que, felizmente, reposiciona en el mercado editorial a la novela gráfica, sobre la que Loiseau concluye: "Me parece un género interesantísimo, más allá de las discusiones sobre si es o no una etiqueta marketinera. Para mí es un género que se abre y que posibilita a un montón de autores expresar distintas cosas, siendo que históricamente uno estaba limitado a mover a la risa únicamente. Que a través de la historieta se puedan contar cosas tremendas, duras, autobiográficas, de ficción, me parece fantástico. Y me parece, además, que arrima a un público nuevo".

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.