"En los Cuadernos de viaje hay un pasaje en el que Marco Polo habla sobre la cantidad de ciudades que ha visitado. De repente alguien lo interrumpe y le pregunta: ¿cómo puede ser que, siendo veneciano, a lo largo de toda la charla no ha mencionado ni una sola vez su ciudad natal?, a lo que él responde: ¡pero si todo el tiempo he estado hablando de Venecia!". La anécdota sale de boca de Rodrigo Grande, y sirve para ejemplificar el tipo de relación que mantiene con Rosario. "Sé que todo lo que hago tiene algo de esta ciudad. Creo que es algo que podrÃa charlar en el psicoanalista. No pienso en Rosario mientras trabajo, pero siempre termina apareciendo".
El director de Rosarigasinos está a punto de comenzar a rodar su segundo largometraje, Una cuestión de principios, basado en el cuento homónimo de Roberto Fontanarrosa incluido en el libro Una lección de vida. Lejos de los temas "sociales" o "históricos", a Grande más que nada lo seduce lo cotidiano, esas pequeñas tragicomedias que diariamente acontecen tras las paredes de la urbe. "No me gustan las pelÃculas de 'mensaje', esas que siempre están intentando bajar lÃnea sobre algo. Prefiero las historias sencillas bien contadas", dijo.
Y si hay alguien que ha sabido retratar con lucidez y agudeza esas miserias, en Rosario, es Fontanarrosa. "La idea de hacer algo del Negro me daba vueltas en la cabeza desde hacÃa tiempo --cuenta el director de 31 años--. Yo al Negro lo admiro con el alma, desde siempre, me encanta como escribe. Pero como no lo conocÃa personalmente, las cosas no habÃa pasado de un mero deseo. Nos conocimos cuando él fue a ver Rosarigasinos Después nos vimos varias veces en el bar La Sede, hablando de la vida, del cine. Ahà se me ocurrió la idea de que podÃamos hacer algo juntos, porque la verdad es que hacer una pelÃcula 'basada en', eso lo hace cualquiera. Lo que yo querÃa era involucrarlo con el proyecto, por eso cuando se lo presenté, le pedà que eligiera el cuento sobre el cual trabajar. QuerÃa que la pelÃcula fuera de él también, que tuviera su impronta, algo que yo podrÃa intentar copiar, pero que siempre se notarÃa que es una copia".
Asà salió Cuestión de principios, una historia que cuenta la peculiar relación que entablan Castilla y Silva, dos empleados de una empresa enfrentados por la competencia y un par de generaciones.
"Para el personaje de Castilla, los dos coincidimos enseguida en que tenÃa que ser (Federico) Luppi. Castilla es una buena persona, un empleado digamos, común y corriente, que un dÃa ve como le ponen a un jefe mucho más joven encima. A partir de ese momento se establece una relación muy tirante en la que los dos especulan como avanzar sobre el otro. Son dos personajes muy jugosos".
El rol de Luppi estuvo decidido incluso antes de terminar de escribir el guión, una tarea que debido a "incompatibilidades horarias" de los escritores, se extendió a lo largo de casi un año. "Mi ilusión era trabajar por lo menos cinco o seis horas diarias. La de él lógicamente no. Asà que nos adaptamos. Yo hice una primera versión de unas 50 páginas, que fuimos puliendo en idas y vueltas de mail. Finalmente, cuando terminamos de escribir, lo primero que hicimos fue mandárselo a Luppi para que lo leyera. Y Federico, que es un tipo macanudo, contestó: 'Este es un papel ideal para Michael Caine. Asà que si él no acepta, yo estoy disponible'".
En lo que respecta al resto del elenco, aunque el rol del joven Silva aún no está asignado, Grande especula con que el elegido será algún actor español emergente, ya que la pelÃcula contará con fondos que llegarán desde la Madre Patria. "Probablemente Fele MartÃnez, el coprotagonista de La mala educación de Almodóvar. Otro papel que ya está elegido es el de Sarita, la mujer de Castilla, que lo va a hacer Norma Aleandro. Lo que pasa con este tipo de proyectos es que tienen su carta de presentación, porque después de todo ¿quién no va a querer trabajar con Fontanarrosa?".
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