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Martes, 24 de febrero de 2015
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CINE. Algunas impresiones sobre la ceremonia de los Oscar 2015

Fiesta emotiva, ocurrente y amistosa

El talento y la creatividad pasaron a ser los invitados de la sorprendente noche de premiaci贸n. Conducida por Neil Patrick Harris, la ceremonia se escap贸 a lo previsible, y se destac贸 en ella el respeto por las diferencias.

Por Emilio A. Bellon
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Un momento notable: los m煤sicos Legend y Common interpretando "Glory" durante la ceremonia.

La primera edici贸n de los Oscars nos lleva a aquellos films que fueron dados a conocer en el per铆odo 1928 1929. En esa primera entrega no estaban presentes todas las categor铆as que hoy conocemos. En esa oportunidad, un 16 de mayo de 1929, en la ciudad de Los Angeles, el Hollywood Roosevelt Hotel abri贸 sus puertas para ser escenario de la celebraci贸n. Eran los a帽os del cine silente pero, igualmente, la Warner Bros fue reconocida con una distinci贸n especial "por producir el primer film hablado que revolucion贸 a la industria", El cantor de jazz de Alan Crosland, con Al Jolson en el rol principal, un actor blanco maquillado de un artificioso color negro. Y en esa misma edici贸n, Charles Chaplin pas贸 a ser galardonado "por su versatilidad y genio al escribir, actuar y dirigir" El Circo. En la reciente entrega del domingo por la noche, una de las m谩s emotivas, ocurrentes y amistosas que yo recuerde, las 煤nicas dos nominaciones para el film Selma de Ava DuVernay, realizadora de ascendencia afroamericana, dejaron al descubierto una no tan velada actitud racista por parte de los miembros de la Academia.

Tal vez, uno de los momentos m谩s conmovedores fue aquel en el que cantantes y m煤sicos, sobre un fondo escenogr谩fico que animaba ese puente simb贸lico en la marcha de 1965, guiada por Martin Luther King, nos ofrecieron la canci贸n que, afortunadamente, mereci贸 el galard贸n: "Glory", melod铆a que nos recuerda a los gospels y que ofrece numerosas variaciones. A su t茅rmino, los presentes, de pie, coronaron la sala principal del Dolby Theatre de Hollywood; muchos de ellos, con l谩grimas en los ojos.

La tan sorprendente noche de los Oscars 2015 estuvo marcada de manera admirable por la presencia de un animador que logr贸 que el espacio esc茅nico pasase a ser un casi m谩gico caleidoscopio. A sus 41 a帽os, Neil Patrick Harris, actor de films y series televisivas, cantante y bailar铆n, int茅rprete de cl谩sicos personajes en comedias musicales, ya desde el inicio nos invit贸 a transitar por una declarada cinefilia desde un juego que evocaba, en su sucesi贸n de sombras chinescas, momentos antol贸gicos del cine. Estaban presentes aqu铆, desde esa coreograf铆a tan singular, una imagen de Intriga Internacional de Alfred Hitchcock, como la de Gene Kelly en la m铆tica y feliz Cantando bajo la lluvia de Stanley Donen y el mismo Kelly, entre tantas otras, en una noche que tuvo la luminosidad de lo creativo y la evocaci贸n de quienes nos dejaron el a帽o que se march贸. Y como todos esper谩bamos, all铆 comenzaba a insinuarse el camino de El Mago de Oz.

Mientras esperamos que Selma s铆 se d茅 a conocer este pr贸ximo jueves en nuestra ciudad, trato ahora de repensar la experiencia de anoche, compartida con amigos, que m谩s all谩 de enojos personales goz贸 de expresiones movilizadoras, dedicatorias, algunas consideraciones cr铆ticas de boca del propio conductor y notables notas de humor; que est谩n muy lejos de la pretendida originalidad de aquellas "selfies". El talento y la creatividad pasaron a ser los invitados de la noche. Y las l谩grimas de tantos conocidos no escapaban del primer plano.

No recuerdo una noche similar de los Oscars que nos haya ofrecido tantas sorpresas. Y necesito remarcarlo, porque cada uno de los que subi贸 all铆 al escenario pudo continuar el tono inicial acordado por su conductor. Neil Patrick Harris rompi贸 con las reglas formales de la tradici贸n. Y en tal caso, se ubic贸 al lado de los que ayudaron a desacomodar a los propios miembros de la Academia. A la manera del personaje de Birdman, el film ganador en los rubros principales, recre贸, "en pa帽os menores" dir铆ase desde el eufemismo, s贸lo vistiendo calzoncillos blancos, aquel momento del film en el que el personaje, obligado por las circunstancias, debe atravesar corriendo los espacios p煤blicos de esa misma manera.

Risas y aplausos para un artista que no le temi贸 a la idea de hacer el rid铆culo; que pudo presentarse tanto as铆, en ese momento, e igualmente lucir un saco de terciopelo con una camelia en su ojal, tras explorar distintos espacios del mismo sal贸n. Y seguir sorprendi茅ndonos. Los diferentes momentos de la entrega se movieron en el terreno de las emociones.

