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Sábado, 14 de marzo de 2015
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El grupo santafesino Canticuénticos actúa mañana en Rosario

Música grande para los chicos

Con un repertorio marcado por el folklore
latinoamericano, el sexteto le da forma
a una propuesta entretenida y lúdica.

Por Edgardo Pérez Castillo
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Canticuénticos con su actual formación de sexteto

Las claves para la diversión son simples: hay que ponerle el cuerpo a la "Cumbia del monstruo", ajustar la acentuación (guaraní mediante) en el chamamé "Mamboretá", o bien dejarse llevar por el espíritu lúdico y dar rienda suelta al desorden con "Nada en su lugar", el tema que da nombre al segundo disco de Canticuénticos, la banda santafesina que con su propuesta de música para niños (y familias, claro) captó la atención del sello Gobi Music, que la sumó a un catálogo que incluye también a Luis María Pescetti, Magdalena Fleitas, Mariana Baggio, Caracachumba y al Conjunto Pro Musica de Rosario. En sintonía con esos artistas (claves para la renovación del cancionero infantil), los Canticuénticos le dan forma a obras marcadas por el folklore argentino y latinoamericano, tendiendo puentes entre las raíces culturales de esta tierra y un público que, televisión mediante, suele ser blanco fácil para las grandes corporaciones del entretenimiento con sus propuestas de consumo intenso y rápida in(di)gestión.

Para los Canticuénticos, sin embargo, la búsqueda va por otros carriles, y su propia historia da pautas de ello. "El surgimiento del grupo fue una cuestión medio fortuita, porque nos encontramos con Daniela Ramallo en un curso de composición de canciones que Jorge Fandermole estaba dando en Santa Fe. Fuimos a unos cuantos encuentros, nos conocimos y nos dimos cuenta que teníamos ganas de un proyecto parecido. Fander fue un poco el disparador", relata a Rosario/12 Ruth Hillar, cantante, flautista y compositora del grupo que hoy completan Ramallo y Laura Ibáñez en voces, Daniel Bianchi en guitarra, Gonzalo Carmelé en bajo, Nahuel Ramayo en percusión y voz, y Sebastian Cúneo en producción.

La grabación del primer disco del proyecto, Canticuénticos embrujados, funcionó además para terminar de redondear la formación definitiva del grupo. Y el interés del sello Gobi Music para ratificar que la búsqueda artística estaba bien orientada. "Para nosotros fue muy importante haber editado con ellos --reconoce Hillar--. A partir de ahí empezamos a salir a tocar mucho, fuimos a dos encuentros internacionales en Brasil, recorrimos muchos lugares en Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, Misiones, hicimos una gira por el sur".

Con esos antecedentes, en 2013 Canticuénticos publicó Nada en su lugar, el material que mañana recorrerán en una nueva visita a Rosario (a las 17, gratis, en el Museo de la Ciudad de Boulevard Oroño al 2300). "Este segundo disco nos representa más todavía, porque ya lo hicimos como grupo --analiza la cantante y compositora--. Nuestra búsqueda es seguir componiendo para chicos pero que también estén incluidos los grandes. En general muchos adultos, ya sean papás o docentes, nos dicen que disfrutan realmente de escuchar el disco. Eso nos demuestra que estamos yendo por el camino que queremos, porque la idea es que se pueda disfrutar en familia, compartir en comunidad, que sea música que tenga anclajes locales, que represente a una cultura, a una población. Que se sienta parte de algo propio".

Huaynos, chacareras, rasguidos dobles, cumbia y chamamé forman parte del amplio abanico del grupo santafesino, que también posa la mirada en otros puntos del territorio latinoamericano, según apunta Hillar: "Nos creemos parte de esta Sudamérica que es grande y que tiene muchos vínculos culturales y políticos. Por ese lado va nuestra búsqueda". Con esa línea, por estos días los Canticuénticos están avanzando sobre las etapas finales de su tercer disco, que podría editarse en poco más de un mes, y donde se sostendrá además una propuesta en la que la estética también entra en juego. "Buscamos que siempre haya poesía, tanto en el texto como en la imagen y la música", explica Hillar, y concluye: "Después siempre está el tema de proponer un juego que dialogue con los chicos, intentar lograr empatía con la infancia. Estando en este lugar es fundamental tratar de conseguir esa empatía, mirando a los chicos, viendo sus respuestas. Todo lo que generamos a nivel de música, texto e imagen tiene que ver con lo que los chicos nos devuelven en el momento en que estamos tocando para ellos".

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