El próximo martes 15 de diciembre, a las 18, en el Consulado General de Italia (Bulevar Oroño 1593) la editorial Huesos de Jibia presentará en Rosario el libro bilingüe Esplendor en las sombras. Tres voces italianas contemporáneas, con poemas de Milo De Angelis, Isabella Leardini y Francesca Serragnoli, traducidos y presentados a través de estudios crÃticos preliminares y notas por dos autoras rosarinas: Elena Tardonato Faliere y MarÃa Cecilia Micetich.
"El proyecto de traducción surge a partir del encuentro con estos poetas", contó ayer a Rosario/12 MarÃa Cecilia Micetich, profesora de Letras y de música que estudió traducción con Tardonato. Elena Tardonato es doctora por la Universidad Nacional de Rosario y fue nombrada "Cavaliere dell'Ordine del Merito" por el gobierno italiano; publicó numerosos trabajos académicos y una novela, Una Ulises veterana (Baltasara editora, 2015). Micetich es autora del poemario Una partitura (2014), publicado también por Huesos de Jibia.
Dice Micetich: "Esplendor en las sombras intenta acercarnos a la musicalidad del italiano, que convierte en cuerpo a la palabra y musicaliza la palabra en el cuerpo. Estos tres poetas, como en una partitura musical, tejen cada uno de los temas: el tema del adiós, el tema del dolor, el tema de la soledad, el tema de la ternura".
Con una obra influida por Cesare Pavese y por el último Eugenio Montale (el de su libro Xenia), Milo de Angelis (cuenta Micetich) trabaja como maestro preceptor en una cárcel de máxima seguridad en las afueras de Milán. "En prisión, el orden y la disposición exacta de cada cosa es fundamental, al igual que en el poema", dice en las notas que tomó el poeta Pablo Anadón de una conferencia suya en Córdoba en 2011. Anadón fue el primer traductor argentino de Milo de Angelis. Publicó sus versiones en Córdoba en agosto de 1988 en una revista literaria y en 2001 como parte de su antologÃa El astro disperso. Ultimas transformaciones de la poesÃa en Italia (1971-2001), que obtuvo un Premio de Traducción del Gobierno de Italia. Anadón se ocupó de su obra de los años 80: Tierra del rostro (1985) y Distante un padre (1989). Años más tarde, la editorial Melusina publicó en Buenos Aires la traducción de su Biografia sommaria (1999) por MarÃa Julia de Ruschi Crespo. La presente es su primera versión en Rosario, donde Elena Tardonato aborda sus libros Tema dell'addio (2005) y Quell'andarsene nel buio dei cortili (2011), editados por Mondadori.
Ese año, MarÃa Cecilia descubrió a Milo gracias a Elena y le pasó lo que a tantos lectores con su poesÃa, necesaria y esencial: quedó "fascinada". Poco después se abocaron ambas a compilar un CD audiolibro que recorre la poética amorosa italiana, desde Guido Cavalcanti (Florencia, 1258; 1300) hasta la actualidad. "Poetas de nuestros dÃas tuvimos que buscar", recuerda Micetich. Milo de Angelis (nacido en 1951) ya estaba, y empezamos a buscar poetas mujeres. A los poemas de Isabella Leardini (Rimini, 1978) y Francesca Serragnoli (Bolonia, 1972) los encontramos en blogs. Nos pusimos en contacto con ellas y con Milo. Viajé a Italia en 2013 y conseguà los libros".
"En Italia descubrimos la relación que tenÃan estos tres poetas entre sÃ. Milo, que difundió voces jóvenes de la poesÃa italiana desde su revista Nievo, le publicó y prologó a Isabella Leardini su primer libro, La coinquilina descalza (Milán, 2004; 2006; 2008). Isabella toma la posta de la difusión de las voces jóvenes italianas: es directora del proyecto Parco Poesia, que a través de eventos, publicaciones, conferencias y concursos promociona y forma a poetas que están empezando", resume. Pero las coincidencias no terminan ahÃ. "La primera esposa de Milo, Giovanna Sicari, era poeta, profesora y crÃtica literaria. Le escribió el prólogo al primer libro de Francesca Serragnoli, Il fianco dove appogiare un figlio (2003; 2012)", evoca.
Giovanna Sicari murió de cáncer; a ella Milo de Angelis le dedica ese libro tan trágico y sereno, doloroso y perfecto, Tema del adiós, que podemos leer gracias a la impecable versión de Tardonato: "Nosotros que hemos conocido/ el corazón de cada dÃa y el corazón sin edad,/ la idea que ilumina la carne,/ la sabidurÃa de las medidas/ y el rayo, nosotros nos dejamos/ aquà en dos metros de cemento, con un acto/ de presencia, un latido/ estival, un intercambio de persona".
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