Pocas veces hemos visto a primeros actores llorar sin temor. Como estoy recordando ahora al int茅rprete principal de Selma, David Oyelowo, nacido en Oxford en 1976. O a una Meryl Streep, la temible bruja de En el bosque, levantarse de un salto de su butaca ante el encendido discurso en pro de una igualaci贸n profesional de las mujeres de Patricia Arquette. O ver c贸mo el joven guionista de la admirable El C贸digo Enigma, Graham Moore, al subir al estrado narr贸, con tono confidencial, un momento de su propia vida que pudo llegar a ser tr谩gico, por ser "diferente". Un tema dominante de este film que condena a situaciones de crueldad y desprecio a quien pudo evitar la destrucci贸n de la misma Inglaterra.

En la noche de la entrega de los Oscars, lo que m谩s se destac贸 fue el respeto por las diferencias. Y al mismo tiempo, pudimos vivir intensamente ese di谩logo del cine de hoy con el de los a帽os del pasado. Pensada como una Celebraci贸n, la noche del 煤ltimo domingo pasar谩 a los anales de la Historia del Cine, como una declaraci贸n de amor al cine. Esto, independientemente de que muchos no acordemos con algunos de los films premiados. Ya la atenci贸n no deber铆amos ponerla all铆, sino en el fluir mismo de los acontecimientos. Y recordar algunas de las palabras de la presidenta de la Academia, Shirley Booth, quien nos honr贸 con vocablos y expresiones que apuntaban a la fuerza de lo humano y universal; a la pluralidad de visiones, a la responsabilidad profesional y a lo que nos permiten los films en los acercamientos a otras culturas. Con sobriedad y prudencia la Sra. Booth manifest贸 su sincero agradecimiento a "los p煤blicos de todo el mundo".

A lo largo de m谩s de cuatro horas -muchos dese谩bamos que no concluyera - vivimos plenos momentos. Nada all铆, en el orden de los diferentes acontecimientos son贸 previsible. Que Lady Gaga interpretara el tema principal de La novicia rebelde de Robert Wise, estrenada ya hace medio siglo, musical libertario de los transformadores a帽os sesenta, para luego ser saludada por la misma Julie Andrews, de perfil sereno y con actitud de agradecimiento era algo que no pod铆amos imaginar. O que Anna Hendrick, la joven Cenicienta, arrojara su zapato a Jack Black, mientras Benedict Cumberbatch beb铆a golosamente de su petaca.

Una noche de desaf铆os y de quiebre de cors茅s que en ning煤n momento repiti贸 a las anteriores. Y mucho menos en los a帽os de las administraciones de los Reagan y los Bush. Una noche en que la actriz de Doce a帽os de esclavitud, Lupita Nyong'o, pidi贸 celebrar "chispas de locura" y en la que el ganador al mejor actor de reparto, J.K. Simons, por su rol en Whiplash, cierra sus palabras de agradecimiento apuntando: "Llamen a sus padres; d铆ganles que ustedes los quieren".

A la hora de recordar a quienes partieron, cap铆tulo te帽ido de nostalgia, la siempre sublime Meryl Streep dio lugar a las im谩genes en acuarelas de los rostros de todos ellos: Alain Resnais, Mickey Rooney, Paul Mazursky, Anita Ekberg, Mike Nichols, Robin Williams, Virna Lisi, Richard Attenborough, Rod Taylor, Lauren Bacall, Bob Hoskins, Elli Wallach y otros. Un momento que se suspendi贸 en el silencio, "In memoriam", que suscit贸 congojas, manos que se buscaban, gestos de dolor. Situaci贸n que traz贸 un v铆nculo, cuando la galardonada Julianne Moore, actriz abierta a todo desaf铆o, se refiri贸 a los enfermos del mal de Alzheimer, de sus cuidados y padecimientos, ante el rol que cumple en Still Alice, film de Wash Westmoreland que conoceremos en pocas semanas m谩s.

Desde mi punto de vista, lamento que el fabulesco universo de Wes Anderson que nos propone en Grand Hotel Budapest s贸lo fuera reconocido en categor铆as de orden complementario; separados de un gui贸n, de una direcci贸n o de las mismas actuaciones. Y creo que ha sido extremadamente recortada la asignaci贸n a El C贸digo Enigma de Morten Tyldum, ganadora 煤nicamente del Oscar al mejor gui贸n basado en obra de un tercero. Valoremos igualmente la premiaci贸n al mejor actor, Eddie Redmayne, un aut茅ntico trabajo de b煤squeda en su rol de Stephen Hawking; un actor que igualmente atravesado por las emociones se dirigi贸 a quienes est谩n m谩s all谩 de los sets, padeciendo sus limitaciones.

Celebro y remarco este vocablo que haya sido Ida, el film del realizador polaco Pawel Pawlikowski (actualmente en una sala del Cine Del Centro), la obra merecedora en el rubro "mejor film extranjero". Otra gran apuesta a la construcci贸n de la memoria colectiva, a la b煤squeda de una identidad, que llev贸 a que su director dirigiera estas palabras: "Creo que es un film contemplativo, reflexivo, en un mundo de ruidos y tensiones. Y agradezco a todos lo que la hicieron posible: amigos perseverantes, valerosos... y divertidos. 隆Los quiero mucho! 隆Gracias!".

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